PAMPLONA: Álvaro, Velaz, Adur (Juan, min.46), Aitor (Iñaki, min.56), Íñigo, Sergio, Garat (Héctor, min.77), Javier (Echarri, min.67), Zapata (Xabier, min.56), García, Bueno.

AZkOYEN: Xabier, Alejandro, Ezpeleta, Vicente, Unai, Mikel (Alejandro, min.56), Victor (Larumbe, min.86), Ander, Álvaro (Pablo, min.56), Abdouallah, García (Eneko, min.63).

Goles: 0-1, min.86: Vicente; 1-1, min.89: Etxarri.

Árbitro: Stevens Suárez Saavedra.

Estadio: Beitikuntzea.

Pamplona y Azkoyen regresaron ayer a la competición en Beitikuntzea tras el parón invernal, cosechando el primer empate del año.

Ambos conjuntos, con ganas de engancharse en los puestos de arriba en la tabla, salieron al campo muy enchufados, fruto de ello, en los primeros compases del encuentro se vio mucho centrocampismo.

Los de Aritz Gomara lograron conectar antes y ya en el minuto 12 colgaron el primer balón. Sin embargo, no pusieron al guardameta de Peralta en apuros, que se mantenía muy firme bajo los palos, sin dar opciones a su rival. El Pamplona empezó a asentar el encuentro y, con ataques rápidos, llegaban al área visitante, pero sin claridad de cara a portería.

El Azkoyen intentaba darle la vuelta al partido, pero sin encontrar la gloria en el juego ofensivo, se llegó al descanso con portería a cero para ambos conjuntos.

En el segundo tiempo el guión del duelo empezó a cambiar. Los locales salieron más cómodos, pero el muro visitante impidó que el control y el dominio se transformasen en ocasiones de peligro claras. De esta forma, y cuando parecía que los de Lizasoáin se estrenarían el marcador, un error en la zaga local les penalizó. El cuadro de Peralta descifró el juego directo de los blancos y empezaron a destaparse en ataque. Tras una buena combinación visitante, llegó Vicente y dio una alegría a los suyos.

Un parcial que mataba al Pamplona quienes, más allá de bajar los brazos, fueron para arriba. Los cambios de Aritz Gomara dieron vida en el verde y en el último suspiro de una batalla que empezó a ser incansable, Etxarri encontró una mina de oro, consiguiendo reducir distancias en el marcador y robando dos puntos al rival con el que se medía en su primer encuentro del año.