- La expedición del Sevilla llegó en la tarde de ayer al aeropuerto de la ciudad, procedente de Alemania, con el trofeo de campeón de la Liga Europa conquistado el viernes en la final ante el Inter de Milán y que es el sexto que logra en este torneo. Eso sí, la presencia de la Copa estuvo rodeada de medidas de seguridad para evitar concentraciones de aficionados.

La delegación sevillista fue recogida por autobuses en el aeródromo de San Pablo. Antes, hubo tiempo para que jugadores, técnicos y dirigentes se dejaran fotografiar con el trofeo previo a desplazarse hacia la ciudad deportiva del club, donde terminó este primer trayecto que tuvo que realizar la plantilla.

En el aeropuerto se montó un dispositivo policial para que los numerosos seguidores que se acercaron con automóviles y motocicletas no se concentrarán en la zona con la finalidad de escoltar al equipo que entrena Julen Lopetegui y al trofeo de campeón.

El plan del club era organizar ayer a la noche un sencillo acto privado para la plantilla y algunos representantes públicos, en el antepalco de estadio Ramón Sánchez Pizjuán, debido a que los protocolos sanitarios por la pandemia de coronavirus desestimaron desarrollar alguna celebración pública.

Por estas restricciones que impone la covid-19, este acto privado tendrá un reducido número de invitados, entre ellos autoridades políticas como el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.

Ya en la noche del viernes, el sevillismo se hizo notar durante la final y a su conclusión lo festejó por las calles de la capital andaluza pero sin aglomeraciones debido a las medidas de prevención por la pandemia.

En las previas del partido se pidió desde distintas instituciones públicas y desde el propio Sevilla FC que los aficionados vivieran la final con intensidad pero sin incumplir las normas establecidas.

Una vez concluido el partido, se escucharon en distintos sectores de la ciudad petardos y el explosionar de cohetes y también las bocinas de motos y coches que lucían banderas y símbolos sevillistas.

Punto de atención especial fue la Puerta de Jérez, plaza céntrica donde los aficionados del Sevilla se reúnen para festejar habitualmente los éxitos de su equipo.Desde primeras horas del viernes, la fuente de la plaza fue perimetrada con vallas para impedir que fuera tomada por los hinchas, pero los que se concentraron tras el partido estuvieron dispersados y sin crear aglomeraciones aunque sí haciéndose notar con cánticos y vítores. Así, la noche fue relativamente tranquila en Sevilla y, aunque bastantes aficionados decidieron celebrar el título en las calles, el dispositivo de seguridad evitó cualquier tipo de aglomeración.

Una fuerte presencia policial, tanto de la Nacional como de la Local, estuvieron pendientes de que los festejos no fueran a mayores y tras un tiempo de concentración solicitaron a los grupos de aficionados que se disolvieran de la zona, lo que se produjo sin incidentes. Muchos seguidores sevillistas tuvieron que celebrar la sexta Liga Europa desde sus casas para evitar el riesgo evidente de una celebración pública en tiempos de coronavirus.