Una de las mayores afecciones que amenaza la supervivencia de una gran cantidad de aves, pequeños mamíferos y reptiles, es la alta incidencia de gatos domésticos asilvestrados que pueblan la mayor parte de los términos municipales de Navarra, siendo culpables de ellos sus dueños que o bien los abandonan, o los llevan a granjas y establos en el campo para que se coman ratones, no dándose cuenta del increíble impacto que están ocasionado en la vida silvestre. Esto es un hecho tan grave que en diversas partes del mundo han contribuido a la extinción de muchas especies, especialmente en islas donde son endémicas, como por ejemplo en las Canarias, como el lagarto gigante de Canarias, el pinzón azul, o la tarabilla de Fuenteventura, o en las Baleares. En Navarra los mayores impactos se producen con la microfauna, diversas especies de fringílidos, lagartos ocelados, gazapos de conejos, crías de perdices y de codornices, y resto de animales protegidos, como los sisones, las gangas, avutardas, alondra de Dupont al predarlos intensamente con el grave perjuicio que supone el escaso número que existen de ellas.

Se ha descubierto que aunque estén bien alimentados, durante el tiempo que pasan en el campo, cada vez se van acostumbrando a cazar más y más, aumentando en ellos un gran instinto depredador y un aumento de tamaño que ocasiona que capturen un elevado número de presas que son capaces de cazar, ocasionando un gran número de bajas en especies susceptibles de protección.

la administración debe actuar La Adminisitración debe evitar la introducción de especies que puedan alterar la pureza genética o producir desequilibrios ecológicos. Desde hace años desde la Asociación de Cazadores Navarros Adecana se han dirigido al Departamento de Medio Ambiente alertando de este grave problema, para que ponga todos los medios posibles para minimizar en lo posible este grave problema, todo ello en base a la normativa existente obliga a la administraciones Públicas, a evitar la introducción y proliferación de especies, subespecies o razas geográficas distintas a las autóctonas, en la medida que puedan competir con éstas, alterar su pureza genética o producir desequilibrios ecológicos, promoviendo los mecanismos de coordinación necesarios con los demás órganos de la Administración de la Comunidad Foral de Navarra y el resto de las Administraciones Públicas. Desde esta Asociación indican que no solo debe actuar la Administración foral, sino que los Ayuntamientos deben de colaborar en ello, algo que salvo contadas excepciones los cazadores echamos en falta, limitándose a conceder autorizaciones para que las sociedades de cazadores con un control de un guarderío que se les obliga a pagar realicen batidas nocturnas para intentar eliminar los ejemplares fuera de control que puedan encontrar en sus recorridos nocturnos, algo que debería de llevar a efecto de oficio la Administración.

Un estudio científico dirigido por el CSIC ha demostrado que los gatos (Felix catus) tienen una alta incidencia sobre las poblaciones silvestres de aves y sobre el medio ambiente, en general. Casi un tercio de los gatos domésticos asilvestrados captura y mata animales con frecuencia. Esta investigación dio como resultado que los gatos sacrifican un promedio de 2,1 animales por semana. El 13 % de las muertes totales son aves, aunque cazan de todo: lagartijas, ratones, ardillas, ranas y serpientes.

Tal como ha establecido en sus estudios la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), la presencia de estos gatos domésticos asilvestrados amenaza la supervivencia del 8% de las especies de aves, mamíferos y reptiles catalogados como en peligro crítico por esta asociación, algo que puede tras trasladado a la Comunidad Foral.

Según estudios del biólogo Félix Manuel Medina manifestados a Efe, los gatos asilvestrados son un serio peligro para los vertebrados endémicos de Canarias, donde fueron introducidos inicialmente para controlar plagas de ratas y ratones, pero que desde su llegada empezaron a causar problemas a la fauna autóctona. Medina afirma que los gatos nunca pierden su capacidad de cazador, y aunque estén saciados y alimentados, siguen matando y depredando por su propio instinto. En esto son parecidos a los lobos, que a pesar de ello el Gobierno español acaba de declarar especie protegida.

La nueva Ley de Protección de los Animales de Compañía de Navarra publicada en 2019 establece como novedad que aparte de los perros, la obligatoriedad de identificación de gatos y hurones mediante microchip homologado, estando su reglamento en fase de elaboración, por lo que se prevé que ello contribuya a un mayor control y su localización en caso de extravío. Pero según Adecana el problema va a seguir estando latente ya que al ser unos animales muy prolíficos las camadas que tengan en el campo seguirán estando no identificadas, por lo que habrá que incidir mucho más en su eliminación del medio por los problemas que causan.

Desde Aran Servicios Medioambientales, sus técnicos informan que en el caso de los gatos es especialmente preocupante la hibridación que suele producirse con el gato montés, especie protegida a la que se está alterando su pureza genética, y dado que no tienen control alguno de las enfermedades que suelen padecer, el riesgo de trasmitir a la especie salvaje una serie de graves enfermedades como la peritonitis felina, la leucemia, incluso en algunos casos la rabia, algunas de tratamiento muy complejo que diezman las poblaciones de gatos al no estar bajo control.