El Teatro Gayarre acogerá este jueves, 10 de junio (19.00 horas), la muestra final del taller La Chavalería, en el que entre los meses de marzo y junio han participado ocho jóvenes, siete chicas y un chico.

El grupo, dirigido por el autor y director de escena Angel Sagüés, ha trabajado en la búsqueda de un estilo propio a la hora de utilizar el espacio, los cuerpos o el texto. "Un estilo que nazca de la energía, del estado de ánimo que necesita la chavalería para renacer, para reconstruir, para ir completando sus procesos vitales", ha explicado Sagüés.

La Chavalería adopta este nombre por varios motivos. "Porque es una manera de referirse a la juventud en un término neutro e inclusivo, acorde con los tiempos de reivindicación de la equidad de género en los que vivimos. Porque es un grupo humano cargado de demasiados estereotipos y que conviene ir desmontando. Y porque representa a esa gente que busca, a veces desesperadamente porque no se lo ponen nada fácil, su lugar en el mundo a través de ir asumiendo las consecuencias de sus actos, de decidir a partir de las propias creencias y valores, y de relacionarse de tú a tú con las generaciones que les preceden", ha señalado el responsable de este taller, que tomó como punto de partida el texto Palabras para un mundo mejor, de José Saramago, con el fin de ir explorando distintas inquietudes, temáticas y ámbitos de interés para los jóvenes participantes.

Trabajo sobre personajes femeninos míticos

Así, además de este texto del Nobel portugués, cuenta Sagüés que en el taller han trabajado "sobre personajes femeninos míticos de la literatura universal", como Andrómeda, Dulcinea, Fantine, Adela, Serezade, Cenicienta, Ofelia y Caperucita. "Ha sido un guiño a estos textos, una caricia. Ellas mismas han escrito textos. No conocían algunas de las obras y tampoco todos los personajes les eran familiares, pero no ha habido problemas; la calidad de Saramago para reflejar el mundo que nos rodea y la universalidad de los personajes ha sido estímulo suficiente para engancharse a ellos", ha añadido.

Trabajar en tiempos de pandemia

Angel Sagüés lleva años impartiendo talleres promovidos por el Teatro Gayarre. En este caso, ya le había tocado lidiar con la pandemia en los del curso 2019-2020, así que, este año, tanto él como los participantes conocían bien las circunstancias y las medidas que había que adoptar para trabajar en términos de seguridad. Esta situación, ha comentado, no tiene ventajas, si acaso la de tener que "reactivar la imaginación para adaptarnos a ello".

Por contra, los inconvenientes son muchos: "No nos vemos las caras, los gestos y los contactos se ocultan o se reprimen", ha indicado. En esta edición, eso sí, el grupo ha sido menos numeroso, "y con ello hemos ganado que pudieran estar todas las personas juntas y que cada una tuviera más participación".

También que el grupo "ha podido hacer más piña". "No todas se conocían anteriormente y, como esta es una actividad de comunicación y contacto, la confianza enseguida se ha producido, dando lugar a una relación estrecha más allá del taller", ha apuntado Angel Sagüés. Y ha destacado que el hecho de que haya habido siete chicas y un chico ha permitido que el enfoque y los contenidos del taller hayan sido más feministas.

"Siempre me sorprende su sabiduría y capacidad para analizar la vida contra todo lo que pudiera esperarse de chicas de esa edad. Lo más difícil es estar a su altura en cuanto a honestidad y compromiso", ha comentado.

"Tienen una madurez y una consciencia capaces de abordar lo que sea", ha continuado el profesor, que ha coincidido con varias de las participantes en distintas ediciones del taller La Chavalería. "Hay varias personas que están desde el comienzo. Las he visto crecer, en algún caso duplicar su estatura. Cada año acuden con la misma ilusión. Hay quien ha hecho este camino y sigue estudiando teatro con una vocación de ser profesional. Las hay que se han hecho adultas y están en sus carreras. Están las que empiezan y descubren la actividad, el espacio. En todos los casos, el taller es una revelación de que el teatro puede ser una escuela de vida. Más, si cabe, en estos momentos de crisis global. El título de Saramago me invita a resumir el sentido del taller de este año de la siguiente manera: el teatro debiera ser ese lugar donde las palabras y el gesto sirvan para hacer un mundo mejor", ha añadido Sagüés.

Sobre lo que se va a ver en el escenario este jueves 10 de junio, Sagüés ha apuntado que será "una fantasía, un imposible que solo permite el teatro". "Un encuentro insospechado. Espero que algo especial que deje cierta huella en quien lo vea porque entre las participantes está garantizada. Y de eso se trata", ha concluido.