- Pablo Álvarez (Madrid, 1994) llamó la atención de muchos cuando en octubre de 2019 fichó por el Izarra. En ese momento, se convirtió en el técnico más joven de la categoría. Sin embargo, el transcurrir de la temporada ha sido duro tanto para él como para el club, que ha estado la mayoría del tiempo en puestos de descenso.

Con el club ya salvado después de la incertidumbre, Álvarez habla con este periódico desde el camping Iratxe, donde ha vivido desde su fichaje por el cuadro de Estella y donde ha pasado toda la cuarentena, en medio de la incógnita de saber si la Segunda B volvería y si se mantendrían en la categoría. Ahora, esas dudas ya se han resuelto, y el madrileño seguirá un año más dirigiendo al Izarra.

Al final se han anulado los descensos y el Izarra se ha salvado.

-Es una salvación que no era la esperada, porque nos hubiese gustado salvarnos de otra manera. Ahora nos toca preparar el año que viene, sabiendo que va a ser diferente por la reestructuración que parece que va a haber. Y veremos qué pasa con los play offs para ver cómo queda todo.

A pesar de la manera, ¿han recibido la noticia con alegría, por mantenerse en la categoría?

-Al final, dentro de lo malo es otro año en Segunda B. Todos preferíamos salvarnos en el campo, porque estábamos capacitados, pero ha venido así. No hay nada que celebrar, porque esta salvación ha llegado debido a lo que ha llegado. El tema del coronavirus es muy desagradable y a nadie le ha gustado vivir esto. Acatamos la decisión de la federación y ya preparamos otro año más en Segunda División B.

Para un técnico, esto tampoco debe de ser plato de buen gusto.

-A nosotros nos hubiese gustado salvar la categoría jugando. Preferíamos que los méritos fuesen los del campo y que no hubiese existido este problema tan grande de salud. Para todos es un tema difícil. Pero queramos o no la competición ya estaba adulterada desde el momento en que se detuvo. Y hay temas contractuales: la mayoría de jugadores acaba contrato el 30 de junio.

¿Consideraría injusto haber descendido?

-Lo normal era que la temporada sea nula, y que hayan podido arreglar los play offs para ascender. Esto es independiente de que estuviésemos abajo, aunque nos viniese bien. No debería haber descensos, porque teníamos todos un calendario diferente. Se nos venían partidos ante rivales directos como Tudelano, Arenas de Getxo o Unionistas. Y con 30 puntos por jugar no se puede descender a nadie.

Cuando le fichó el Izarra, se fue a vivir a un camping.

-Fue cosa mía. Tenía la opción también de ir a vivir a un piso en el centro de Estella, pero me enseñaron la posibilidad de venir a un camping y me gustó. Soy un chico tranquilo al que le gusta la naturaleza, y así estoy más a mis cosas.

Con el confinamiento, ¿con quién habla?

-Estamos solo con el guarda. Salimos para hacer la compra y hablamos con el guarda, pero es como si el camping fuese nuestro jardín. Durante el año solo vivo yo. Cuando todo era normal, sí que es cierto que los fines de semana venía más gente. Se hace fácil, porque en una semana normal de competición la cabeza no para. A veces se hace duro por el tema de amigos y de la novia, pero al final podía bajar a Madrid algunas veces.

¿Ha aprovechado para ver fútbol estos días?

-Tengo incluso menos tiempo que antes. Aprovecho para ver otros grupos, partidos de Tercera, qué hemos hecho bien y mal, repasar nuestros partidos, entrenamientos... eso y además leer más y ver alguna serie. La clave es aprovechar el tiempo.

Antes del parón, pese a los empates consecutivos, la sensación es que el Izarra iba para arriba.

-Siendo objetivo, veía bien al equipo, y les he visto más de una vez ahora en la cuarentena. Contra el Calahorra merecimos ganar, en el Reino de León competimos de tú a tú y el empate fue justo, y en el último partido fuimos muy superiores ante el Salamanca. A nivel de juego y rendimiento estábamos mejor que nunca. Pero no es plato de buen gusto lo que ha pasado.

¿Qué le parece tanto la creación de una Liga Pro como una Segunda B de 100 equipos?

-El tema de hacer una Liga intermedia estaba claro que tenían que hacerlo para dentro de dos temporadas, ya que para esta campaña las reglas ya estaban escritas. En cuanto a la Segunda B creo que depende mucho de ver cuándo empezará la Primera División, que sí se va a jugar porque hay muchos más medios. La Segunda B depende mucho de cuando inicie esa Primera División. Ha existido mucha incertidumbre estos días, y es algo complicado. Antes de que se hiciese oficial el plan, dejé de mirar qué iba a pasar porque cada día cambiaban sobre qué iba a pasar. Es un tema complicado.

Al respecto, ¿ha hablado con el presidente y con sus jugadores?

-Tenemos contacto prácticamente diario. Con la presidenta hablo dos o tres veces al día. Con los chicos empezamos a hacer mucha videollamada, mucha dinámica de grupo, pero con el paso de las semanas hemos dado algo más de margen. Intento hablar con ellos a menudo, pero como no sabíamos qué iba a pasar, tampoco podíamos hablar tanto.

¿Qué ha comentado con la presidenta, Leyre Canela, tras la salvación?

-He hablado con ella, y en principio seguiré aquí un año más. Estoy contento por poder estar desde el inicio de temporada, y eso me hace estar contento, porque podré planificar todo y manejar más aspectos. He estado muy cómodo y he recibido mucho cariño, por lo que estoy encantado de seguir otra temporada más.

¿Han empezado a planificar algunos temas para la próxima campaña en Segunda B?

-Estamos a vistas de planificar altas y bajas, renovar jugadores... lo de todos los años. Va a ser un verano muy diferente, por los plazos, ya que se va a alargar todo, y porque no sabemos el impacto real económico que va a tener esta crisis. Aunque se haya hecho oficial, sigue habiendo incertidumbre de si se podrá jugar con público o sin público, y de cómo puede afectar no tener taquilla o no abrir el bar. Son muchos los aspectos que quedan en el aire, y se necesitará mucho tiempo para que se solucionen. Al fin y al cabo, la incertidumbre se mantiene.

Para un técnico no será lo mismo empezar en octubre que empezar desde el inicio.

-El tener tiempo para construir y poder ir ajustando sin la presión de tener que competir domingo tras domingo te da un espacio para ver las cosas mejor. Estoy contento también porque es importante asentar las bases con una pretemporada, como va a ser en este caso en concreto.

¿Cómo estaba siendo la experiencia en el Izarra, desde su llegada en octubre?

-Muy enriquecedora, en todos los sentidos. Llegar a mitad de año para cualquier entrenador no es fácil, porque hay que adaptarse mucho y construir una idea con el estrés de competir cada semana. No es algo sencillo. Estoy muy agradecido a la presidenta por su trato, a los jugadores porque me acogieron muy bien y a todo el pueblo de Estella, ya que conmigo se han portado muy bien. Me mostraron su cariño, su respeto, y estos meses he estado muy cómodo aquí.

"Antes del parón veía bien al equipo, a nivel de juego y rendimiento estábamos mejor que nunca"

"Estoy contento por la confianza de poder seguir un año más y de que, ahora, pueda empezar la campaña desde el inicio"