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Tafalla vuelve a ser de bronce

La Peña Sport vence al Las Palmas Atlético y logra su cuarto ascenso a Segunda B

Tafalla vuelve a ser de bronce

PEÑA SPORT 2 Calvo; Garde, Ainzúa (Valencia, min.70), Jon Goñi, Eder; Azpilicueta, David Ruiz (Ezkurra, min.73); Murillo, Aitor Santos, Soria (Fermín Úriz, min.63); y Arizkuren.

LAS PALMAS ATLÉTICO 1 Alberto; Simón David, Israel, Amado (Cristian, min.83), Aythami; Juanpe, Gómez, Romero; Vitolo, Maikel y Peraza (Roque, min.78).

Goles 1-0, min.32: Arizkuren. 1-1, min.45: Vitolo. 2-1, min.76: Valencia.

Árbitro Gracia Villacampa (Comité Aragonés), con Ferrer Moreno y Gómez Mur. Amonestó por la Peña a Calvo, Azpilicueta, Murillo, Arizkuren, Aitor Santos, Ezkurra y Fermín Úriz. Por el LAs Palmas Atlético, a Aythami.

Estadio San Francisco de Tafalla, con unas 2.000 personas en la grada. Ambiente festivo, con presencia de la charanga.

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TAFALLA. La historia recordará que el reloj del San Francisco marcaba el minuto 76. Que un espigado central se disfrazó de delantero para marcar el 2-1 de la Peña Sport. Y, cómo no, que ese gol, celebrado con pasión por una grada abarrotada, supuso el ascenso de los tafalleses a la Segunda División B. Los pupilos de Javi Lerga debían hacer bueno el 1-1 cosechado ante el Las Palmas Atlético en Canarias.

Así lo hicieron los azulones, quienes completaron un encuentro para enmarcar, frente a un adversario que se antojaba peligroso y al que los navarros supieron sujetar.

Los primeros minutos del partido pertenecieron con total exclusividad a los peñistas. Concentrados en labores defensivas y clarividentes en la creación de juego, los tafalleses empujaron al Las Palmas Atlético hacia su parcela constantemente en busca de la diana. Valía el 0-0, pero especular con el resultado significaba morir en el intento.

Javi Lerga, quien ya había avisado de la peligrosidad de los contraataques canariones, no tardó en comprender que cualquier error de sus pupilos podía suponer un directo en todo el vientre. De hecho, el Las Palmas dio su primer susto cuando la Peña Sport parecía tener cerca su primer tanto. En el 19, Vitolo realizó una internada fulgurante hacia los dominios de Calvo y su disparo lo repelió con el pie el meta navarro.

Tras la falsa alarma, llegó en seguida, la réplica con éxito de la Peña Sport. A la media hora de juego, Aitor Santos, tras una jugada por la izquierda, dio una asistencia que ya era media gol a Arizkuren. El ariete de Villava sólo tuvo que empujarla y correr hacia la grada para celebrar el tanto.

Después de aprovechar ese tremendo desbarajuste defensivo del Las Palmas, la Peña se durmió algo en los laureles, y el filial canario lo aprovechó para venirse arriba en los últimos minutos de la primera mitad. Cuando, por circunstancias del tiempo, ese arreón visitante parecía tocar a su fin, Vitolo aprovechó un error de Garde para marcar el empate. El lateral peñista intentó ceder el balón a Calvo, pero el extremo canario se anticipó y regateó a todo lo que se puso por delante para disparar a placer.

Pese a suponer un mazazo justo antes del descanso, la Peña Sport hizo gala de su gran capacidad para manejarse en este tipo de partidos. Sin aturullarse por las prisas, el conjunto de Lerga apeló a la paciencia como arma para llevar la eliminatoria a su terreno. La Peña sabía que, si todo marchaba como hasta entonces, su segundo gol iba a llegar tarde o temprano. Y llegó. Justo cuando Javi Lerga se había quedado sin cambios ofensivos, por lesión de Ainzúa y de David Ruiz.

Antes había ingresado el hombre que cambiaría el partido: Fermín Úriz. El habilidoso extremo pamplonés demostró desde su entrada al césped que podía liarla. Suyo fue el pase del gol definitivo, que nació en las botas de su autor, Joseba Valencia. El zaguero corrió a luchar un balón largo, lo cazó, se la pasó a Murillo, y éste se la dio a Úriz. Valencia llegó con el alma a su envenenado pase de la muerte y empujó el esférico al fondo de la mallas. Fue el paso definitivo hacia un ascenso que la Peña mereció por no dejar nunca de creer en sus posibilidades. Pese al sufrimiento final, con paradón de Calvo incluido, no se podía escapar. Tafalla vuelve a ser se bronce.