Duración: 60:51 minutos de juego.

Saques: 1 de Urrutikoetxea (tanto 1) y 4 de Peña II (tantos 3, 5, 6 y 21).

Pelotazos: 431 pelotazos a buena.

Tantos en juego: 8 de Urrutikoetxea, 2 de Aranguren, 11 de Peña II y 1 de Albisu.

Errores: 3 de Urrutikoetxea, 3 de Aranguren, 4 de Peña II y 5 de Albisu.

Marcador: 1-0, 4-0, 4-1, 10-1, 10-6, 11-6, 11-7, 16-7, 16-9, 17-9, 17-10, 18-10, 18-16, 20-16, 20-20 y 20-22.

Apuestas: Se cantaron posturas de salida de 100 a 70 a favor de Peña II-Albisu.

Incidencias: Partido correspondiente a la octava jornada de la liguilla de cuartos de final del Campeonato de Parejas de la LEP.M disputado en el frontón Sahatsaga de Getaria. En el primer partido, Alberdi-Uriondo ganaron a Zubizarreta III-Eskiroz (22-15).

- Jon Ander Peña y Jon Ander Albisu pueden respirar. La resurrección de Getaria les mete directamente en la pelea por los play-off del Campeonato de Parejas después de una primera vuelta garrafal. Con los triunfos de la semana pasada y ayer, ambos cocinados con remontada -han levantado un 16-12 y un 18-10- y múltiples errores, están de nuevo en la batalla. Mikel Urrutikoetxea y Aitor Aranguren vendieron caro su pellejo, dominaron tres cuartos de partido y acabaron superados en un escenario rápido, que favorece al que lleva la iniciativa.

Ocurre que Peña II y Albisu naufragaron en los primeros compases y no despertaron hasta que habían pasado tres cuartos de encuentro. Se encontraron con un 10-1 de salida. Los errores de los azules -el zaguero de Ataun no estuvo cómodo, entró frío, acentuando sus nervios, pues necesitaban sumar como el comer- salpimentaron el buen estado de forma de Urrutikoetxea, uno de los pelotaris más determinantes del Parejas, en vena, junto a un Aranguren que sabe bien cuál es su función. Juegan serio. Son eficaces.

La escapada de los colorados, bien situados en la tabla con cuatro triunfos, únicamente quedó aplacada por un puñado de saques de Peña II, romo en la primera mitad de partido. Hasta el 16-9 solamente sumaba dos tantos en jugada. Después descorchó la botella y encontró el camino. Sacó el desfibrilador.

Con el primer disparo como arma, los guipuzcoanos se arrimaron en el marcador. Del 10-1 al 10-6. Un fallo con la derecha de Albisu frenó la remontada, pero un dos paredes largo de Peña -su primer tanto en jugada- volvió a poner fe en el vaso de los guipuzcoanos.

Inspirado Urrutikoetxea, con galones, capacidad de mover la pelota y visión para cerrar el tanto, cambió la dinámica con un gancho (12-7). Al regresar del descanso largo, su rival cometió un error para ampliar la renta. Un pelotazo atrás del joven zaguero de Baiko y dos remates de Urrutikoetxea (un gancho y una parada al txoko) abrieron una herida complicada de restañar.

Únicamente dos fogonazos del tolosarra y un error de Aranguren alteraron la dinámica hasta el segundo parón. Iban ya 18-10, que fue un derechazo violento y bien direccionado del aginagarra, que atropelló a Albisu.

La distancia era amplia, un abismo. Más aún en lo emocional: la seriedad de Urrutikoetxea-Aranguren contra la anarquía de Peña II-Albisu. No obstante, una tacada de los azules, con potencial para estar más arriba, puso la emoción. Escalada al cielo. El zaguero de Ataun creció tras un buen derechazo. Clave. De menos a más. Cuatro tantos de Peña II y un error en una volea de Urrutikoetxea, forzado por la presencia del tolosarra cuando ejecutaba el golpe, apretaron las cosas. Con el 18-16, Mikel sacó a relucir un gancho terrible para cambiar el rumbo. Con otro, que se le atragantó a Peña, que había llegado bien y tiró la cortada al suelo, se pusieron los colorados a dos palmos del triunfo.

Pero faltaba el sprint final de Peña II-Albisu, que hicieron una tacada de seis tantos para llevarse su tercer punto del Parejas. Resucitan. El tolosarra rozó lo cuestionable con un cruce y una estorbada, pero su catálogo de remates, que dotaron de solidez a su guardaespaldas en el tramo final, resolvieron la remontada. El tolosarra salió al rescate. De nuevo. In extremis. Como la semana pasada. Van de final en final. Caminan en un escenario no apto para cardíacos.