PAMPLONA. El campeón del mundo de patinaje de velocidad Ioseba Fernández ha destacado la importancia de estar preparado para conseguir un objetivo, ya que "para ser campeón no vale con estar bien físicamente", sino que también es imprescindible "estar mentalmente preparado".

Esta es una lección que el patinador aprendió tras su primer mundial en 2011, al que acudió sin expectativas y en el que, después de conseguir un récord del mundo en el clasificatorio, no pudo subir al podio en la final, según ha comentado durante su ponencia en las III Jornadas de Deporte, Salud y Valores.

Este resultado, ha relatado, fue para muchos un fracaso debido a que lo importante son las medallas, pero con el tiempo él se ha dado cuenta de que fue un éxito, ya que de no haber conseguido ese tiempo "no habría podido ser campeón del mundo al año siguiente porque no habría pensado que podría hacerlo".

Para él la temporada siguiente fue un punto de inflexión en su carrera profesional, algo en lo que fue determinante no su forma física sino su estado mental.

"A nivel físico no hice grandes cambios y casi copié la temporada pasada, más que trabajar mi cuerpo trabajé mi cabeza y me preparé para ese evento", ha señalado.

También se ha referido al hecho de que metas muy altas pueden provocar frustración y ha asegurado ha tenido momentos en su carrera como las semanas tras su primer mundial en los que se ha encontrado hundido por no conseguir el resultado esperado, pero ha destacado que "si tus expectativas están por debajo de lo que puedes lograr eres tú el que está impidiéndote llegar a tu mejor nivel".

A su juicio los deportes individuales implican una preparación mental más intensa, algo que, ha explicado, está marcado por un calendario competitivo que en un deporte en equipo "es muy largo y continuo" y en el individual "supone trabajar todo un año para poder rendir al 100% en un día o una semana concreta".

El objetivo de Fernández es retirarse de la competición profesional el año que viene tras participar en el Mundial de Colombia, un lugar que considera especial ya que "es la cuna de los campeones y sería bonito terminar ahí".

El deportista considera que está preparado para dar el paso, aunque ha reconocido que es un momento crítico de la vida de un profesional y es necesario para afrontarlo también una buena preparación mental, ya que si no "los deportistas pueden llegar a sentirse muy perdidos".

"Estamos acostumbrados a tener un entrenador, un preparador físico, un nutricionistaâ No tenemos el control real de lo que hacemos porque solo obedecemos órdenes", ha indicado comentando que cuando terminan ya no tienen a nadie que les diga en todo momento qué hacer y cuestiones como saber qué comer cada día pueden resultar complicadas.

Con el final de su carrera en un horizonte próximo ha echado también la vista atrás y ha reflexionado sobre que "tienes que ser fuerte y luchar por lo que quieres", ya que no siempre el camino ha sido fácil y ha tenido que renunciar a cosas como salir con sus amigos durante su adolescencia o ahora tener que alejarse semanas enteras de su hijo.

En cualquier caso, y a pesar de las adversidades, se ha mostrado convencido de que todo merece la pena y ha recomendado a los jóvenes que, independientemente de si lo hacen de forma competitiva o no, practiquen deporte, ya que " te facilita un camino alejado de otras cosas menos saludables y esto, a la larga, es mucho más enriquecedor".