Escribe cuando tiene preguntas sin respuesta. Consciente de que la poesía nos coloca "en el terreno de la extrañeza", Maite Pérez Larumbe aspira con cada escrito a expresar todo lo que en ese momento quiere y es capaz de decir. La autora navarra aporta cinco poemas a la antología compilada por Francisco Javier Irazoki Años de treces meses. Una muestra de la calidad y el talento literario de trece autoras vivas que cultivan el arte de la poesía.

"Después de tantos siglos de oscurantismo padecido, las mujeres amplían nuestra sensibilidad poética. Rompen los límites de los viejos calendarios. Aportan años de trece meses". Así nos introduce Francisco Javier Irazoki en esta antología, que reivindica la visibilización del arte de las mujeres poetas, y de su calidad. ¿Se va avanzando en esta labor de hacer justicia frente al olvido histórico de las mujeres creadoras?

-Estamos en un momento de reivindicación y visibilización, de elaboración de genealogías y reconocimiento de referentes. Una chica que empiece a escribir ahora va a tener a su alcance muchas más autoras de las que tuve yo cuando empecé a hacerlo. En las bibliotecas, en las librerías, en los periódicos y revistas. Desconozco si con igual intensidad en los libros de texto, que son el denominador común de las nuevas generaciones, me temo que no. Tampoco sé, o sí que sé, claro que sé, que por ahora hay algo en el imaginario colectivo y popular y en imaginarios más especializados y creadores de opinión que limita la presencia de escritoras entre los referentes de la escritura con mayúsculas. Una especie de techo de cristal.

Las de esta antología son voces liberadas, cuerpos liberados. Hablan sin tapujos de muchos temas desde estéticas, ritmos y formas diversas. En su caso, ¿encuentra en la poesía ese terreno de libertad?

-Bueno, voces y cuerpos liberados son palabras muy grandes. No me atrevo a decir tanto. Sí que hay una voluntad de libertad en las temáticas, en los puntos de vista, una clara transgresión respecto a generaciones anteriores que se explica por el contexto histórico. Al mismo tiempo, la antología reúne estéticas tan diferentes que la panorámica incide en esa idea de autonomía creativa. Por otra parte, no quiero ser una aguafiestas, pero la poesía es un género pequeño por su difusión, por sus ventas, por su alcance, y en un espacio reducido y poco vigilado la libertad parece más fácil. En mi caso, y supongo que es posible que esta percepción la compartan mis compañeras, la más costosa no ha sido esta libertad temática, al contrario, creo que la entendemos como un derecho, sino que, hablo por mí, la libertad se juega en una medida importante frente a una misma en el sentido de indagar, de salir de los lugares y los modos ya conocidos.

Aporta al libro cinco poemas, en los que se perciben evocaciones de recuerdos, del pasado, en los que resuena el silencio, la nada, la importancia del vacío, que es el origen de toda creación, ¿no? El folio en blanco. También la muerte, o yo la he visto en el poema 'Encontrar la pantera'; la vida como un interrogante... ¿Qué diría que le mueve como poeta? Aunque luego cada creación sea una obra libre, abierta a la interpretación de cada cual...

-Escribo cuando tengo preguntas sin respuesta, cuando me inquietan y tengo que contestarlas. Cuando hay un tema de investigación, por decirlo así. Lo he repetido unas cuantas veces, pero no tengo otra respuesta que me parezca más cercana a la realidad. Hablas del poema Encontrar la pantera. No sé si he tenido la muerte como realidad absoluta muy presente al escribir. No le ha llegado el momento, posiblemente, pero sí alguna muerte diminuta. Ese poema trata de la anticipación, que es una tendencia, una pulsión que hace que los peores temores se vivan como si fueran ciertos y reduce la vida. En este caso, escribirlo fue una forma de poner imágenes y objetivar, acotar y tener la posibilidad de entenderla.

No hay nada como el libro físico, en papel, y más aún para leer poesía, que requiere de un tiempo detenido, concentrado, ¿no? Y eso no se logra tanto en la pantalla...

