Pamplona - Como todavía forma parte del plantel de pelotaris profesionales de Aspe y conoce a sus compañeros de empresa y también a los que militan en la promotora rival, Baiko, a Julen Retegui no le importa opinar sobre la presente edición del Campeonato de Parejas de la LEP.M. Y se moja. “Todavía queda mucho y al final hay lesiones, mal de manos, momentos críticos y rachas, pero a mi me gusta la pareja de Ezkurdia-Martija. Me parece compacta, aunque también es peligrosa la que forman Jaka-Zabaleta y en Baiko están sorprendiendo Artola e Imaz, que han empezado fuertes, pero igual se les hace largo el torneo”, opina el eratsundarra.

También da su parecer sobre el nuevo sistema de competición, por el que las dos primeras parejas de la primera fase accederán directamente a semifinales, mientras que las que queden entre la tercera y la sexta plaza disputarán sendas eliminatorias directas de cuartos de final. Y Retegi Bi se muestra crítico: “Jugar una liguilla durante cuatro meses y que entren seis de ocho a mí no me parece normal, pero es un nuevo invento que han hecho y hay que probar”. Y añade una reflexión: “Por ejemplo, Irribarria-Rezusta, que no andan muy finos ahora, con este sistema se pueden meter sextos y luego salir campeones. Lo digo como un caso hipotético, pero es mi opinión”.

Después de hablar del Parejas, Julen Retegui regresa a lo que le ocupa: su último partido como profesional. “Esta semana está siendo como cuando estás en la fase final de un campeonato. Supongo que el día del partido habrá nervios, pero haré mi rutina, daré una vuelta por la mañana, comeré y al ponerme los tacos en el vestuario aparecerán los nervios típicos de cuando te estás jugando algo”, recrea. Y admite que tendrá apoyo en la grada, aunque no sabe cuánto: “Yo he estado desconectado y el tema lo ha llevado mi mujer, pero creo que van a venir familiares, amigos... Luego cenaremos a la vuelta, pero no sé si estaremos muchos o pocos”.

Para terminar, el todavía delantero de Aspe confiesa que se ha sentido valorado durante toda su carrera y que él mismo ha sido quien más se ha exigido. “Rara vez me han silbado en un frontón, aunque algún ridículo ha caído en 14 años”, dice entre risas. “Ahora me viene a la cabeza un 22-2 contra Oinatz Bengoetxea y nadie me silbó”, rememora. “Siempre he hecho todo lo que he podido”, remata. - J.L.