Paisajes perdidos de la Tierra, mejor obra ilustrada de las publicadas a lo largo de 2020 según las librerías navarras, es un viaje alucinante al origen y la evolución del planeta que habitamos y que, lamentablemente, no cuidamos como merece, en compañía de exquisitas ilustraciones inspiradas en la estética del grabado antiguo.

¿Cómo acoge este premio de las librerías navarras?

-Muy agradecida y muy contenta. Es un reconocimiento a un libro que es fruto de un trabajo en equipo, un trabajo coral muy importante, porque a nivel edición, diseño gráfico, la maquetacion de los contenidos..., ha supuesto coordinar a mucha gente, y todo el mundo ha dado lo mejor y ha funcionado bien.

La obra nos adentra en los orígenes de nuestro planeta Tierra, nos lleva a mucho antes de que surgiéramos los seres humanos, y nos coloca en el lugar que nos corresponde. Somos una especie más en la historia del universo.

-Sí, en la primera parte del libro hay una línea del tiempo, y si te fijas en ella, en todo lo que ha habido hasta ahora, somos nada. En comparación con toda la historia que hay, somos como una anécdota, es muy poco el tiempo que llevamos aquí en comparación con todos los otros cambios climáticos que ha habido, con todas las otras especies. La idea surge de Mireia Trius, la editora, que visitó la Galería de Paleontología de París, donde vio unos paisajes de la evolución de la Tierra, y planteó: ¿por qué no hacemos un libro de la historia de la Tierra? Nos pusimos manos a la obra, hicimos una primera propuesta, contamos con el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona para que nos asesorara porque nosotras científicas no somos, y el contenido del libro es científico. Y así surgió.

Un contenido científico pero divulgado de una manea muy asequible y amena, sobre todo, claro está, por la riqueza del aspecto visual.

-Qué bien, me alegro mucho que se transmita eso, porque el contenido era difícil. Ha habido un gran trabajo de masticar la información en el proceso de construcción del libro.

¿En qué se ha inspirado para crear estas fascinantes ilustraciones?

-Bueno, supongo que se nota, la estética es muy referencial hacia el mundo del grabado antiguo. Estuve mirando muchas imágenes. A mí estéticamente siempre me ha gustado este material, y tengo muchos libros en casa, de Haeckel, de ilustración científica. Esta obra es un homenaje a la ilustración del siglo XVIII, al arte de la ilustración en época de la Ilustración, que era una fuente muy potente de transmisión de conocimiento, antes de la fotografía. Y todo lo que son las composiciones, el detalle, esto siempre me ha gustado. Y siempre he buscado en Haeckel, en Piranesi, que se dedicó a dibujar y catalogar todas las ruinas en Roma, también en grabados de Napoleón de cuando hacían las Campañas de Egipto, que lo dibujaron todo. Y esta es la idea estética, es como si hubiéramos mandado a alguien y hubiera hecho un paisaje y una descripción de la época en esa estética que a mí siempre me ha interesado mucho por lo sugerente y descriptiva que es.

La obra también nos alerta del peligro que corre nuestro planeta.

-Sí, la última imagen es como un primer selfie, el egocentrismo del hombre, del homínido, simboliza que de golpe toda la historia cambia, y es que en el fondo nos conocemos desde que estamos aquí. O sea, se conoce poco de lo de antes. Y la idea es que aparte de nosotros han pasado muchas cosas, somos la especie que está provocando cambios climáticos más rápidos, y la idea es que no llevamos tanto tiempo y tenemos que estar mucho más. Entonces, ¿cómo lo vamos a hacer? Hay un atropocentrismo muy metido dentro de nosotros, solo importa donde está el hombre. Y bueno, quería aludir también con este libro a que donde el está el hombre es la Tierra, no está flotando por ahí...

Minusvaloramos el poder que tiene la naturaleza, y vivimos gracias a ella.

-Exacto. Gracias a ella seguimos aquí; de hecho, somos parte de ella, y deberíamos ser más conscientes de esto.