Unai Laso nunca baja la cabeza. Ha pasado menos de una semana desde que perdió su segunda final del año, en el Parejas, contra su némesis Altuna III y el delantero de Baiko ya tiene en mente el Manomanista y la final que se celebrará el 29 de mayo en el Navarra Arena.

Una cita a la que no puede faltar y que supondría su tercera final consecutiva. "Voy recuperando poco a poco. Estos días me sirven para descansar y desconectar, pero el sábado toca otra vez darle al asunto. Tengo que cambiar el chip para darle al mano a mano", ha señalado en la presentación del Día de la Pelota Navarra.

Laso volverá al Labrit acompañado por el zaguero navarro Jon Mariezkurrena para enfrentarse en un partido amistoso a la pareja Artola-Albisu. "Las manos, de todas las palizas del Parejas, están un poco resentidas. Iremos poco a poco entrenando y a hacer un buen partido. Con Jon va a ser más fácil, está a tope", ha confesado.

En la final del Parejas se volvió a encontrar con un muro llamado Altuna que, junto al navarro Martija, le robó el sueño de su primera txapela. "No le he dado muchas vueltas a la final, ya ha pasado. En el momento sí que le di muchas vueltas, pero he recibido mogollón de ánimos de todo el mundo y eso ayuda. Ahora enfocarme en el mano a mano, un campeonato precioso también y a ver si podemos dar el nivel". Ese apoyo siempre llega primero de los más cercanos y Bizkarreta Guerendiain sabe reconocer el esfuerzo de los suyos. "Que te reciban siempre en tu pueblo como a un campeón, aunque no haya sido, es muy bonito".

Parecía que la final tendría un final feliz con el 11-17 en favor del delantero de Baiko y de Imaz, pero el partido se empezó a poner cuesta arriba, con Altuna III y Martija culminando la remontada (22-20). Según Laso y sin desmerecer a sus rivales, la final se decantó más por demérito suyo y de Imaz que por logros de la pareja de Aspe.

"Los fallos que hicimos Ander y yo marcaron el encuentro. En una final hay que hacer pocos fallos e hicimos bastantes, aunque hicimos veinte tantos. Entre los dos creo que fallamos quince pelotas. Para los otros es medio partido sin hacer prácticamente mucho. Jugaron bien también, sobre todo en defensa que estuvieron increíbles. Martija me llevó todo atrás, pero para alguna otra final hay que pensar en hacer menos fallos. No hicimos mal partido, se nos escapó pero dimos la talla", ha explicado Laso, añadiendo que la txapela "estaba ahí" y que "son días claves en que tienes que ganar". "Estando en todas las finales, firmaría llegar a otra, aunque pierda".

La siguiente posibilidad apunta a Pamplona y al Navarra Arena. La final del Manomanista abandonará Bilbao, donde se celebró la del Cuatro y Medio y el Parejas, rumbo a la capital navarra, donde se puede repetir otro duelo de una rivalidad que está llamada a marcar época; Laso-Altuna III. "Altuna es un artista, el mejor. La experiencia hace mucho y siempre está en forma, siempre está bien, nunca tiene lesiones, que es muy difícil. Es un profesional", ha destacado del delantero de Aspe.

Una final que Laso jugaría en casa y, como es costumbre, con las gradas a su favor. "Estaría muy bien, además aquí en Pamplona. Ya que todos los amigos tienen que ir a Bilbao, que se queden aquí", ha bromeado, no sin antes destacar la dificultad de la hazaña. "Va a estar muy complicado, están todos a tope y va a haber mucho nivel, además entro en octavos y ese partido es clave, es el que hay que ganar sí o sí", ha recalcado. Laso no pierde de vista el objetivo y espera verse el próximo 29 de mayo, entre cánticos, sonriendo con su primera txapela.