Su último Europeo se remonta a 2018, en Croacia. Allí se colgó el oro. No pudo hacer lo mismo dos años después en el torneo de Austria, Noruega y Suecia. La lesión en el menisco de su rodilla derecha, que le obligó a pasar dos veces por el quirófano, se lo impidió. Ahora, Eduardo Gurbindo regresa a una cita continental y lo hace sin perder la ilusión ni su característico sentido del humor.

Gurbindo, de 34 años, es un jugador que gusta a Jordi Ribera. Y casi a cualquier técnico. Por su calidad y entrega, pero también por su generosidad en el juego. El seleccionador se lo llevó a Tokio el pasado verano y allí se alzó con el bronce olímpico. Ahora, vuelve a tener su respaldo. "Que Jordi siga confiando en mí es un subidón, una gran alegría", resalta el lateral derecho navarro, quien reconoce que "la ilusión es la de siempre. No cambia nada".

Su camino hasta el Europeo ha estado plagado de piedras. No sólo por la lesión, sino también por sus cambios de club. A finales de la temporada pasada abandonaba el Nantes francés, firmaba por el Vardar macedonio y la experiencia salió tan mal que rescindió su contrato al poco tiempo y acabó vistiendo la camiseta del Dinamo Bucuresti de Rumanía, donde está ahora. "Vengo de una situación rara, donde he experimentado muchos cambios. Las cosas en Macedonia no salieron bien y ahora hemos encontrado la estabilidad tanto deportiva como emocional y familiar en Rumanía. Ha sido duro, pero es algo que forma parte de tu carrera y te enriquece como persona. Los Juegos, además, fueron un subidón para mí y ahora continúa con el Europeo", insiste.

Con 146 internacionalidades, Gurbindo está llamado a tirar del carro de una renovada selección española. Es consciente de que "tengo una experiencia a mis espaldas", si bien puntualiza que "en todos los puestos hay gente de calidad". "El cambio y el relevo es grande, significativo, sobre todo por los jugadores que se han ido. Pero la gente nueva llega muy bien. Cada uno tiene que asumir su rol, poner sobre la mesa su personalidad y, entre todos, conseguir buenos resultados", asegura.

El pamplonés reconoce que hay ilusión en una España vigente campeona del torneo, pero advierte de que "hay que ir con precaución". "Nuestro equipo es renovado, al igual que otras selecciones también, y cada vez está más caro conseguir medallas y resultados". Por de pronto, se centra en el primer duelo de hoy ante la República Checa. Una victoria, dice, "nos serviría sobre todo para coger confianza".