Bilbao - Intente imaginar lo siguiente. Cuatro torres Iberdrola puestas una al lado de otra y una pequeñita de 14 plantas cerrando la fila. Intente visualizar los 41 pisos de cada uno de los rascacielos totalmente llenos de tierra y roca, igual que la torre txiki. Pues toda esa cantidad ingente de material, casi dos millones de metros cúbicos, exactamente 1.998.610, será la que se extraerá en las obras de la próxima llegada del Tren de Alta Velocidad (TAV), según el estudio informativo con el que trabaja el Gobierno vasco y el Ministerio de Fomento.

Una excavación que obligará a movilizar más de 222.000 camiones volquetes para transportar los sobrantes que también equivalen a 3,2 veces el material que se tuvo que excavar para abrir recientemente el canal de Deusto.

Todo esta barbaridad de tierra y rocas será producto de dos intervenciones que se van a ejecutar a la vez, con lo que ello supondrá de trasiego de transportes por las calles aledañas en la zona urbana y las carreteras cercanas. La primera es horadar el largo túnel de más de 6.100 metros que conectará la actual conexión del TAV en Arrigorriaga con el emboquille de la galería cerca de la nueva estación soterrada de Abando. De esta parte de los trabajos se extraerán algo más de 837.000 metros cúbicos de material en el que se incluye, además del prolongado corredor, todas aquellas pequeñas galerías que se tienen que excavar para permitir la evacuación de los viajeros en caso de incidentes y las conducciones de drenaje. Hay que tener en cuenta que aunque la mayoría del recorrido bajo tierra, 5.592 metros, contará con un túnel de vía doble de casi 14 metros de ancho por algo más de once metros de alto, también se van a generar otros 517 metros de galería más ancha para admitir tres vías. La sección de este tramo será mayor, 16,5 metros de anchura por casi 14 de altura (casi una casa de cinco pisos), lo que supondrá originar más excedentes.

Mientras las máquinas rozadoras vayan atacando las diferentes galerías hasta por cuatro frentes de trabajo diferentes, las excavadoras empezarán a trabajar en el otro gran tajo del proyecto, el vaciado de la actual playa de vías de la estación de Abando para albergar la nueva terminal ferroviaria y el estacionamiento soterrado de vehículos. La envergadura de la actuación queda de manifiesto con los datos globales de su solución estructural.

La parcela que va a desaparecer va a tener un perímetro de 2.140 metros de longitud el cual va a ser asegurado en su integridad. Es decir, para proceder a la excavación se construirán muros pantalla que se hincarán en el fondo rocoso hasta 35 metros de profundidad para evitar que la tierra se venga encima y permita albergar meses más tarde las instalaciones ferroviarias. El espesor de estos muros de hormigón se ha establecido en 1,20 metros y se han tenido en cuenta los usos futuros que deben tener los terrenos que sostiene, ya que se tiene pensado ejecutar edificios con sus sótanos y cimentaciones.

El recinto apantallado se extenderá aproximadamente desde el entorno del actual apeadero de Renfe en Zabalburu hasta la fachada sur de la torre de viviendas anexa a la estación de Abando. Toda esta parcela central, que actualmente es empleada como playa de vías de estacionamiento y alberga varias dependencias de Renfe y Adif, mide aproximadamente unos 500 metros de largo, desde el edificio esquinero de Renfe hasta el puente de Cantalojas, tiene su punto más ancho de 70 metros en la zona de las futuras toperas y vestíbulos, y para vaciarla se excavará entre 22 y 18 metros de profundidad dependiendo de las zonas. Hay que tener en cuenta que los rieles y andenes actuales están en una explanada llana asentada sobre una ligera ladera que baja desde el puente de Cantalojas, en su zona más elevada, hasta la plaza Circular, el punto más bajo.

El gran cajón ferroviario que se va a generar implicará la retirada de algo más de un millón de metros cúbicos de excedentes, como dos torres Iberdrola. En este gran espacio despejado se habilitarán en su parte más profunda, la planta -2, los andenes que atenderán los convoys de alta velocidad, por encima se habilitará su zona de acceso para los viajeros y en una planta por encima, la -1, se atenderán los servicios actuales de cercanías tanto de Renfe como los de Feve, estos últimos tras ser trasladados desde la contigua estación de la Concordia. Además hay que añadir los 93.600 metros cúbicos de terreno a extraer para generar el estacionamiento de vehículos de cuatro niveles bajo superficie diseñado al lado de la calle Bailén y 52.500 más necesarios para albergar el gran vestíbulo ferroviario por debajo de la histórica cubierta metálica de la actual terminal.

El estudio informativo previo al proyecto constructivo en que trabajan el Ministerio de Fomento y Adif, como el ente ejecutor de los trabajos, también prevé de donde tomar lo que denomina préstamos, es decir, el material necesario para la construcción de la nueva estación soterrada. El informe recoge hasta 14 canteras y graveras de donde extraer el material para componer el hormigón necesario en los tajos. Son explotaciones que se encuentran lo más cerca de Bilbao posible, por ejemplo en las comarcas de Enkarterri o Durangaldea, aunque han entrado en el listado otras más alejadas como alguna de Gipuzkoa y otra en el sur de Araba, cerca de la localidad riojana de Haro.