as jugadoras profesionales de tenis que van a entrar en la tercera década del siglo XXI tienen mucho que agradecer a aquellas nueve pioneras, conocidas como Original 9, que tal día como ayer de 1970 rompieron con el sistema y dieron el primer paso hacia la igualdad y hacia lo que ahora es el circuito de la WTA, que ha convertido el tenis en el deporte más igualitario desde el punto de vista económico. Las estadounidenses Billie Jean King, Peaches Bartkowicz, Rosie Casals, Julie Heldman, Kristy Pigeon, Nancy Richey y Valerie Ziegenfuss y las australianas Kerry Melville Reid y Judy Dalton formaron ese grupo que arriesgó mucho para hacer un deporte más justo.

"No lo hicimos por nosotras, lo hicimos por las siguientes generaciones", comenta King, una de las grandes leyendas del deporte mundial por su labor en las pistas y fuera de ellas. En 1968, nació la Era Open del tenis, pero la diferencia en los premios en los torneos masculinos y femeninos era enorme. Ese año, la estadounidense se llevó solo 750 libras por ganar Wimbledon mientras que Rod Laver ganó 2000 libras. Esa diferencia no hizo más que crecer, las mujeres perdían dinero por practicar su deporte hasta que en 1970 Billie Jean King se plantó y empezó a usar su liderazgo y a mover sus influencias para crear un nuevo circuito profesional solo de mujeres. "No fue solo cosa mía, sin una de nosotras nueve no habría sido posible", asegura.

King, Casals y Richey contactaron con Gladys Heldman, madre de Judy y editora de la revista World Tennis Magazine, en busca de los apoyos económicos y lo encontraron en Joe Cullman, dueño de la tabaquera Philip Morris que justo había sacado al mercado unos cigarrillos para mujeres, los Virginia Slims. Eso creó algunas dudas a las jugadoras al asociar tabaco y deporte, pero era más importante poner en marcha la revolución en el tenis profesional. Así, se creó el Virginia Slims Circuit y ese 23 de septiembre de 1970 las Original 9 firmaron contratos simbólicos de un euro cada una "porque queríamos que la mayor parte del dinero fuera para una buena organización y, además, evitábamos problemas legales" y disputaron en Houston la primera de esas nuevas citas que pusieron el foco en el tenis femenino y fueron ganando adeptos porque entonces, "la mayor parte del tenis se jugaba en superficies muy rápidas y en los partidos de mujeres había más intercambios", según la leyenda estadounidense que se convirtió en 1971, el primer año entero de actividad del circuito, en la primera tenista en acumular 100.000 dólares en ganancias, lo que mereció la felicitación del presidente Richard Nixon.

Pese a las presiones iniciales de las marcas patrocinadoras y de las federaciones y los malos augurios de los especialistas, el circuito fue creciendo, primero hasta cuarenta jugadoras y después se reunieron más de sesenta hasta que en 1973 nació de ese Virginia Slims la WTA, con Billie Jean King como primera presidenta, y ese mismo año el US Open se convirtió en el primero torneo que igualaba los premios para hombres y mujeres. Hubo cierto miedo a las consecuencias de sus decididas acciones, pero "sabíamos que estábamos haciendo historia y teníamos una fuerte determinación. Mirábamos por el futuro de nuestro deporte y queríamos estar seguras de que cualquier chica en el mundo que fuera suficientemente buena tuviera la oportunidad de vivir del tenis". 50 años después, se ha cumplido ese propósito y una jugadora como Serena Williams ha podido ganar más de 93 millones de dólares con el tenis y las nueve deportistas con más ganancias de 2020 son tenistas. Las Original 9, que serán incluidas en el Salón de la Fama el próximo año, no estaban tan equivocadas.