Tras lo visto el miércoles, ya podemos certificar que la plantilla del Real Madrid ha abandonado por fin su largo letargo veraniego y se ha puesto el mono de trabajo a ver qué títulos puede conseguir para firmar una buena temporada. Por el camino se han quedado Lopetegui (que tenía una buena propuesta, pero exigía un esfuerzo que los jugadores no quisieron hacer); media Liga (que el Barça está a 8 puntos); y el cabreo de parte de la afición, que se pregunta por qué paga el abono de todo el año si el equipo solo rinde en la segunda mitad. En todo caso, nada que no se arregle ganando la Champions. Como esas grandes figuras del ciclismo que apuestan todo al Tour, la plantilla sabe dónde se lo juega todo de verdad. Y como ese método no le ha ido nada mal hasta ahora -cuatro títulos en cinco años, incluidos los tres últimos-, se ha ganado el derecho a tocarse las narices hasta Navidades, es decir, a reservar fuerzas para la primavera.