- Transcurridos cuatro años de su exitosa novela El largo sueño de tu nombre (2018) y dos de La sombra que habita en tus ojos (2020), con la memoria histórica como tema principal, la escritora Amaia Oloriz (Villava/Atarrabia 1962) regresa escena con El Llanto de las amapolas, obra en la que da voz a la infancia arrebatada por el golpe de Estado del 18 de julio de 1936 y al sufrimiento de las mujeres "que se volvieron invisibles porque aprendieron que así se perdonaba su presencia".

Una historia con la que la autora ha querido reconocer el dolor de los olvidados y ser un homenaje a su lucha, unión, resistencia y compromiso.

De este modo, en su sexta obra Oloriz continua en la línea memorialista que se marcó prácticamente desde el principio, y suma su nombre a la lista de autores que trabajan para dar luz a la verdad. "Siempre me ha interesado la guerra civil y, aunque sé que hay un gran camino literario hecho, me siento con esa responsabilidad como escritora.

El Llanto de las amapolas, combina pasado y presente. Ambientado en el verano de 1936, tiene como protagonista a Satur, un niño rural de diez años que aporta su mirada retrospectiva adulta en el año 2016.

De lectura sencilla, el relato tiene fuerza suficiente para sostener las dos partes en las que se estructura : en la primera da a conocer el entorno feliz de su familia roto por el golpe, mientras que en la segunda recoge el relato de la represión y el dolor a través de los ojos del niño.

Oloriz sitúa el origen de la historia, como el resultado de la impresión que le causaron los reportajes Hezurren Memoria ( Hamaika Telebista) y de su posterior documentación en obras referentes como Navarra 1936.De la esperanza al terror (Altaffaylla Kultur Taldea). De los documentales, afirma, le quedó grabada a fuego la voz anciana de quienes fueron niños y niñas del 36 y recuerdan con nitidez los terribles acontecimientos vividos y perpetuados en el tiempo, con estigma interminable e incesante duelo.

"Decidí entonces que sería un niño el protagonista de mi siguiente obra que trasladaría el dolor, el miedo, y el hambre y que concentraría en las mujeres el castigo y la humillación causada", recuerda Amaia.

Con amapolas que lloran lágrimas negras, alegoría del llanto amargo y oscuro que representa a las personas asesinadas en las cunetas, su título y portada anuncian la tristeza del relato construido con imaginación que nos traslada a aquel terrible verano , a un pueblo sin nombre de la Ribera. "Si bien he tomado como referencia Lodosa, Sartaguda, no creo que la represión se llevara mucho de un lado a otro. Así, es posible que cada cual lo ubique en su pueblo, incluso fuera de Navarra", argumenta.

Satur, presenta una serie de personajes familiares, vecinos y amigos que se transformarán con el alzamiento que les llevó a posicionarse unos contra otros. Este posicionamiento, subraya la autora, le impactó sobre manera, así como la dura y amarga supervivencia de las familias republicanas. "Encontrar en mí la voz de niño me ha costado, los diálogos entre él y sus amigos, pero creo que he conseguido un personaje creíble y entrañable" confiesa.

Satur, Fefa Urra, doña Palmira ( la maestra) se suman a los personajes que le han conducido durante dos años a su nueva creación, la han transformado, sorprendido, y habitado.

Autodidacta y autoeditora, Amaia Oloriz disfruta de su tiempo de escritura en libertad. Se emociona visiblemente, cuando habla y escribe de la causa de perdedores y olvidados de una guerra que despertó su interés desde siempre. Su deseo es ahondar en lo oculto, dando luz al silencio impuesto. "Me gusta dar a mis lectores la oportunidad de reflexionar e indagar sobre el pasado oscuro de nuestra historia, centrar su atención en ello" apostilla.

Asegura que la escritura ha enriquecido y ensanchado su vida, a nivel cultural y personal. De ello también habló el jueves en la presentación de su libro en Atarrabia, con un teatro prácticamente lleno (300 plazas) que constató que Oloriz es "profeta en su tierra", como significó Mikel Asiain al tiempo que repasaba su trayectoria. Le acompañaron también, Amelia Resano y Benito Salvatierra, lodosanos descendientes de represaliados, Su memoria viva y sincera hizo vibrar al público. Fue una velada cuajada de agradecimientos: a Amaia Oloriz Satrústegui (portada), Xabier E. Goñi(vídeo promocional), Pedro Guerra (tema Los olvidados), familiares, amistades, lectores, lectoras y a la Casa de Cultura por dar cobijo a sus presentaciones. Allá quedan sus primeros cuentos infantiles y su primera obra, Búscame (2015). Oloriz sigue su recorrido por el camino de la memoria y dará nuevos frutos.

El Llanto de las amapolas espera ya en las librerías de Elkar, Abarzuza y la de Estafeta.La propia autora distribuirá con su red habitual. Es su edición más cuidada de 282 páginas (15 euros). Tejida con lo que su corazón le inspira y trasmite, para reparar, romper el silencio y no olvidar el terror vivido, las infancias truncadas y las mujeres olvidadas tras aquel verano del 36.

"Me gusta dar

a mis lectores

la oportunidad de reflexionar sobre nuestro pasado oscuro"

Escritora