- Si Pirmin Zurbriggen, el mejor esquiador suizo de la historia, afirma que le recuerdas a él, significa que tienes ante ti un futuro prometedor.

Y eso dice de Marco Odermatt, que ayer ganó con clase el gigante de Santa Caterina, reforzó su liderato en la clasificación de la disciplina y se alzó al primer puesto de la general, compartido con el francés Alexis Pinturault, quinto en la prueba.

Odermatt, de 23 años, que barrió en casa, hace dos, en los Mundiales júnior de Davos -se convirtió en el primero en capturar cinco oros: descenso, supergigante, combinada, gigante y por equipos-, firmó ayer su tercer podio en las tres primeras pruebas del curso en gigante. Una disciplina en la que Suiza volvió a festejar, gracias a él, una victoria que no celebraba desde hace más de nueve años, cuando Carlo Janka -otra leyenda del esquí helvético- se anotó el de Kranjska Gora (Eslovenia). Y en la que el nuevo líder de la Copa del Mundo firmó su segundo triunfo en esa competición, después del logrado hace justo un año, el 6 de diciembre de 2019, en el súpergigante de Beaver Creek (Colorado, EEUU).

Marco se subió, en la prueba aplazada el domingo por nevada y disputada ayer, por séptima vez a un podio de Copa del Mundo. Y su palmarés aún está a años luz del que presentó al final de su carrera el completísimo Pirmin: cuádruple ganador de la general de esa competición -en la que capturó cuatro Globos de súper, tres de gigante y dos de descens--, quíntuple campeón mundial, oro olímpico y 40 veces triunfal (en todas las disciplinas) en Copa del Mundo, en la que subió 83 veces al cajón.

Pero la promesa helvética cada vez se asemeja más al astro suizo. Odermatt debutó en la Copa del Mundo en octubre de 2016 y se subió por primera vez al podio en marzo de 2019, en el gigante de Kranjska Gora.

Sólo dos semanas después de lograr su primer triunfo, Odermatt se rasgó el menisco externo derecho al acabar quinto el gigante de Alta Badia (Italia). Su recuperación fue veloz: un mes después acababa 13º el supergigante de Kitzbühel (Austria) y en febrero del año pasado acababa 2º, sólo ocho semanas después de su operación, el gigante de Naeba, en Japón.

Ahí surgieron las primeras comparaciones con el irrepetible Zurbriggen, pero el vencedor de ayer -segundo en el gigante inaugural de la temporada, en Sölden y tercero en el del sábado, asimismo en Santa Caterina- quedó definitivamente ungido cuando, poco después de subir al podio en Naeba, el legendario Pirmin admitía que le recordaba a él, porque, entre otras cosas esquía “con la misma intuición”.