Pocos podían imaginar el pasado invierno, cuando Evenepoel se disponía a iniciar su aventura en el World Tour, que la respuesta del belga en la elite iba a resultar la que finalmente ha sido. Que el chaval prometía estaba claro. Hace dos años, cuando solo tenía 17 y le quedaba aún temporada y media como juvenil, el Axeon estadounidense se aseguró su fichaje de cara al presente 2019. La escuadra que dirige Axel, el hijo del mismísimo Eddy Merckx, parecía el lugar perfecto para un salto a profesionales pausado y medido. Pero las actuaciones de Remco (aún compitiendo contra ciclistas de la misma edad), unidas a la irrupción en escena del antiguo Sky, aconsejaron mover ficha el pasado verano a los responsables del Deceuninck. “Este chico pasará directo al World Tour. Con nosotros”.

Ahí está Evenepoel. En el World Tour. No ha cumplido 20 años. Vive su primera campaña en edad sub-23. Y ya gana algunas de las mejores carreras del mundo. De momento suma cuatro victorias, bagaje que para sí quisiera el 99% del pelotón. Etapa y general de la Vuelta a Bélgica. Etapa en la Adriatica Ionica. Y la joya de la corona, la Clásica San Sebastián. ¿Ahora qué toca? El joven belga tiene claro qué clase de corredor le gustaría ser en un futuro, un ciclista que pelee las grandes vueltas de tres semanas. “Creo que me puedo adaptar muy bien. Me recupero muy rápido de los esfuerzos. Ayer mismo hicimos 190 kilómetros de entrenamiento y hoy me encuentro fenomenal”, reconocía el pasado enero, durante la concentración del Deceuninck Quick-Step en Calpe, al portal Esciclismo.

El sábado en Donostia, tras calarse la txapela de ganador, insistió en su discurso cuando le preguntaron si estará en la Vuelta a España. “Me gustaría. Pero soy joven y todavía no me dejan”, respondió. De momento, le veremos el jueves en la contrarreloj del Europeo de Alkmaar, competición tras la que Evenepoel viajará a Livigno (Italia) para completar una concentración en altura. Preparará allí el tramo final de su temporada. Sin Vuelta a España. Pero con objetivos importantes, susceptibles de permitirle seguir sorprendiendo al mundo entero. Como en el Boulevard.

agenda Lo cierto es que el calendario de Remco para lo que resta de 2019 resulta bastante desahogado. Si finalmente se cumple lo que él mismo anunció tras la Clásica, solo tiene por delante nueve días de competición: la citada crono del Europeo, las cuatro etapas de la Vuelta a Alemania (arranca el 29 de agosto), dos clásicas en Canadá y otras dos comparecencias en el Mundial de Yorkshire, a finales de septiembre. No es cuestión ahora de pedir a Evenepoel que brille en tierras británicas, ni de ponerle carteles de favorito. Pero seguimos sin conocer su techo y él es ambicioso.

Su compañero Yves Lampaert le ha hablado de la contrarreloj mundialista. “Dice que es dura y que se me puede adaptar”. Pero es que si luego a Remco le toca competir, cuatro días después, en la prueba en ruta, su nivel en Donostia obliga también a tenerle en cuenta. Un arcoíris supondría palabras mayores. Aunque, puestos a soñar, el belga prefiere hacerlo en amarillo.