pamplona - Hace dos años la actual presidenta del Gobierno, María Chivite, contactó con el doctor en Ciencias Biológicas Juan Cruz Cigudosa García para que impartiera una conferencia en unas jornadas en el Colegio de Médicos en Pamplona. Desde entonces la secretaria general del PSN y este científico de San Adrián, centrado en investigar la genética humana y su relación con el cáncer, han forjado una amistad. Tras el acuerdo de Gobierno, Chivite telefoneó a este socialista, afiliado en la federación madrileña, para ocupar el cargo de consejero en el departamento de Universidad, Innovación y Transformación Digital. “Me dio un plazo de 48 horas para responder”, recuerda Cigudosa, de 55 años, que aceptó porque cree que “puede afrontar el reto” en este momento de su vida. Para ello, tuvo que solicitar una excedencia forzosa en NIMGenetics, compañía dedicada a la biotecnología genómica que cofundó en 2008 en Madrid. Así, 26 años después de que partiera a EEUU, trabajara en el Servicio Canario de Salud, en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas y en su empresa, regresa a su tierra. Desde el despacho en Tracasa, en la Ciudad de la Innovación, confiesa que “Navarra tiene mucho potencial”, pero que “las iniciativas presentan diferentes grados de madurez”, por lo que trabajará para que todas se desarrollen “al mismo nivel”. La empresa pública, situada en Sarriguren, ha agrupado personal de 3 consejerías del anterior Ejecutivo: Educación, Desarrollo Económico e Interior. Unas 500 profesionales, entre funcionarios y personal vinculado, está relacionado con el departamento. “El talento es la capacidad de cambiar las cosas con los elementos que se tienen”, define Cigudosa ante el reto de avanzar en el terreno de la Universidad, de la Innovación y de la Transformación Digital.

¿Por qué aceptó esta consejería?

-Fue impulsivo, un acto poco científico por otra parte. Accedí porque quiero devolver a la sociedad aquello que me ha aportado. No he asumido este cargo por el sueldo, porque he perdido nivel económico respecto a lo que percibía en el sector privado.

¿Qué presupuesto calcula para su departamento en 2020?

-No tengo el número final, pero la Ley de Ciencia y Tecnología exige destinar un 1,35% de los presupuestos a la innovación, aproximadamente unos 44 millones de euros. En el capítulo de la Universidad, ya está asignada la partida del convenio con la UPNA; que ascenderá a unos 70 millones. Y en Transformación Digital, vamos a aplicar una subida a los casi diez millones de 2019.

La consejería se denomina Universidad, Innovación y Transformación Digital, ¿el orden de factores altera el producto?

-No, yo intento racionalizar el departamento en base a la innovación: innovar hace que el valor de las cosas crezca mediante el uso del conocimiento, es una manera de entender la actividad pública y de mejorar los sectores. La innovación debe tener una dirección sustentada en los valores de la universidad, como la redistribución, la inclusión o el reparto o mejora socioeconómica, para considerarla un avance para toda la sociedad.

Aboga por una universidad inclusiva, ¿ahora no lo es?

-Sí, y hay un dato que lo atestigua: Navarra dedica 3,3 millones a becas y Madrid, diez millones. Proporcionalmente, la Comunidad Foral invierte 2,5 veces más en sus estudiantes que Madrid.

El año pasado casi 5.200 personas en la Comunidad Foral se beneficiaron de las becas, ¿le gustaría incrementar esa cifra?

-Sí, aunque en la convocatoria 2018-2019 hubo un descenso de solicitantes. Me gustaría que hubiera más porque significaría que habría más peticiones para entrar a la universidad, pero ese crecimiento no se percibe.

¿Este incremento de estudiantes universitarios es compatible con la petición de las empresas de más alumnado en Formación Profesional (FP)?

-Hay que hacerlas compatibles y estamos trabajando duro en esta materia.

Ya ha anunciado que en las becas de 2019-2020 no va a poder aplicar el sistema que le gustaría, ¿Cómo funcionará ese modelo en el curso 2020-2021?

-El departamento debe esforzarse en varios niveles: intentar subir el presupuesto y actualizar las condiciones en las que se conceden las becas, por ejemplo igual interesa más incrementar la residencia y disminuir el transporte o viceversa, condicionantes que dependerán de los perfiles universitarios. Vamos a elaborar un estudio en el que sepamos los beneficiarios y las ayudas que perciben según los cuatro umbrales económicos en los que se dividen las becas, para así tomar decisiones en el curso 2020-2021.

¿Cuánto presupuesto asignará?

-Me gustaría subirlo, por lo menos, un 5%, hasta los casi 3,5 millones.

¿Cuántas personas podrían becarse con esa partida?

-Igual no es tanto incrementar el número de beneficiarios, sino distribuir el presupuesto de otra manera.

¿Por qué no se puede conceder la beca antes de iniciar el curso?

