Sin duda, 2020 pasará a la historia como el año en el que una pandemia arrasó con vidas, expectativas, sueños, trabajos, proyectos, esperanzas, ilusiones, ideas... Y tocó adaptarse. Y aprender palabras y expresiones como confinamiento, mascarilla FPP2, quirúrgica o higiénica, gel hidroalcohólico, EPIs, distancia de seguridad, zoom... Y a no vernos o, si acaso, a saludarnos con el codo o con la mano en el corazón. De estos doce meses se podrían contar tantas historias...

Porque esa necesidad de contar y de que nos cuenten no ha muerto. Está más viva que nunca. Quizá por eso el Teatro Gayarre ha decidido celebrar la efeméride internacional recordando el origen de la interpretación, recuperando la palabra, el gesto sencillo, la voz como esencia de la representación. Y lo hace con una propuesta de la productora y distribuidora Quiero Teatro que reunirá mañana sobre las tablas, a partir de las 19.00 horas, a ocho narradoras y narradores navarras/os dispuestos a llenar de cuentos las cabezas de las/os espectadores/as.

En El teatro cuenta mucho, las/os protagonistas demostrarán que los cimientos de la humanidad se sostienen en gran medida gracias a las historias que a lo largo de los siglos han pasado de generación en generación, de cultura en cultura, de geografía en geografía, generando enseñanzas, reflexiones y un gran acervo cultural en forma de imaginario colectivo.

Sobre el escenario del Gayarre convivirán historias de siempre con relatos innovadores, proponiendo “un viaje por las emociones” con cada cuento, “saboreando la intriga y misterio de cada narración”. En definitiva, y en palabras de Quiero Teatro, las de mañana serán “historias contadas con mucho humor por las mejores voces de la narración profesional de Navarra.

Las/os ocho cuentistas

Isabel Aísa, veterana de la escena, ejercerá de maestra de ceremonias del espectáculo, que arrancará con Xabier Artieda y Camino del Polo Norte, cuento del que, si se descuida, el mismo público puede formar parte.

Continuará Virginia Moriones, que se define a sí misma como “cuentista y maga”, porque “algo mágico ocurre cuando se cuenta un cuento”. “Los cuentos son pequeños tesoros que transforman al que los recibe; una enseñanza, una historia, una experiencia, una nueva forma de vivir la vida”, dice. En su caso, narrará El príncipe feliz.

Le darán el relevo Jaione Urtasun y Xabier Flamarique, o lo que, es lo mismo, Pontxa y Flobin. La primera “ama los cuentos”. Tanto, que tiene de todo tipo: de piratas, de brujas, de niñas valientes... Y el segundo desea seguir la estela familiar, ya que su abuelo y su padre fueron cuentacuentos, así que coge la maleta mágica y con ayuda del respetable aprenderá cómo se cuenta una verdadera historia. Ambos desgranarán Kike y la flauta mágica.

En cuarto lugar llegará Sergio Salinas. “Cuento historias porque es el espacio de la vida donde me permito ser yo mismo, un ser creador, en diálogo con el público, personajes, objetos, imágenes y música”, apunta. El pirata Sein en busca de los colores será su apuesta.

Para María Suberviola, palabras y música están indisolublemente unidas. “Somos música ya antes de nacer, y creamos y sonamos de manera natural desde la más tierna infancia”, afirma. Por eso, en su proyecto Musas y Fusas “componemos música para poder contar y cantar maravillosos textos, cuentos y poemas”. Mañana será Nicolasa, ¿y tu casa?

La sexta en cartel será Birjiñe Albira. Sus razones están claras: “Yo cuento por no quedarme callada, para no olvidar y para comunicarme. Cuento porque me divierte y me conecta con lo que fuimos y con lo que somos. Cuento para no ser una y ser todas/os”. En el Gayarre desplegará Kepa y la lamia.

Por último, otro veterano: Sergio de Andrés y La cabra montesina. “Soy cuentista porque el mundo me ha hecho así, porque el mundo me ha tratado con amor, porque el mundo me ha querido siempre oír”, explica.

Está claro que los cuentistas tienen preparado un buen arsenal de palabras para entretener, intrigar y, sobre todo, divertir al público que vaya a celebrar con ellos el Día del Teatro.

Las ilustraciones del espectáculo son de Lola Azparren, la iluminación y el sonido correrán a cargo de Fermín Izko y la producción es de Quiero Teatro.