La supercampeona de Vail (Colorado), tercera en la primera manga, ganó con seis décimas de ventaja respecto a la sueca Anna Swenn-Larsson; y con un segundo y tres centésimas sobre la eslovaca Petra Vlhova, medallista de bronce. Logrando de esta forma su sexto título mundial, el cuarto consecutivo en eslalon, después de los que festejó en los campeonatos de Schladming’13 (Austria), Beaver Creek’15 (EEUU) y St. Moritz’17 (Suiza).

La niña prodigio reconvertida en devoradora de récords sumó uno más. En la estación en la que ya había ganado cuatro veces y donde logró el primero de sus 56 triunfos en Copa del Mundo, competición en la que avanza con firmeza hacia un tercer triunfo seguido final. Sólo Christl Cranz, una de las grandes figuras deportivas del Tercer Reich, había ganado cuatro títulos en la misma disciplina. Pero Cranz, que murió a los 90 años en 2004, no lo hizo en cuatro campeonatos (de aquella, anuales) seguidos, como Shiffrin; que marcó otro hito histórico en el deporte rey invernal, en el que nadie había encadenado cuatro títulos seguidos en la misma disciplina.

Mikaela soportó con maestría una presión que pudo esta vez con la suiza Wendy Holdener; que, tras dominar la primera manga, cometió un fallo estrepitoso en la segunda, descalabrándose hasta el decimoséptimo puesto final. Holdener, ganadora de la combinada y que en Are había firmado un segundo oro con su país en la prueba por equipos, amenazaba la condición de gran triunfadora de los Mundiales de la estadounidense. Sin embargo al final, Shiffrin acabó fijando trono en Suecia. - Efe