debo consultarlo con Iker Jiménez, pero estoy casi seguro de que no es una coincidencia: cuando Lorca habló hace 90 años en Poeta en Nueva York de uno que se quejaba de tener “un paisaje seco en la rodilla”, ¿no vaticinaba la retirada de Nadal allí mismo, en el US Open, con la rodilla hecha un cromo? ¿Y esa cara del balear en la rueda de prensa no era un poema...? Nadal siempre tiene entereza para asumir una derrota, tanto por su deportividad como por el hecho de que las derrotas se quedan donde las sufres, pasas página y te vas a otro torneo a ver si te va mejor. Pero una lesión te la llevas contigo a cuestas y te arruina el futuro inmediato -por ejemplo, el de las semifinales de la Copa Davis en Francia- y quizás incluso el de a medio y largo plazo. No es fácil encajar el golpe de ir a luchar contra los rivales y acabar hundido por tus propios elementos.