El Txantrea afronta su sexta temporada consecutiva en Segunda División y se prepara para intentar alcanzar, de nuevo, la máxima categoría del fútbol sala femenino. Pero el club txantreano, máximo referente femenino en Navarra, no lo tendrá fácil.

En el grupo de las navarras, de 14 equipos que lo componen, 8 son gallegas. “El año pasado, con la pandemia de por medio, nos conseguimos meter en Copa del Rey y estuvimos peleando con las gallegas y a por ello vamos otra vez aunque sabemos que va a ser más complicado porque de los 14 equipos, 8 son de Galicia”, valora el técnico, José Ibarra, que aclara señalando que “el nivel deportivo de las gallegas es así porque las instituciones se vuelcan más que aquí, y por ello tienen mejores estructuras y más dinero y eso hace que estén a bastante distancia por encima”.

El preparador vuelve a incidir en el compromiso de sus jugadoras, porque aunque “a nivel de sociedad y de salud parece que la cosa está mejor, pero sabemos que en cualquier momento se nos tuerce, porque si hay un positivo podemos volver a parar en el equipo, como ocurre en cualquier trabajo diario” y destaca la “responsabilidad social de ellas, porque no tuvimos ningún contagio a lo largo de la temporada, que es fácil de decir pero no de cumplir”.

En el plano deportivo, el técnico admite que “a nivel de resultados -todavía les queda una semana de pretemporada- ha habido de todo pero lo que nos interesa es engrasar los rodillos para estar en perfectas condiciones para el inicio de liga. Estoy contento porque seguimos con el mismo bloque de la temporada pasada, que no es fácil. Hemos tenido un par de bajas por estudios y motivos laborales pero son jugadoras que siguen ligadas al club y contentos porque eso nos hace ser fuertes”.

Analizando los rivales, Ibarra destaca que “habiendo 8 equipos gallegos ya te dice cómo es el nivel del grupo, pero vamos a tener que intentar meter el morro para estar entre las favoritas e intentar competir con nuestras armas y hacernos fuertes en Arrosadia”, mientras que, en cuanto a objetivos, el técnico plantea dos metas. La deportiva, “intentar luchar por entrar en el play off, que lo llevamos haciendo cinco años consecutivos e intentar subir a Primera División”, mientras que su finalidad como entrenador es la de “formar jugadoras, hacerlas debutar en Segunda División y que puedan competir en la categoría” en una plantilla con una media de edad joven, que no tiene techo.