- Las jugadoras del Gurpea Beti Onak apenas podían creer ayer lo que estaba pasando por las calles de Villava-Atarrabia. Cientos de personas, muchas de ellas niños y niñas con sus camisetas verdes del club, se congregaban en las inmediaciones del Ayuntamiento para recibir por todo lo alto al equipo que la próxima temporada jugará en la máxima categoría. Al club que colocará el nombre de su pueblo, de poco más de 10.000 habitantes, en lo más alto del balonmano femenino estatal.

Tras el histórico ascenso conseguido el pasado sábado, la plantilla al completo llegó ayer por la tarde a la localidad navarra procedente de Lanzarote para compartir la hazaña con los suyos. Muchas jugadoras, ni se imaginaban lo que les esperaba. De ahí que no pudieran contener la emoción al ver la que habían liado.

A las 18.15 horas, algo más tarde del horario previsto, el autobús en el que viajaba la expedición navarra llegaba a Villava-Atarrabia. Lentamente, enfilaba la calle Mayor de la localidad, donde les esperaban cientos de niños y de niñas de la cantera que estaban ya ansiosos por saludar y abrazar a sus ídolos.

La primera en bajar del vehículo fue la capitana, Olaia Luzuriaga, quien portaba el trofeo que les acredita como campeonas de la División de Honor Plata femenina. A continuación descendía del autobús el resto de la expedición, en cuyos rostros se reflejaba el cansancio por tantas emociones acumuladas, pero a la vez la alegría del momento.

El pasillo de la cantera verdinegra se rompió pronto, porque los más pequeños querían abrazar a las jugadoras, felicitarlas, chocar sus manos y desearles toda la suerte del mundo ante el horizonte tan bonito que se les presenta. Ellas respondieron. Con gestos de afecto. Agradecidas por el cariño que estaban recibiendo. Algunas como Eider Hernández se echaron a llorar. A la navarra le fue imposible contener las lágrimas ante tal recibimiento.

Los Gaiteros de Atarrabia, con Peio Berasategi, Igor Martínez y Hegoi Larraia, pusieron la banda sonora a un acto en el que no faltaron tampoco bengalas ni un aurresku antes de entrar en el Consitorio villavés. Fue uno de los momentos más emotivos. Cuando el joven Josu Vidaurreta, de 15 años, bailó para las jugadoras. Varias de ellas, literalmente, se rompieron.

Acto seguido, la plantilla del Gurpea Beti Onak accedió al Ayuntamiento, donde le esperaba la corporación municipal. La teniente de alcalde, Irene Latasa, fue la encargada de ir presentando a cada una de las jugadoras y a los miembros del cuerpo técnico desde el balcón. Todos fueron aclamados por un vecindario que se volcó con su equipo, dejando muy claro que Villava-Atarrabia es un pueblo de balonmano. Que las raíces de este deporte están muy arraigadas. Y que el femenino tiene una potencia arrolladora.

Las jugadoras se dirigieron a su afición y esta respondía con cánticos como ¡Mucho Beti, mucho Beti! Al final, todos se fundieron en una misma voz. Unas desde el balcón y otros desde la calle. Demostrando la buena simbiosis existente.

El acto terminó con un ágape dentro del Consistorio para la plantilla del Gurpea Beti Onak. Pero muchas de las jugadoras bajaron enseguida para poder estar con los niños y las niñas que habían ido a animarlas. A recibirlas. Ese es el mejor regalo con el que se encontró el club navarro. l

Mejoras en el polideportivo Hermanos Induráin. Desde el Ayuntamiento de Villava-Atarrabia se están destinando varias partidas presupuestarias con el fin de acometer mejoras en el polideportivo Hermanos Induráin, donde juega el Gurpea Beti Onak sus partidos y donde también entrena la cantera. Las mejoras consisten en el cambio de luces y megafonía, y también en poner un sistema de vídeo adaptado a la normativa de la Real Federación Española de Balonmano. Este pabellón tiene una capacidad para 800 espectadores, si bien puede acoger a 1.000 con las gradas supletorias.

300 El Beti Onak es un club con un amplio arraigo deportivo y social en la localidad. Abarca tres disciplinas -pelota, fútbol y balonmano- y de los 600 deportistas que lo integran, la mitad juega al balonmano. Desde prealevines a sénior.

Entrenador. Miguel Etxeberria ha sido uno de los artífices del ascenso del Gurpea Beti Onak, culpable de devolver a Navarra a la elite del balonmano femenino. Ayer, en pleno recibimiento, se mostraba emocionado. "Es espectacular. Los que somos de Villava de toda la vida hemos vivido desde pequeños el balonmano y los valores del Beti, que han sido de mucha unión, de que todo el mundo sea muy cercano y muy familiar. Ahora se ve aquí, con toda la calle Mayor esperándote y animando. Se me pone la piel de gallina", reconocía el técnico navarro, quien agradeció a los presentes todo el aliento de estos días, aunque fuera desde la distancia.

"Es increíble este recibimiento. Es una sensación emocionante. Estamos muy contentas de haber logrado el objetivo de subir"

Jugadora del Beti y vecina de Villava

"Estoy súper emocionada. Es muy fuerte lo que hemos conseguido. Un paso muy importante para el balonmano navarro"

Capitana del Gurpea Beti Onak

"Recibir tanto cariño de la gente que conoces, de las crías que te siguen de Atarrabia, es algo que no se puede describir"

Jugadora del Beti y vecina de Villava

"Por mucho que el nivel de balonmano se profesionalice con este ascenso, el sentimiento es de estar jugando con las amigas"

Jugadora del Gurpea Beti Onak