i es malo para la UEFA, organización de prácticas mafiosas, es bueno para el fútbol y la decencia. Y aunque suene raro, el proyecto de Superliga, liderado por el presidente del Real Madrid, viene a liberar este deporte de la tutela de un sindicato de corruptos y a ponerlo en manos de los clubes ricos. ¿Acaso no era este el destino elitista trazado hace décadas? La agresión de la UEFA a Bilbao y Euskadi, tras cancelar unilateralmente el contrato de la sede de la Eurocopa 2021 en San Mamés, confirma la necesidad de disolver esa entidad malhechora, así como la Federación estatal en ella integrada. Blatter, Platini, Grindel, Villar y ahora el oportunista Rubiales, ¿cuánta suciedad más puede soportar el aficionado al balompié? La tele garantiza los beneficios de la Superliga al subir el nivel competitivo de la obsoleta Champions League. Es una certeza matemática.

El fútbol se parece mucho a la política. Hay partidos (equipos), hay campeonatos (elecciones) y hay choques a degüello, los debates. El de Telemadrid reunió a unos tres millones de espectadores sumando las seis cadenas que lo emitieron en directo, un poco superior a la audiencia que Rociíto acaparó ella sola en Telecinco. Llama la atención que la aspirante de Más Madrid, Mónica García, no reaccionase ante la cruel coincidencia de atuendo con la líder del PP, chaqueta roja sobre blusa blanca. Total, mujer, lo de cambiar de chaqueta es lo normal entre políticos. Y la noche transcurrió con unos y otros contando muertos, muy español.

Por fortuna, el miércoles llega la nueva entrega de El cuento de la criada, metáfora de la lucha por la dignidad de las mujeres. Será en HBO. Rebasado el relato original de Margaret Atwood, quizás acontezca la caída de la dictadura de Gilead. Mientras, en la realidad, Ayuso incorporará a Vox al Gobierno más oprobioso de Europa.