me siento delante de mi ordenador para contarles mi última charla de esta temporada. Si les digo que no sé qué les voy a contar, créanme? pero algo saldrá. Quizá lo ideal sería hacer un resumen de todas las charlas que he contado desde el último septiembre, pero se me antoja complicado.

Nunca me he propuesto un objetivo claro escribiendo estas líneas y le hemos pegado a todo un poco. Aquí hemos reconocido a personas y también a clubes, hemos contado historias bonitas, tristes e incluso diferentes. Otras veces quizá os hemos hecho pensar y otras incluso no pensar. También hemos hablado de madres, de hijos, de normas, de actitud, de ciudades, de campos, de lealtad y de mil cosas más? Hasta de fútbol hemos hablado. Por si no lo saben, el 85% de la población mundial está involucrada de alguna forma con el fútbol. Está claro que hay muchísimas formas de estar involucrado en esta historia. Sin moverte de tu sofá te puede salir el fútbol por las orejas? eso, por ejemplo, te mete en la lista de los involucrados. Yo veo poco fútbol en la tele, pero les aseguro que también soy un involucrado a tope como muchos de ustedes y a veces llego a pensar que mi balón es una cabeza.

Me quedan pocas líneas para acabar esta temporada y me gustaría acabar con una reflexión que me surge desde mi concurrida posición de involucrado. No puede ser que ese deporte llamado fútbol no aporte a la sociedad más de lo que aporta. Semejante fuerza desperdiciada.

Como negocio o como industria seguramente estará a la altura de las mejores, pero como constructor de una sociedad plural y con sus valores creo que se deja mucho en el tintero. Tanta repercusión y tan poco aprovechada.

Los que mandan en el mundo del balón, que serán los mismos que manden en los demás mundos, están mucho más interesados en llenar sus arcas que en mejorar a esta sociedad o a este mundo.

Imaginen a Messi o Cristiano diciendo a todos los niños del mundo que se lean un libro este verano. Sería increíble. No tengo dudas de que algún niño les hubiera hecho caso? e incluso algún adulto también. Les invito a reflexionar. Feliz verano.

El autor es técnico deportivo superior