OBEARAGÓN HUESCA 31 Julio Rodríguez (p), Bartolomé (2), Álex Álvarez (7, 4p), Grau (5, 1p), Salinas (5, 1p), Jiménez (5, 1p), Escribano (1) -siete inicial-; García (ps), Ancizu (1), Esteban, Sladic (1), Cano (2), Montero, Mira.
HELVETIA ANAITASUNA 30 Álex (p), David Rodríguez (2), David Carvajal (3, 1p), José Manuel García (6, 1p), Maxi Cancio, Harsanyi (6, 1p), Tarcijonas -siete inicial-; Héctor Tomás (ps), Reig (5, 1p), Hiliuk (3), Juan Pablo, Chocarro (1p), Dyukic (4).
Marcador cada cinco minutos 2-2, 5-4, 6-5, 7-9, 10-10, 11-10 (descanso); 14-11, 15-15, 18-17, 19-18, 20-19, 21-21.
Árbitro Excluyeron por el Obearagón a Bartolomé, Cano y expulsaron a Esteban. Y por el Helvetia excluyeron a Carvajal, Hiliuk, José María García y Maxi Cancio.
Estadio Palacio de los deportes. Unos 1.000 espectadores, con 200 aficionados navarros.
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Enviada especial
huesca. No apto para cardíacos. Así es como habría que definir el encuentro de ayer entre el Obearagón y el Helvetia. En juego estaba el sueño dorado de militar en Asobal la temporada que viene, pero tan sólo podía subir uno, y ahí estuvo la pega. El enfrentamiento entre los dos equipos fue tan igualado que el hecho de que se tuviera que decidir quien ascendía en la segunda tanda de penaltis, a muerte súbita, fue demasiado mazazo para un Helvetia que dio la talla hasta el final.
Desde el pitido inicial, se manifestó esa igualdad de poderío en la pista. El Obearagón Huesca plasmaba un juego fluido, con rapidez en los pases, que en su mayoría acababan en el extremo. Mientras que en defensa, colocaron una 4-2 muy adelantada para presionar al Anaita y evitar así que sus ataques terminasen en gol. A pesar de ello, el conjunto de Aitor Etxaburu no dejó en ningún momento que el Huesca se adelantara. Era un continuo toma y daca. Cuando uno se adelantaba, el otro empataba, y viceversa. El Helvetia conseguía mantener a raya a los oscenses gracias a una agresiva y concentrada defensa 6-0 que dejaba pocos huecos para las internadas de los de José Nolasco. En ataque también lograba pasar la muralla del Huesca y marcaba, siempre y cuando, un sublime Julio Rodríguez, se lo permitía ya que el meta oscense estuvo ayer a un gran nivel. Así se llegó a un 6-6 para el minuto 20 de la primera parte, y fue entonces cuando gracias a una doble exclusión de Cano y Esteban, los blanquiverdes consiguieron la mayor diferencia del encuentro hasta entonces (6-9).
Pero el Obearagón sabía lo que se jugaba y no iba a dejar que se le escapara y en cuatro minutos dio la vuelta al marcador (10-9) gracias, en parte, a la exclusión de Maxi Cancio. Fue en ese momento, en el 24, cuando ocurrió la mala noticia del partido. En una jugada de ataque del Helvetia, un jugador oscense cayó sobre la mano de David Rodríguez y le rompió el dedo dejándole en el banquillo para el resto del encuentro. Después de esta desafortunada acción, Hiliuk empató a 10, pero Cano marcó el 11-10 con el que se llegó al descanso.
segunda parte de infarto Había muchos nervios en la grada porque se temía la dinámica en la que iba a seguir el partido. Y tanto los seguidores oscenses, como los 200 aficionados navarros que se trasladaron a Huesca estaban en lo cierto. Arrancó la segunda mitad con un Obearagón más enchufado que para los cuatro minutos de juego se adelantó dejando una diferencia de tres goles en el luminoso (14-11). Pero el Helvetia mantuvo siempre la sangre fría y volvió a empatar el partido.
A partir de ahí, el Helvetia fue todo el rato a remolque agobiando a un Huesca que por más que lo intentaba no lograba dar esquinazo a su rival en el marcador. Los minutos iban pasando y el resultado no dejaba de ser un empate continuo. La presión de la afición oscense era insoportable y los jugadores en el campo casi no podían ni oír las indicaciones del banquillo. Llegó el minuto 28, Pocholo anotó la igualada. 21-21. Y así se llegó a la prórroga. Todavía quedaban 10 minutos por delante para que el conjunto que más sangre fría tuviese, consiguiera el ascenso.
La primera parte fue para el Helvetia que se adelantaba continuamente y gracias a su defensa, ponía en aprietos al Obearagón. Así, Harsanyi dejó el 23-24 al final del primer tiempo, pero quedaba el segundo.
Volvió a salir más enchufado el equipo oscense que gracias a dos robadas de balón de Grau dio la vuelta al marcador (25-24). Pocholo fue quien, otra vez, puso la igualada a 25. Quedaban dos minutos y los nervios blanquiverdes se empezaron a notar hasta que se hizo un penalti a favor del Huesca que, por supuesto, Álvarez no falló. Siguieron pasando los segundos hasta que a tan sólo 4, en el ataque del Helvetia, Reig recibió una falta que fue penalti. 26-25 en el marcador y Carvajal sentenció.
Los corazones de los aficionados cada vez iban más rápido. Los jugadores se colocaron en la portería y empezó la tanda de penaltis. Todo sería al mejor de 10. Pero lo peor que de esos 10, los dos conjuntos fallaron un penalti cada uno. Y se llegó inevitablemente a la muerte súbita. Quien primero fallara, se quedaría en División de Honor.
Salió Álex Álvarez y marcó. Le tocaba al Helvetia. Julio Rodríguez se puso bajo palos. Carvajal se preparó, lanzó, pero el meta oscense lo detuvo. Y ahí terminó todo. El Obearagón ganó y el Helvetia se quedó con la miel en los labios. Un mazazo demasiado duro para un equipo que lo dio todo hasta el final.