PAMPLONA. lA financiación sostenible comienza a despegar con productos como las hipotecas verdes, que vinculan el tipo de interés que paga el cliente con la calificación energética de la vivienda. Los bancos ofrecen préstamos más baratos tanto para favorecer la compra de inmuebles más eficientes como para hacer reformas en esa misma dirección.

Este tipo de créditos se dirigen sobre todo a promotores, con posibilidad de subrogación al comprador de la vivienda, y premian el bajo consumo de los edificios con un tipo de interés por debajo del mercado normal. Se trata de un producto nuevo que comercializan unas pocas entidades financieras en el Estado español. La preocupación por los efectos del cambio climático y la necesidad de tomar medidas que repercutan positivamente en el medio ambiente ha llegado así al mercado hipotecario, y de hecho se trata de una fórmula fomentada desde la propia Comisión Europea.

La clave para firmar una hipoteca de este tipo es la calificación energética de la vivienda que conceden las comunidades autónomas y algunas empresas certificadoras de sostenibilidad como Breeam o Passivhaus. Entre otros, se tiene en cuenta la demanda tanto de calefacción como de refrigeración, el aislamiento, los materiales y el tratamiento de residuos.

la torre de bolueta, pionera En España hay 566 edificios certificados con el sello de sostenibilidad de la empresa Breeam, y más de 100.000 metros cuadrados certificados por Passivhaus en 350 viviendas y espacios públicos, según recoge Efe. Precisamente Euskadi cuenta con el edificio más alto con certificado Passivhaus, en concreto la primera de las torres de viviendas que se están construyendo en el barrio bilbaino de Bolueta. A esta primera torre, de 88 metros de altura y 171 viviendas, ya terminada, se le sumará un segundo edificio similar con este mismo sello energético.

Breeam fue el primer certificado de edificación sostenible del mundo y valora 49 requisitos con los que da una puntuación entre 1 y 5 a un inmueble, aunque no es necesario cumplirlos todos para que la propiedad sea calificada como sostenible.

No hay datos concluyentes sobre el número de hipotecas verdes en España, en parte porque se trata de un mercado incipiente que se espera que aumente teniendo en cuenta la mayor apuesta por los edificios sostenibles y el retraso con respecto a Europa.

El requisito fundamental para acceder a una hipoteca verde se basa en la calificación energética del edificio, emitida por un técnico y obligatoria según la normativa actual, aunque no está claro que todas las entidades financieras exijan un sello de sostenibilidad como el Breeam o el de Passivhaus.

El holandés Triodos Bank fue el pionero en España en la comercialización de este tipo de préstamos en 2013. Desde entonces ha formalizado 1.684 hipotecas verdes y el año pasado concedió 182 millones, un 36% más que el año anterior.

También BBVA y Bankia, por ejemplo, han sacado recientemente líneas de financiación con estos productos, que en el caso de la primera entidad vende tanto a tipo variable como fijo. Por su parte, Bankia ofrece el crédito a promotores con un interés entre 0,1 y 0,2 puntos inferior al de una hipoteca convencional, siempre que el edificio cuente con un certificado Breeam.

En el año transcurrido desde su lanzamiento, la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri ha financiado nueve promociones inmobiliarias. No obstante, la vicepresidenta de Asprima, Carolina Roca, explica que las hipotecas verdes se están usando más para hacer mejoras en la eficiencia y no tanto para nueva construcción.

En cuanto al perfil del cliente, la directora del departamento de sostenibilidad y eficiencia energética del grupo promotor Lobe, Clara Lorente, asegura que no hay un perfil definido aunque suelen ser jóvenes en torno a los 30 años.