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"Entrar a una empresa por enchufe ha terminado; si alguien dice que vale para todo es que no sirve para nada"

"Einstein decía que cultura es lo que te queda después de olvidar casi todo que aprendiste en Bachillerato", recuerda Toharia, quien defiende un cambio en el sistema educativo. La formación es clave para los profesionales que demandan las empresas y que compiten en un mundo capitalista

"Entrar a una empresa por enchufe ha terminado; si alguien dice que vale para todo es que no sirve para nada"Oskar Montero

pamplona. "En el mundo de la innovación no hay expertos, sólo hay tentativas para ello", señala el director científico de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, Manuel Toharia. Este físico y periodista viajó la semana pasada hasta Pamplona, invitado por la Asociación Navarra de Empresas de Consultoría (ANEC). En una entrevista con este periódico, Toharia reflexionó, como dice él, sobre innovación, formación, empresa y globalidad.

Navarra gasta el 1,92% de su PIB en I+D frente al 1,35% de España. ¿Está haciendo los deberes mejor que otras comunidades?

La comparación no se puede realizar por la población y la superficie. Navarra, por ejemplo, es más pequeña que un barrio de Madrid. Pero, hay que reconocer que en la Comunidad Foral se han preocupado más por la I+D+i que en otros territorios de su tamaño. Siempre se dijo que Cataluña y la CAV eran las zonas más dinámicas de España, y resulta que no, que es Navarra.

¿Eso es importante para Navarra?

Es importante para las personas que se meten en este terreno, pero para Navarra como tal, no sé. En el fondo estamos hablando de un punto global, una empresa navarra que innova lo hace para la comunidad y para exportar ese conocimiento. ¡Que mejorará el nivel de vida de los navarros, puede! Pero eso no es para estar orgulloso, porque si es así, ¿dónde está la solidaridad? A lo mejor, hay que repartir en lugar de crecer, o enseñar al que no sabe.

¿Solidaridad entre empresas, algo complicado, no?

Nunca hay que regalar nada, pero sí convencer y enseñar, aunque yo hablo de solidaridad entre personas y comunidades, no entre compañías. El mundo empresarial es despiadado, no de amiguetes.

El consejero de Economía y Hacienda del Gobierno foral, Álvaro Miranda, dice que hay que cuidar a las personas porque son la clave de la nueva economía. ¿Qué opina?

En este mundo capitalista global, de economía de mercado, si las empresas no suben al tren de la innovación, pierden su oportunidad, e irán andando, mientras el resto vaya a dos ruedas. Las compañías deben adecuar las innovaciones externas a su realidad, como Internet; contar con un departamento de creatividad y de análisis de lo que hacen para mejorarlo; y por último, para fomentar la serendipia sólo se hace con profesionales muy bien formados. Ha acabado el tiempo de los enchufados. Antes, un empresario preguntaba: "¿Y tú hijo para que sirve?". Y se le contestaba: "Vale para todo, es muy honrado". Ahora, eso significa que no sirve para nada.

Para contar con buenos profesionales; la educación es esencial. Resulta paradójico que no se pueda alcanzar un pacto de Estado sobre este tema tan trascendental para el país.

No es sólo un problema de España, porque los sistemas de educación, de formación y de especialización son parecidos en todos los países. La pregunta es: ¿qué tipo de formación hay que dar y quién lo decide? Estamos aplicando métodos de aprendizaje basados en una pedagogía del siglo XIX y estamos en el siglo XXI, y en el fondo nadie sabe exactamente qué hay que enseñar. Me sublevo cuando escucho decir: "Soy de Letras o soy de Ciencias". Es el problema idiota que tiene Europa de separar a la gente desde muy joven. En mi caso, soy físico, he escrito 36 libros y toco el piano, ¿entonces qué soy yo? Por ello, debe inculcarse un tronco común de enseñanza muy básico -el conocimiento del idioma o la herramienta de las matemáticas para la ciencia, que es innovación- cuando uno es pequeño, y ya cuando esa persona tiene un cierta edad madura, debe meterse información de aquello en lo que uno se quiere especializar. Este modelo de formación se usa mucho en el mundo americano, donde se da la paradoja de que hay gente súper especializada en lo suyo y tremendamente inculta en otras áreas. En España, se supone que somos cultos en todo, y menos especializados en lo de uno mismo, pero es mentira, porque con nuestro sistema se nos olvida todo. Einstein decía que la cultura es lo que te queda después de olvidar casi todo lo que aprendiste en el Bachillerato.

Los países emergentes están soportando mejor la crisis que Europa o Estados Unidos. ¿Estamos viviendo un cambio de ciclo?

Es probable. En el siglo XX hemos pasado de más de mil millones de habitantes a siete mil millones. Sólo China concentra 1.500 millones de habitantes, y la población es un factor fundamental para un país, porque debe plantear cómo va a crecer para evitar la pobreza entre sus ciudadanos. Los chinos, primero copian, y luego innovan, mejoran. Al final, por ejemplo, acabaremos perteneciendo a una cooperativa que en lugar de tener la sede en Navarra, estará en China. Lo que deberíamos lograr es que todos compitiéramos con las mismas armas, pero es que los países emergentes dicen: "Sí, ¡ahí vamos a actuar con las mismas herramientas! Tú eres rico desde hace cien años, y yo sigo siendo muy pobre, y la mitad de mi gente se muere de hambre". Ser pequeño no impide actuar, y la Comunidad Foral tiene que hacerlo localmente, pero pensando en la globalidad. Es lo que dicen los ecologistas: "Piensa globalmente, pero actúa localmente".