ay ocupaciones en la humana existencia especialmente delicadas o difíciles de sobrellevar y en el campo de la comunicación dirigir un ente público de radio y televisión se lleva la palma por su complejidad y dificultad extrema. El modelo europeo de radiotelevisión organizado en concesiones de carácter público y privado ha puesto en marcha empresas públicas objeto de numerosas críticas los últimos años, acusadas de manipulación, clientelismo y abuso de poder mediático, que han desprestigiado a directivos y profesionales hasta grados extremos. Las empresas públicas tienen todos los defectos de gestión y explotación mediática, y los sambenitos son abundantes y deplorables entre quienes pululan por tales ocupaciones. TVE comenzó sus emisiones de prueba en 1948 y a lo largo de su historia ha cosechado más penas que glorias. En estos momentos, goza de un planteamiento profesional y libre de ataduras partidistas y de sometimiento al poder político. El nuevo presidente de la corporación de radio y tele públicas es Pérez Tornero, que acaba de coger las riendas del poder, prometiendo ejercicio libre de informar, formar y entretener, dentro de lo que se entiende por misión y visión de unos medios pagados por los contribuyentes. El nuevo presidente de RTVE acaba de montarse a lomos de un agresivo tigre que le dejará descansar muy pocos días y noches, de tal manera que el avispero de lo público se agitará endemoniadamente. Buenas intenciones para una tele que no acaba de remontar momentos difíciles de audiencia y aceptación social, con resultados de escaso brillo y calidad televisiva. Quien monta un tigre acaba devorado por él, se vaticina en orientales tierras. Recuperar el estilo libre y profesional, acertar con las ofertas de programación, evitar escándalos y trifulcas y conectar con las necesidades sociales son algunas de las líneas de trabajo del nuevo equipo directivo, que ya cabalga en la pradera mediática. Y todo ello en un ejercicio limpio de ingresos y gastos para el equilibrio financiero. Los rugidos de RTVE no tardarán en sonar.