Lugar: Navarra Arena. Fecha: 24/09/2021. Incidencias: Lleno con el aforo permitido, en torno a 4.000 personas.

egunda jornada con aforo ampliado en el Navarra Arena y segundo lleno, con unas cuatro mil personas que acudieron para disfrutar del concierto de Nathy Peluso. La artista argentina recalaba en Pamplona con su Calambre Tour, la gira con la que está presentando su primer trabajo y que la está confirmando como uno de los grandes nombres del panorama musical internacional. Desde luego, tiene argumentos para defender esa posición, con una explosiva mezcla estilística (rap, hip hop, trap, soul, rock, electrónica) y, sobre todo, con un carisma fuera de lo común.

Musicalmente, como se ha apuntado, mostró un amplio abanico. Las bases electrónicas y guitarras eléctricas mandaron en Natikillah, en la que pudo recordar a los Fangoria más rockeros. Para la siguiente, Veneno, entraron dos metales (trombón y trompeta) y, de la mano de las percusiones, derivaron hacia lo latino sabrosón. Inmediatamente después, un nuevo quiebro estilístico, otra mezcla, en este caso de vientos tropicales con bajos funkies y guitarras eléctricas para armar Sugga, en cuya parte final los músicos se explayaron durante varios minutos, demostrando su total dominio sobre sus respectivos instrumentos.

El público seguía el desarrollo de la actuación extasiado, coreando las letras y aplaudiendo los bailes y contoneos de la artista. Ese es un punto a resaltar, porque en todo momento se comportó como una auténtica diva, posando desafiante, saltando, pisando con fuerza las tablas, moviendo con violencia su coleta frente a los tres ventiladores que tenía colocados delante del micro, arrastrándose por el suelo... Derrochando personalidad, en definitiva, y certificando que cumple con creces los estándares necesarios para conquistar el mercado global, como una Shakira adaptada a los nuevos tiempos o como una Rosalía con más potencia.

Hablando de Rosalía, hubo también un guiño flamenco en los punteos que ejecutó su guitarrista mientras ella contaba una historia sobre mujeres de piel morena y bandoleros, que fue la introducción de Sarandunguera. Uno de los momentos más apoteósicos se vivió con la siguiente, la celebérrima Una perra sorprendente, que con su sonido urbano, hizo enloquecer por completo al Navarra Arena. Justo antes de los bises, llamó la atención Arrorró, con la voz cargada de autotune, que se fundió con la oscura Corashe en un amago por terminar ahí la actuación.

Todo el pabellón pidió con insistencia los bises y la diva no tardó en regresar para rematar definitivamente la faena con cuatro últimas canciones: la muy rockera Delito, la hip hopera Business woman (puro gangsta rap), la decididamente latina Mafiosa y, como último regalo, Agárrate, baladón desnudo con derroche de voz que derivó en estruendoso rap que fue recibido como maná por un público totalmente entregado. Gustos personales aparte, es innegable que el espectáculo del Nathy Peluso es de mucha enjundia y que ella misma tiene talla de estrella internacional. Una suerte que haya pasado por Pamplona.