‘El éxodo. Tríptico de la guerra’ Aurelio Arteta

‘Romería’ Alberto Arrúe

‘Hilandera’ Valentín de Zubiaurre

A principios del pasado otoño, algunas de las obras ya se expusieron ante los visitantes del Museo de Bellas Artes de Álava. Fue la forma de oficializar y celebrar el acuerdo entre la Fundación Juan Celaya Letamendi y la Diputación para el depósito, como mínimo por cuatro años, de 45 obras pertenecientes a la colección del fallecido empresario guipuzcoano en la pinacoteca del paseo de Fray Francisco, creaciones valoradas en unos 2,5 millones de euros. Ya entonces se anunció que se haría una muestra de las piezas -aunque al final se han dejado fuera los grabados de Francisco de Goya para ofrecer más coherencia al conjunto-, una exhibición que se inauguró ayer para permanecer abierta hasta el próximo 13 de octubre.

Bajo el explícito título Juan Celaya, coleccionista de arte, el museo plantea un recorrido por obras de Ignacio Díaz de Olano, Valentín de Zubiaurre, Fernando de Amárica, Andrés Apellániz, Eduardo Zamacois, José Jiménez Aranda, Alberto Arrúe, Mauricio Flores Kaperotxipi, Máximo Juderías Caballero, José Arrúe y Aurelio Arteta, que componen una mirada al arte vasco del XIX y XX que también se completa con la presencia de alguna firma extranjera como pasa con Joseph Bail.

Las obras fueron seleccionadas por el Bellas Artes de Álava de entre una colección privada que abarca más épocas y estilos, aunque en el interés del museo estuvo centrarse en su ámbito de acción, poniendo el ojo de manera específica en piezas que sirviesen para completar los fondos alaveses con respecto a autores de los que ya posee producciones. De hecho, tras esta presentación conjunta, varias de las piezas pasarán a mostrarse en el itinerario habitual del Palacio Augustin-Zulueta.

De todas formas, tiempo habrá para que eso suceda. De momento, esta muestra se presenta ante el público con un triple objetivo. Por un lado, poner en valor el depósito y ofrecer al visitante la oportunidad de contemplar pinturas que en algunos casos llevan años sin poder ser vistas por el público en general. Por otro, sumar alicientes al propio recorrido por el museo y destacar la figura, en genérico, del coleccionista dentro del sistema del arte. Y, por último, destacar el compromiso de Celaya Letamendi con la cultura en general y la creación vasca en particular, una actitud que el empresario siempre defendió y desarrolló. Un compromiso que también se tradujo en una colección privada que fue construyendo, más allá del asesoramiento de terceros, en base a sus gustos personales.

La exposición, que se va a acompañar con la publicación de un amplio catálogo, así como el depósito realizado por la fundación que lleva el nombre del empresario, son, además, demostración de los lazos que Celaya Letamendi -fallecido en 2016- mantuvo siempre con el territorio alavés, al que regresa con esta muestra.

‘Esperando las lanchas’ Ignacio Díaz Olano