Ana Etayo (Pamplona, 16/08/1995) cumplió el pasado sábado 250 partidos en la Primera División del fútbol sala femenino. La portera navarra, que actualmente milita en el Zaragoza Sala, llegó a esta cifra tras recuperarse de una lesión en el codo que sufrió a mitad de la temporada anterior.

En estas cuatro jornadas de Liga, Etayo está recuperando sensaciones entre los palos. La lesión de codo sigue estando ahí, pero espera llegar al nivel que le llevó a ser campeona de Liga y de Europa y una de las mejores porteras del mundo.

También fue convocada en varias ocasiones para defender la meta de la selección española, pero ahora mismo no es una prioridad para ella. "Mi objetivo es disfrutar de la portería", confiesa Etayo. En el futuro espera seguir con su escuela de porteros y formar a las nuevas generaciones de locos de los tres palos, como se define a sí misma.

¿Qué supone llegar a 250 partidos en Primera División?

-Estos últimos meses estaba más enfocada en recuperarme de la lesión que en llegar a la marca de los 250 partidos en Primera. Conseguir este logro era mi objetivo de la temporada pasada, pero con la lesión que sufrí en enero y al no poder terminar la temporada, se me quedó la espinita clavada. No ha supuesto tanto el premio de toda una carrera, de dieciséis años de trayectoria, sino el poder volver y haberme recuperado de esta lesión.

¿Cómo ha llevado la recuperación de la lesión de codo que sufrió a mediados de la temporada pasada?

-Ahora me encuentro bien. Estuve trabajando con Inés Lahera, fisioterapeuta del equipo, y con Alex Triviño, entrenador de porteras. He sido la primera en entrar al pabellón y la última en salir. Piensas que estás cinco días sin dolor y que ya te has recuperado, pero no es así. Es mucho trabajo y una situación que no había vivido nunca, en diez años que llevo jugando en Primera no me había lesionado con tanta gravedad, pero al final son experiencias que todo deportista tiene que pasar.

Entre la pandemia y la lesión ha estado dos años sin jugar con regularidad. ¿Cómo le han afectado?

-El confinamiento para mí supuso un momento para encontrarme conmigo misma y ver que de verdad era una enferma de la portería. Recopilé todos los ejercicios que tenía por ahí escondidos, que me había guardado. He tenido tres entrenadores de porteras muy buenos y he estado en la selección, había estado guardando todos esos ejercicios para mí. Tuvo que llegar el covid para que los juntara todos y darme cuenta de que me encanta ser portera.

¿Con qué momento se queda de esos 250 partidos?

-De 250 partidos de Liga, evidentemente, me tengo que quedar con el partido que gané la Liga con el Jimbee Roldán (Murcia). También me acuerdo de cuando ganamos al Atlético de Madrid, esos momentos han sido únicos.

Y saliéndose de los partidos disputados en Liga. ¿Con qué momento se queda?

-Tengo bastante claro que sería la final del Europeo de clubes con el Jimbee Roldán. Ese día estaba hasta San Fermín debajo de los palos. Salió todo perfecto.

Esta será su segunda temporada en el Zaragoza Sala. ¿Cómo la afronta?

-Es verdad que es la segunda, pero con el covid tan reciente y todos los problemas que hemos pasado, realmente nada había sido real hasta el momento. Los primeros días se basaban en ir a entrenar y volver a casa. Esta pretemporada sí que ha sido distinta. Muchas caras nuevas, algunas personas con las que ya había coincidido en Murcia y sobre todo te encuentras con una ciudad completamente diferente, y eso para el estado de ánimo influye muchísimo.

Mientras se recuperaba de la lesión, optó por renovar dos años más con el Zaragoza Sala. ¿Qué le llevó a tomar esta decisión?

-Yo tenía muy claro que me quería quedar. Desde el momento que me lesioné nunca me ha faltado de nada. El equipo ha estado muy pendiente, me han tratado los mejores médicos, se han repetido resonancias cuando se han necesitado y en todo momento he tenido un trabajo aparte, adaptado. Tengo claro que donde se han portado bien conmigo yo tengo que responder de alguna forma. La mejor manera de agradecerles toda la dedicación que me han ofrecido era firmar la renovación por dos años. Tengo que demostrarles los motivos por los que he venido a Zaragoza.

¿Cómo ha enfocado esta temporada su equipo?

- Es un equipo bastante nuevo, solo estamos cuatro del año pasado. Hemos estado trabajando día a día por conocernos, ya que al final cada una viene de un sitio distinto. En estas cuatro jornadas que llevamos hemos conseguido sacar los puntos y solo llevamos una derrota, así que por el momento estamos muy contentas.

En 2018 debutó con España y ha ido a más convocatorias. ¿Espera ser convocada de nuevo?

-Ahora mismo tengo totalmente apartada a la selección en mi cabeza. Hasta que no vuelva a mi mejor nivel, me recupere de la lesión y no sienta ningún dolor, mi objetivo va a ser volver a disfrutar de la portería y olvidarme del codo. No limitar los movimientos por estar pensando en si recaigo en la lesión.

Después de dieciséis años de carrera. ¿En qué cosas ha mejorado?

-Ha cambiado mucho mi forma de ser. En Orvina era una portera que cumplía. Tenía un entretenedor de porteras que me enseñaba lo poquito que sabía, ya que el papel de entrenador de porteras no estaba tan desarrollado como ahora. En Móstoles empecé a conocer un poco más lo que es la técnica de la posición, y me fascinaba. Ya en Murcia conocí a una persona que ha marcado por completo mi carrera, Pedro Meroño. Era el entrenador de porteros. Me ha enseñado todo lo que sé de la portería. Me ayudó en todo y fue el coordinador cuando abrí mi propia escuela de porteros. Con él gané el Europeo y la liga.

¿Qué planes tiene para el futuro?

-Empiezo a tener pequeños pensamientos acerca de lo que quiero hacer en el futuro. No hablo de cuando deje de ser portera, que todavía queda, me gustaría compaginarlo con retomar la escuela de porteros que tenía. Quiero crear buenos pensamientos en esos porteritos pequeños que por una cosa o por otra lo acaban dejando. Es una posición donde el entrenamiento psicológico es tan importante como el táctico o el técnico. Quiero ser entrenadora de porteros.