El Horno de la Ciudadela inauguró ayer por la tarde la exposición Mahaia2020,fruto de un trabajo colectivo y transfronterizo que une Pamplona, Bilbao y Baiona. Los participantes son el artista francés Yves Chaoudët y los comisarios Alexandra Baurès y François Lostau, y los artistas residentes Alizée Armet, Carolina Otamendi, Sandra Cadenas y Eriz Moreno.

La idea del proyecto surgió el verano pasado gracias a unas conversaciones entre los comisarios y Chaudouët. “Quisímos jugar con lo transfronterizo desde el primer momento”, expresaron. Después organizaron una residencia artística en el Centro de Huarte, a la que se presentaron varios creadores, de los que selecionaron cuatro.

“Aunque cada uno de ellos había preparado un proyecto, el primer día de la residencia decidieron empezar de cero y trabajar en equipo”, explicó Baurès.

La exhibición, que estará habilitada hasta finales de verano, consiste en una gran mesa de ocho metros de diámetro que funciona como símbolo de encuentro. La sala de exposiciones, sin embargo, solo posee una parte del trabajo. Solo un tercio de la mesa está instalada. Los fragmentos restantes se encuentran en la sala Rekalde de Bilbao y en el Muelle de Lesseps, en Baiona.

Junto con cada una de las piezas que conforman la obra de arte unitaria, se presentan los archivos materiales que se generaron durante un viaje al Collado de Lizarrieta. Los artistas seleccionaron un grupo de imágenes y grabaciones que repartieron por cada muestra de la obra completa, basándose en distintos motivos. Las imágenes neutras de árboles, rocas y guijarros que adornan las paredes del Horno forman parte de la experiencia objetiva de aquella excursión.

Asimismo, el proyecto físico se combina con una aplicación móvil de realidad aumentada, que se puede usar con las imágenes que se encuentran en la propia mesa y que relatan el proceso de desarrollo.

Retraso de la exposición La inauguración estaba prevista para los días 1, 2 y 3 de abril, pero la crisis de la covid-19 dejó el proyecto en suspenso. “Todo lo que ocurrió después fue una aventura, tuvimos que parar, reflexionar y cambiar el rumbo del plan”, explicó Baurès. Después de una serie de conversaciones, los creadores decidieron instalar la mesa completa, en un punto de convergencia entre tres espacios -el Collado de Lizarrieta, en la localidad de Sare-, a la espera de la apertura de las fronteras.

Allí permanecieron unidas, completando la mesa, desde el 19 de mayo hasta el 22 de junio, y allí volverá, según comentaron los artistas, cuando el 30 de agosto terminen las exposiciones.

Yves Chaoudët diseñó la mesa expresamente para el Horno, por eso la curvatura de la pieza que allí se expone es equidistante a la pared