roma - El francés Julian Alaphilippe (Quick-Step) conquistó ayer al esprint la clásica italiana Milán-San Remo, primer monumento de la temporada ciclista, sobre un recorrido de 291 kilómetros, en la que el campeón mundial, el español Alejandro Valverde (Movistar), acabó séptimo.

En una Classicissima vibrante, Alaphilippe, reciente ganador de la Strade Bianche y de dos etapas de la Tirreno-Adriático, triunfó en 6h.40.14, por delante del belga Oliver Naesen (AG2R) y del polaco Michal Kwiatkowski (Sky).

Fue un esprint final con todos los grandes protagonistas en la pelea. El triple campeón mundial eslovaco Peter Sagan (Bora) acabó cuarto, con Valverde séptimo y Vincenzo Nibali (Bahrain) octavo.

La Classicissima de primavera se abrió a las 10.12 horas en Milán, con diez de los 175 corredores participantes que se escaparon tras apenas seis kilómetros, con el objetivo de aprovechar el primer tramo, largo y plano (20 kilómetros), para buscar protagonismo.

El que más aguantó al frente fue Fausto Masnada (Androni Giocattoli), quien llegó por delante hasta Liguria, donde se abrieron las icónicas subidas a los Capi, todos en el espacio de menos de 15 kilómetros.

Los sueños de gloria de Masnada se acabaron precisamente tras los Capi, cuando el grupo, que hasta ese momento había gestionado energías a la espera de las escaladas clave al Cipressa y al Poggio de San Remo, le alcanzó definitivamente.

Había empezado la subida a Cipressa, a 25 kilómetros de la línea de meta, cuando el pelotón se juntó. Llegaba el momento decisivo y, tras llegar a la cumbre del cerro, fue Niccoló Bonifazio (Direct Énergie) quien atacó en la bajada.

El corredor de Cúneo, una ciudad al confín entre Piamonte y Liguria, conocía perfectamente esas carreteras y bajó a altísima velocidad, pero nada pudo hacer para contener al grupo en la zona plana que precedió el Poggio de San Remo.

Alaphilippe, Valverde, el colombiano Fernando Gaviria (UAE), el belga Greg Van Avermaet (CCC), Nibali (Bahrain) o el holandés Tom Dumoulin (Sunweb) se hicieron poco a poco con las primeras posiciones del grupo, preparando el momento adecuado para lanzarse a por la victoria.

El vigente campeón de la Strade Bianche, Alaphilippe, fue el primero en dar señales agresivas, aunque Valverde, Sagan y los demás grandes no le permitieron escaparse.

En el tramo final atacó Matej Mohoric (Bahrain) y Alaphilippe lo aprovechó para pegarse a su rueda y, tras un tremendo esprint empezado a 300 metros de la meta, levantó los brazos al cielo por delante de Naesen y de Kwiatkowski. - Efe