-A mí me gusta el papel, pero no deja de ser un medio. Leer un poema requiere un tiempo corto, lo que podría suponer una ventaja, y un trabajo que, como dices, exige cierta concentración. Un poema no es un artículo periodístico o un prospecto. No te coloca en el registro de los significados unívocos, sino que pone a quien lo lee en el terreno de la extrañeza. Tras la lectura de un poema es frecuente escuchar o ver caras que piensan más o menos: ¿qué has querido decir?, y la respuesta no puede ser otra que lo que pone en el poema. Ahí están el trabajo y la dificultad: quien lee, para cerrar el círculo, ha de saber qué le dice el poema con su biografía, con sus lecturas y sus gustos, ese día y a esa hora y, desde ahí serán posibles la interacción y el diálogo, la comprensión y la crítica. Eso suele exigir volver sobre el poema varias veces, dejarlo reposar, darle otra vuelta€ Es casi otro proceso de escritura.

Precisamente en este tiempo acelerado y en el que más que el conocimiento se cultiva la información superficial, la poesía nos puede aportar mucho. Reflexión, imaginación, nos activa el pensamiento.

-Pues yo creo que sí y también distracción, placer estético, admiración por la capacidad de expresión, por la existencia de mundos tan diversos. Pienso en dos autoras jóvenes presentes en la antología, Berta García Faet y Rosa Berbel. Dos poéticas diferentes e igualmente atractivas.

¿Qué es para Maite Pérez Larumbe la poesía?

-Yo la entiendo como un ejercicio de síntesis, una intensificación expresiva, lo que no significa que tenga que ser efectista, al contrario. Y tiene la capacidad de multiplicar significados, es tentacular.

¿Y cuál es siempre el reto en cada poema?

-El reto es precisamente que se acerque a esa definición, que el poema sea significativo y exacto, que exprese todo lo que en ese momento quiero y soy capaz de decir y que lo haga en el tono preciso y con las palabras justas.

SUS FRASES

"Hay un techo de cristal que limita la presencia de escritoras entre los referentes de la escritura con mayúsculas""La libertad se juega frente a una misma en el sentido de indagar, de salir de los lugares y los modos ya conocidos""Comprender un poema exige volver varias veces a él, dejarlo reposar, darle otra vuelta... es casi otro proceso de escritura"

EL LIBRO

- Título. Años de trece meses. 13 autoras de la poesía actual en lengua española.

- Autoras. Piedad Bonnett (Amalfi, Colombia, 1951), Isla Correyero (Miajads, Cáceres, 1957), Blanca Andreu (La Coruña, 1959), Maite Pérez Larumbe (Pamplona, 1962), Aurora Luque (Almería, 1962), Asunción Escribano (Salamanca, 1964), Isabel Bono (Málaga, 1964), Luisa Castro (Foz, Lugo, 1966), Pilar Adón (Madrid, 1971), Raquel Lanseros (Jerez de la Frontera, 1973), Ioana Gruia (Bucarest, 1978), Berta García Faet (Valencia, 1988), Rosa Berbel (Estepa, Sevilla, 1997).

- Editorial. Demipage.

- Compilación. Francisco Javier Irazoki (Lesaka, 1954).

- Ilustración cubierta. Jean-François Martin.

- Precio. 15 euros.

- Sinopsis. Demipage apuesta por la poesía y no desea fijar un canon literario, ni negar la existencia de otras poetas valiosas no incluidas en este libro. "Esos objetivos nos parecen antipoéticos. Nuestra pretensión es clara y sencilla: ofrecemos una muestra breve de la calidad de trece autoras actuales en lengua española", resalta la editorial. "Ojalá lectoras y lectores busquen y ahonden en el conjunto de las obras. Mostramos literatura de estéticas variadas. El surrealismo, la sensualidad libre, la exuberancia, la reflexión o el minimalismo caben en estas páginas. Después de tantos siglos de oscurantismo padecido, las mujeres amplían nuestra sensibilidad poética. Rompen los límites de los viejos calendarios. Aportan años de trece meses", apunta.