- A Viva Suecia el confinamiento les pilló en plena gira de presentación de su tercer disco, El Milagro, en la que habían agotado entradas en muchas de sus fechas. Pero, de repente, se detuvo el mundo. Tocó entonces dar una vuelta a todo y adaptarse. De esa reinvención surgió Necesitarnos tanto, una gira especial en la que la formación murciana ofrece una nueva mirada a su repertorio, en un verano difícil donde toca remar -más si cabe- y que es crítico para el sector cultural: "Lo que ha hecho todo esto es poner de relieve lo que ya sucedía: que la cultura no le importa a prácticamente nadie", dispara su vocalista y guitarrista, Rafa Val.

La crisis sanitaria generada por el covid-19 y el posterior confinamiento les pilló en plena gira de El Milagro, que tuvieron que cancelar por cuestionas obvias. ¿Cómo afrontaron ese paréntesis obligado?

-Da un poco de rabia... Pero no es una cosa que nos haya pasado sólo a nosotros, porque se ha parado el mundo por completo. Sí que es verdad que estábamos con El milagro, que para nosotros es nuestro mejor disco, y nos encontrábamos en un momento muy especial: el inicio de gira estaba funcionando muy bien, las entradas se agotaban... Pero tuvimos que parar forzosamente y también nos lo tomamos como tiempo de relax para recapacitar, poner en orden nuestra cabeza, mirar hacia dónde tiramos... Y de repente salió Necesitarnos tanto, esta gira especial que hemos abordado con muchísimas ganas.

Al hilo de Necesitarnos tanto, el título de esta gira: ¿Estos meses confinados, de encierro obligatorio, nos han servido también para dejar a un lado el individualismo y darnos cuenta de que sí, que nos necesitamos, y mucho?

-Es lo que más hemos notado y echado de menos. Por lo menos, cuando lo he hablado con la gente de mi entorno. Puedes pasarte tres meses sin ver a una persona que quieres, pero cuando te pasas tres meses en esta situación, la cosa es radicalmente distinta y piensas de otra manera. Te planteas si realmente aprovechas el tiempo que pasas con la gente que quieres y dedicándote a lo que te gusta, en vez de pasarlo sufriendo por cosas que son relativamente irrelevantes. Por desgracia, el único aprendizaje que sacamos de todo esto es que si puedo ir a comer el domingo con mis padres, no voy a posponerlo por lo que sea. Voy a verlos porque todo esto pone de manifiesto que debemos dedicar más tiempo a la gente que queremos.

Un aprendizaje que ahora, sumergidos en plena nueva normalidad, parece que algunos ya han olvidado...

-Bueno, en ese sentido sí que hemos aprendido poco y a la vista está. Estuvimos en casa, la situación era terrible y todos teníamos algo por lo que enfadarnos... Y sin embargo, nos dejan salir de casa, podemos hacer vida normal y volvemos a cometer los mismos errores. Era de esperar.

Hay una frase de Días amables, tema de su disco El Milagro, que bien podría resumir la situación actual y la crisis a la que se enfrenta el sector cultural: "Se cose, se canta y se aguantan los palos". Se aguantan, sí, ¿pero se echa también en falta cierto apoyo en cuanto a gestión y ayudas?

-Lo que ha hecho todo esto ha sido poner de relieve lo que ya sucedía: que la cultura no le importa a prácticamente nadie. La gente tiene muchísimas ganas de ir a los conciertos, la gente escucha música... pero en el mundo de la música, al final el tejido cultural lo hacemos los músicos, los técnicos, los promotores... y somos aquellos a los que nos dan un palo, nos levantamos y no tenemos ayudas de casi nadie. Lo que hacemos no está considerado un oficio. Es un hobby que te da más o menos dinero y que te permite vivir, más o menos bien o peor, pero no es un oficio. Hoy me he levantado viendo unas fotos de una plaza de toros en Cádiz y se me ha caído el alma al suelo.

De la plaza de El Puerto de Santa María, llena de gente y según parecía, sin respetar las distancias de seguridad.

-Sí. No sé, si realmente fuéramos como deberíamos ser, saldríamos a las calles y exigiríamos responsabilidades... Hoy en día un concierto es el sitio más seguro. Las bandas estamos saliendo a girar, estamos ganando muy poquito dinero para sobrevivir, para seguir generando trabajo... Y uno se levanta, ve estas fotos de las plazas de toros y se pregunta si es que tenemos cara de tontos o algo así, porque nos tratan como tal... Por eso creo que si todos somos un poco sensatos, haremos un ejercicio de conciencia y empezaremos a luchar de verdad por arreglar algo que ya estaba roto.

