El pintor navarro Pedro Salaberri (Pamplona, 1947) ha recibido con "una satisfacción enorme" el Premio Príncipe de Viana 2022, en reconocimiento a una trayectoria en la que, espera, haya ayudado en algún momento a detenerse y mirar a nuestro alrededor.

¿Qué supone para usted este reconocimiento con el Premio Príncipe de Viana?

-Una alegría, recibir un premio en tu comunidad y que además sea el premio máximo a la cultura... Es una satisfacción enorme.

En rueda de prensa han recordado que hacía tiempo que no se premiaba a un artista plástico. ¿Este galardón es también un impulso a las artes plásticas?

-Bueno, me parece que es aleatorio porque la jugada es que te presente alguien que crea que merezca la pena presentarte. En otras ocasiones han presentado a literatos, a músicos... pero es circunstancial, si nadie hubiera querido presentarme, se lo hubiera llevado otra persona. Eso sí, estoy encantado de que me toque a mí.

El Gobierno de Navarra ha destacado que su trabajo aporta al arte y a la cultura de la Comunidad Foral una mirada diferente. ¿Cómo definiría esa mirada?

-Hay personas que me dicen que cuando ven un paisaje, me ven a mí; o que después de mis cuadros descubren ciertas cosas€ A lo mejor ayudo a que algunas personas, entre esas prisas que tenemos, se detengan y miren esta maravilla de la Cuenca, de nuestra ciudad... Mi aportación sería ayudar a que algunas personas se paren un momento a mirar y vean los paisajes que tienen alrededor.

Precisamente el paisaje ha estado muy ligado a su trayectoria, hasta el punto de que le han definido como "un pintor e intérprete de la naturaleza". Pero caigamos, en una pregunta manida: ¿qué es la naturaleza para su obra?

-Bueno, la naturaleza, como la ciudad, lo es todo. Es decir, vivimos en la ciudad y en la naturaleza, y yo hablar de ello desde una actitud involuntariamente positiva. Al fin y al cabo los cuadros son recreaciones no de la realidad, sino de una idea. Son figuraciones poéticas y cosas idealizadas, pero que recuerdan al sitio de donde salen. Y hay momentos hermosísimos en la ciudad y en la naturaleza y yo hablo de esos momentos. La vida está llena de todo, pero yo quiero tener una actitud positiva.

El cuadro 'Caballos'.

Inició sus estudios de dibujo y pintura en la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona, ¿cómo recuerda aquellos comienzos?

-Con mucha nitidez. Yo estudiaba álgebra y me di cuenta de que aquello no me interesaba. Así que como de crío dibujaba y copiaba tebeos, de forma intuitiva me fui a Artes y Oficios y aquello estaba lleno de estatuas y bodegones, con gente pintándolos... Y el recuerdo que tengo es el de entrar en el mundo en el que quería vivir. Fue una especie de reconocimiento de en qué mundo quería estar. A partir de ahí, en la medida de lo posible fui cada vez más a la pintura y cuando pude, me fui del todo.

Entre sus méritos para llevarse el galardón, han destacado su vinculación con otros artistas y el impulso que ha dado a algunas de sus carreras. Mirando a Navarra, ¿qué radiografía hace de las artes plásticas, gozan de salud?

-Hay artistas estupendísimos, otra cosa es que puedan vivir de ello, pero hay mucha gente buena. No tengo ninguna duda. Además, disfruto de lo que hacen, de su compañía... Lo que pasa es que las artes plásticas tienen siempre de secreto, de estar en los estudios y las sigue un pequeño grupo muy aficionado.

¿Qué hace falta entonces?

-Que le llegue dinero. Cuando a mí alguien me ha comprado cuadros, me ha permitido a mi vez comprar tiempo. Y tener tiempo es poder estar más cercano a tu pasión y eso hace que la puedas cultivar mejor.

Pintura a un lado, como amante del teatro también ha realizado escenografías, carteles e ilustraciones de portadas y libros. De hecho, recientemente comisarió la exposición de El Lebrel Blanco.

-Sí, digamos que me han interesado todas las artes y he tenido la suerte de que, como aficionado, me encarguen escenografías. He disfrutado mucho, también comisariando exposiciones, escribiendo textos... Es una forma de aprender. Todo lo que haces redunda en tu beneficio.

Actualmente, ¿en qué momento artístico se encuentra?

-Por poner una palabra, en serenidad. Me siento muy bien, vivo con la gente a la que quiero y que me quiere, tengo para pagar las facturas, como con apetito, me echo un trago con ganas... (risas). Y encima me dan este premio, es maravilloso.

San Ignacio, 81x60 cm, óleo sobre lienzo, 2020.