- Pedro Almodóvar llevaba tiempo queriendo tratar el tema de los represaliados en la Guerra Civil española y lo ha hecho en Madres Paralelas, presentada ayer en Venecia, dos meses después de que los socialistas en el Gobierno propusieran la Ley de Memoria Democrática, que espera que no sea vetada por la propia izquierda.

“Espero que una vez que llegue al Congreso, la propia izquierda no ponga problemas a esta ley, porque ya he oído voces que la encuentran incompleta”, sostuvo en un encuentro con la prensa horas antes de presentar la cinta oficialmente en el Festival Venecia, donde aspira al León de Oro.

Almodóvar narra la historia de dos mujeres que acaban de dar a luz, Janis (Penélope Cruz) y la adolescente Ana (Milena Smit), un parto que las unirá para siempre y que acabará representando dos visiones sobre lo ocurrido en la guerra (1936-1939).

La cinta llega solo dos meses después de que del Gobierno del socialista Pedro Sánchez emanara el proyecto de la Ley de Memoria Democrática, que una vez sea aprobada por el Congreso sustituirá a la Ley de Memoria Histórica de 2007, con la oposición de la derecha y las quejas de parte de la izquierda que la ve insuficiente.

No obstante, para el realizador manchego, la nueva propuesta supone “una diferencia abismal” para lograr la reparación: “La ley del 2007 de Zapatero era pequeña, no tenía dotación, lo decidían en cada comunidad y sirvió de muy poco. Era un buen intento, pero después de haber hecho la película, en julio ha habido otra ley que creo que esta sí completará la deuda que la sociedad española tiene con las víctimas del franquismo, con los desaparecidos”, celebró.

Sobre todo porque estipula que es la Administración la que debe hacerse cargo “de todas esas fosas” comunes aún por desenterrar e investigar.

“Hay un montón de novedades en esta ley que, una vez se lleven a cabo, nuestra sociedad yo creo que podrá pasar pagina y liquidar una historia con la que estamos viviendo desde hace 85 años”, auguró.

Almodóvar se considera “muy sensible” con esta cuestión, aunque en su familia “no hay ninguna víctima enterrada por ahí”, y por eso había intentado abordar este tema en el pasado pero, según reconoce, nunca había conseguido redactar “un guion apropiado”.

Entonces llegó Madres paralelas, durante el confinamiento por la pandemia, y le brindó la posibilidad de tratarlo como “un manto que cubre la película”, la trama de “dos madres imperfectas” que unen irremediablemente sus destinos en el paritorio.

Esta voluntad del cineasta, icono de la Movida madrileña y de la España democrática de los ochenta, deriva de su condición de “persona mayor”, subrayó con cierta sorna, pues no solo le corresponde “tener memoria sino también preocuparme por ella”.

“La gente muy joven ahora no tiene fantasmas franquistas por ejemplo, de ese pasado, y entonces es normal que sea un problema que ni se les ocurre pensar, pero también es cierto que la propia prensa se había olvidado y yo intentaba con la película dar visibilidad al problema”, aseguró.

Habló sin quitarse las gafas de sol, con los canales de Venecia a sus espaldas. Una ciudad en la que considera que nació “como director internacional” en 1983 estrenando Entre tinieblas y que hace dos años le coronó con su León de Oro honorífico.

A su lado permanecía sentada su musa, Penélope Cruz, que le escuchaba casi con veneración, como a un maestro con el que ha trabajado en siete cintas. No en vano, el realizador cree que su carrera también ha dependido un poco de ella: “Yo confío mucho en Penélope sobre todo por su capacidad para trabajar y ensayar toda la película antes de hacerla, me da mucha confianza en mí mismo, porque yo no tengo tanta”, apuntó.

Y zanjó, al poco de saber que Madres paralelas había sido aplaudida en el certamen veneciano: “La incertidumbre de antes de una película, en las 22 que he hecho, siempre ha estado ahí, pero la fe que ella (Penélope) tiene en mí me da mucha confianza”.

El coreano Bong Joon-ho, director de la oscarizada Parásitos y presidente del jurado oficial del 78 Festival Internacional de Cine de Venecia, aseguró que “el covid pasará y el cine continuará”.

“Ha sido un año muy duro para los cineastas pero mirando atrás parece como si nos hubieran puesto a prueba”, señaló, “no creo que la historia del cine pueda detenerse tan fácil, el covid pasará y el cine continuará”.

Sobre su manera de afrontar su misión como presidente del jurado en una edición en la que compiten directores como Sorrentino, Almodóvar, Jane Campion o Pablo Larraín, confió en llegar a un consenso aunque cree en la diversidad de gustos.

“Ha sido un año muy duro para los cineastas, pero la covid pasará y el cine continuará”

Presidente del jurado del festival Venecia