- "Soy librero porque no podía ser otra cosa", afirma rotundo Pablo Abarzuza, al frente de la librería Elkar Comedias. "Nací en el seno de una familia de libreros, y los recuerdos de mi niñez me llevan a verme siempre con un libro entre las manos, y a las mañanas de los domingos en la librería, entre tebeos y libros", evoca.

Cuando cumplió "la edad necesaria", empezó a trabajar en "la librería familiar, que hoy en día es librería Iratxe", y durante las épocas de verano y fiestas de Navidad a cubrir las necesidades de Elkar (entonces Xalbador), para, desde el año 1990, estar de manera fija hasta el día de hoy.

"No sé hacer otra cosa, no quiero hacer otra cosa; el contacto con los libros, pero sobre todo con las personas que se acercan a nuestra librería, con nuestras y nuestros clientes, que en muchos casos pasan a la categoría de amistades, es la adrenalina que me permite levantarme todas las mañanas para venir a trabajar", asegura el veterano librero navarro.

"¿Qué son las librerías, y qué somos las y los libreros? Quizás, junto a otros comercios que trabajamos en y por la cultura, los últimos románticos", reflexiona Abarzuza. "En una sociedad donde la prisa es virtud, donde queremos todo y ahora, las librerías somos islotes de tranquilidad. Lugares en los que pasar ratos muertos cotilleando las últimas novedades y recorriendo las estanterías de fondo, en la que se encuentra el que creo que es nuestro verdadero tesoro", apunta en este sentido. En la era de la compra-venta electrónica, "ante un comercio on line que ofrece una compra compulsiva, y donde la información está marcada por algoritmos dirigidos y estímulos visuales encaminados para la compra de lo nuevo, el papel de las librerías, y por ende de nosotras y nosotros, es el asesoramiento calmado, dirigido solamente por nuestros gustos y nuestra experiencia", defiende el librero de Elkar.

"Siempre digo que todas las personas tienen, al menos, un libro esperándole, y somos las librerías las que estamos capacitadas para ayudar a encontrar ese libro". Y pone un ejemplo muy ilustrador: "¿En qué página web pides un libro para alguien que no lee? En una librería es pan de cada día, y ese reto imposible se hace realidad -en gran parte de los casos, somos humanos-", reconoce.

Ese reto apasionante, concluye, es "lo que hace que cada día sea diferente, lo que supone que mi trabajo sea realmente especial: el trato directo con los clientes, los habituales con los que compartir lecturas y recomendaciones, y con los no habituales, como cuando una persona entra en la tienda y me pide que le recomiende un libro, y comenta: no soy lector pero el último que le recomendaste me ha enganchado, y quiero otro".

"No quiero hacer otra cosa; los libros son la adrenalina que me hace levantarme cada mañana"

"El reto de encontrar un libro para alguien que no lee es lo que hace de este trabajo algo especial"

Librero de Elkar