Leo Messi fue presentado el miércoles en el Parque de los Príncipes como nuevo jugador del París Saint-Germain en un acto en el que le acompañó el presidente del club, Nasser Al-Khelaifi.

En primer lugar, el rosarino constató que se ha sentido muy feliz nada más llegar a la capital francesa y agradeció el empeño del PSG para ficharlo después de "una dura salida" del Barcelona.

"Estoy muy feliz, todos sabéis de mi salida del Barcelona, son muchos años, es difícil el cambio después de tanto tiempo, nada más llegar aquí la felicidad es enorme", dijo en sus primeras palabras como parisino en la sala de prensa del estadio.También agradeció el empeño de la dirección para ficharle, porque "no era fácil".

Acompañado por su mujer y sus tres hijos en una sala de prensa a rebosar, citó al presidente del PSG, el catarí Nasser Al-Khelaifi y al director deportivo, el brasileño Leonardo. "Agradezco cómo me trataron, lo rápido y fácil que fue en tan poco tiempo, porque era muy difícil y arreglarlo y tan rápido", señaló.

Messi, que dejó el Camp Nou después de 17 temporadas en el primer equipo del Barcelona, dijo que fue muy importante el propio Neymar, con el que guarda una buena relación desde que coincidieron en el Barça, además de sus compatriotas Angel di María y Leandro Paredes.

"Eso hizo mucho para poder venir aquí", asumió. Asimismo, se refirió al gran anhelo del PSG, la Liga de Campeones, y opinó sobre lo que hay que tener para ganarla.

"Hay veces que se puede tener el mejor equipo del mundo y no ganar, a veces pequeños detalles te dejan fuera, y sabemos lo difícil que es la Champions, el PSG teniendo un equipazo no lo pudo conseguir", explicó Messi, quien incidió en que es necesario "un poco de suerte y un buen grupo".

Sobre un posible reencuentro con el Barcelona en Champions, dijo que sería "lindo volver a Barcelona", pero detalló que será también "raro". "Esto es fútbol y todo puede pasar, veremos", añadió.

Acerca de un debut con los colores del PSG, no dio una fecha y dijo que debe hacer una pequeña pretemporada y hablar con el cuerpo técnico para medir sensaciones.

Por otro lado, Al-Khelaifi dio la bienvenida al nuevo fichaje y apuntó que su incorporación es algo "increíble e histórico" para el equipo y el mundo del fútbol. "Se ha hecho un trabajo fantástico. Hemos hecho esto para los aficionados", indicó.

"Es un momento increíble para nosotros", afirmó el dirigente, quien añadió que "esto es solo el principio. El trabajo duro empieza ahora".

La gente se congregó en los alrededores del Parque de los Príncipes para conseguir ver un instante al astro argentino.

La fuerte multitud que se juntó a las afueras del campo provocó algunos momentos de tensión. Hubo empujones y algunos aficionados lanzaron bengalas y petardos. La policía intervino con gas pimienta y la seguridad del club medió entre ambas partes para evitar que la situación fuera a más.

"Estoy esperando a ver si sale y tengo planes de seguirlo toda la semana a todos los lugares que vaya... Voy a ir a verlo al hotel, adónde sea", dijo Romina Italiano, una argentina residente en París.

En las afueras del campo había otros compatriotas, como Débora Torres: "Messi significa un orgullo muy grande, sobre todo para todos los argentinos que vivimos acá en París. Ahora tenemos la Torre Eiffel, tenemos a Messi... Es el más grande", afirmó.

Javier, argentino que vive en Barcelona, se compró un billete esta semana solo para intentar verlo: "Lo estoy siguiendo del hotel a la presentación y de la presentación al hotel. Es una sensación inexplicable. Es lo máximo, el número uno del fútbol".

Horas antes de la presentación, el fervor por la llegada de Leo Messi se trasladó del aeropuerto y el estadio a la tienda del club, en la que se vendió su camiseta con el número 30 en la espalda. Hubo aficionados que llegaron pasada la medianoche para esperar su turno y no perderse un momento que, según dijeron, es histórico.

Antoine y su hermano Marc fueron los primeros. Se presentaron en la boutique oficial del club en los Campos Elíseos en París, la única que abrió por la mañana, a las 00.30 horas con sillas, almohadas y algo de comida.

"Marc vio su primer partido del PSG conmigo cuando tenía unos ocho años y ahora será el primero en tener la camiseta oficial cuando abra la tienda", dijo Antoine poco antes de hacerse con ese preciado maillot, cuyo precio oscila entre los 115 y los 165 euros. A los aficionados se les permitía llevarse solo una referencia por persona.

Nathan, de 26 años, fue a allí nada más de terminar de trabajar, cinco minutos después que la pareja de hermanos, provisto también de una silla, su almohada y bebidas energéticas para hacer más llevadera la noche.

"Esto solo pasa una vez en la vida, no nos queremos perder esta oportunidad. Que Messi, un jugador con un grandísimo palmarés, un nivel muy alto y seis Balones de Oro, venga a un club que amo desde niño, es algo único", dijo.

Haber llegado temprano le permitió ver cómo los trabajadores forraban la fachada de la tienda con la imagen del argentino, en sustitución de las de otras dos grandes estrellas del club: Mbappé y Marquinhos.

La larga cola formada en toda la manzana, de decenas de metros, pilló por sorpresa a algunos paseantes: "¿Está Messi dentro?", se preguntaban algunos sorprendidos de que la multitud solo hubiera acudido para comprar la nueva camiseta.

"Estamos como niños. Lo que le está pasando al club es una locura. Una estrella detrás de otra. Cada año el club nos compra grandes jugadores. Es fabuloso", recalca Mario, un aficionado de 60 años que se presentó en la tienda a las 04.30 horas.