En cuanto a Viva Suecia, dentro de este parón de grandes conciertos y festivales, van a ofrecer unas actuaciones especiales, en las que revisan diferente de su repertorio. ¿Qué buscaban explorar con esta gira ?

-Teníamos claro que queríamos montar un show especial para esta gira. Que no fuese El Milagro, porque esa gira se hizo en otras condiciones y ahora no tendría sentido, y tampoco queríamos ir con dos guitarras acústicas. Si la gente iba a hacer el esfuerzo de ir a un concierto y de pagar una entrada en la situación en la que estamos, nos apetecía que viesen algo especial y que no estuviese en los discos. Así que armamos un repertorio contando con nuestros tres discos, cogimos las canciones y las deshicimos, las volvimos a hacer, cambiamos cosas... Y nos preocupamos de que la gente saliese con la sensación de haber rentabilizado cada euro que gastado en ir a nuestro concierto.

¿Para configurar este repertorio, han optado por rescatar canciones quizá olvidadas en giras anteriores, o cuál ha sido el criterio?

-Hemos hecho el ejercicio de no tocar sólo las canciones que pudieran funcionar mejor en directo. De hecho, hemos dejado de lado algunas que funcionan muy bien en eléctrico, para rescatar otras que llevábamos tiempo sin tocar y que en este formato cobran un sentido especial. Casi te diría que están más vivas y que su razón de ser es en un formato como este, más que en un eléctrico, en el que todo es más acelerado. Por ejemplo, hemos recuperado Nunca estamos solos, una canción que hace mucho tiempo que no tocábamos.

¿Qué cree que han ganado las canciones de Viva Suecia con este nuevo formato?

-Creo que el formato en sí obliga al espectador a sumergirse en el concierto. En un concierto en eléctrico, por lo general estás con amigos, lo estás pasando bien... Hay otro tipo de energías y entiendo perfectamente que uno en una canción esté más despistado que en otra... Pero en este, al estar sentados separados y a distancia, y también por la manera en que está montado el show y el set list, vamos creando un ambiente especial que envuelve y la gente acaba metiéndose mucho más de lleno en las canciones, en el mensaje y en la música.

Y ahí está la respuesta del público, con todo vendido para la cita de hoy.

-Es curioso porque Pamplona es, a priori, una ciudad difícil para las bandas de nuestro estilo musical y sin embargo, siempre nos ha funcionado muy bien. El último concierto en Zentral fue increíble y nos llevamos unas sensaciones buenísimas, ahora volvemos y las entradas se agotan... Estamos con agradecimiento, la verdad.

Han pasado seis años desde que Viva Suecia echó a andar. Por el camino, tres discos, premios, giras aquí y al otro lado del charco€ Ahora, con perspectiva, ¿qué palabra resumiría su trayectoria?

-Es una conjunción de varias cosas, en el sentido de la familia y equipo, porque antes que nada, antes que músicos y todo, somos familia. Y también está el trabajo y el amor absoluto por hacer música sin más pretensión que nos guste a nosotros, e intentar emocionar a los demás. No hay ninguna fórmula secreta, es trabajo puro y duro.

Biografía. Viva Suecia es una formación de indie rock que conforman Rafa Val -voz y guitarra-, Jess Fabric -bajo- Alberto Cantúa -guitarra-, Fernando Campillo -batería- y, como último fichaje, Rodrigo Cominero a los teclados. La banda se creó en 2013 y en 2016 publicaron su primer disco, La fuerza mayor. Sólo un año después, en 2017, vio la luz su segundo trabajo, Otros principios fundamentales. Uno de los temas de este trabajo, Bien por ti, fue galardonada con el premio MIN a Mejor Canción y en 2018 se alzaron como el Mejor artista español en los premios MTV. Su último disco, El Milagro, editado el pasado año recoge la evolución de la banda, con un rock más luminoso, fruto del buen momento que experimentaba el grupo.

"Todo esto ha puesto en relieve lo que ya sucedía: que la cultura no le importa prácticamente a nadie"

"Con este formato se crea un ambiente especial y la gente acaba metiéndose más de lleno en las canciones"

"Pamplona, a priori, es una ciudad difícil para bandas de nuestro estilo y, sin embargo, siempre nos ha funcionado"