-Es un problema de normativa estatal, cuyas becas se resuelven con el IRPF del año en curso; y Navarra va después. He solicitado al Ministerio que se regrese al método de usar el IRPF del ejercicio anterior para avanzar el proceso.

Dentro de las becas, ¿dónde detecta carencias?

-Disponemos de un buen paquete, aunque mejorable, de becas pregrado; debemos incrementar el número de becas postgrado y no existen becas postdoctorales. Los profesionales que integran la figura postdoctoral otorgan riqueza en los grupos de investigación de las universidades y de los centros tecnológicos, ya que cuentan con una preparación excelente. Estos perfiles suelen marchar al extranjero y no tienen cómo volver. Necesitamos becas de carácter plurianual postdoctorales para recuperar ese talento y para arraigar el que se encuentra en Navarra. En esta legislatura crearemos una partida para este fin.

¿Por qué deben ser plurianuales?

-Porque si son anuales, la mitad se pierde con burocracia.

¿Cómo serían estas becas postdoctorales?

-Una beca de este tipo ofrece dos convocatorias: aquellas en las que los trabajos no requieren liderar un grupo, y las conocidas como recuperación y atracción de talento. En Navarra no hay ninguna. Hemos pensado iniciar esta convocatoria con una fase piloto, por ejemplo, diez postdoctorales. Cada centro necesita un postdoctorado por cada tres doctorados. Una beca plurianual de tres años para un postdoctorado sería de unos 90.000 euros. Otro aspecto es el programa de talento, del que conocemos experiencias en la CAV y Catalunya, con becas de más cuantía ya que recaen en profesionales que perciben un salario considerable, que viene con su equipo a un centro de excelencia.

¿En qué va a consistir el mapa de áreas tecnológicas transferibles?

-En Navarra hay cinco centros tecnológicos con una riqueza de ideas y capacidad de transferencia muy elevada. Desde el departamento dotaremos del marco legal para que esa transferencia sea lo más eficaz, es decir, si hay un centro que está desarrollando una tecnología y otro la necesita, facilitar el intercambio. La mayor parte de los centros del tejido navarro de innovación tienen excelente relación con las empresas, aunque siempre puede ser más fluida y que entren las universidades. Todos los sectores de la Estrategia de Especialización Inteligente están representados en estos centros. Aditech coordinará la transferencia tecnológica entre los diferentes agentes.

¿Cómo va a desarrollarse el convenio específico para implantar el grado de Medicina en la UPNA?

-Poner en marcha el grado es una acción singular que requiere una separación del presupuesto, un cronograma y personal implicado. Vamos a generar un documento específico de Medicina con fecha de principio y fin. Este convenio de cuatro años fijará un presupuesto y su calendario y amparará el edificio que se va a construir, etc. Ya hemos lanzado el concurso para dicho edificio, con el compromiso de arrancar este año o en enero. Mientras tanto las necesidades de laboratorio del alumnado para estos dos primeros años se encuentran cubiertas.

¿Cuándo va a probarse los 900.000 euros de la UPNA?

-Esperemos que pueda darse la luz verde este mes o en noviembre, incluso igual no hace falta llevarlo al Parlamento.

¿Cómo quiere que sea el próximo convenio con la UPNA, que debe negociarse en 2020?

-La UPNA tiene muchos retos. Es muy potente en carreras técnicas, pero debe fortalecerse en humanidades y en bio. Además debe afrontar la brecha de género: el 80% de las plazas de ingeniería están ocupadas por hombres y el porcentaje restante por mujeres, y las cifras se invierten en las ofertas formativas relacionadas con el cuidado, como Magisterio y Enfermería.

¿Cómo se puede avanzar?

-Hacen falta referentes femeninos en estas profesiones que visiten las aulas en Primaria y Secundaria.

La Ley de Ciencia y Tecnología establece crear el Sistema Navarro de Innovación y Tecnología (SINAI) ¿de qué se va a encargar?

-El departamento gestionará el SINAI, que acreditará a los agentes ejecutores de investigación y desarrollo, es decir, a las universidades, centros tecnológicos y a las unidades de I+D de las empresas, a quienes se les exigirán requisitos diferentes, según su naturaleza. Todos deberán acreditarse para optar a las convocatorias de proyectos desde 2020 y para captar e incorporar talento.

¿El polo de la innovación digital de la industria 4.0 será una realidad esta legislatura?

-Espero que sí. Desarrollo Económico y Empresarial gestionará el presupuesto de este polo, pero la coordinación se compartirá con la consejería de Universidad, Innovación y Transformación Digital y la de Ordenación del Territorio, Vivienda, Paisaje y Proyectos Estratégicos.

¿Qué presupuesto recibirá?

-Estamos trabajando en esta materia.

¿Dónde va a ubicarse?

-No está decidido, pero el sitio natural es en la zona de la UPNA. Ahora debemos confeccionar el proyecto que puede tardar un año como mínimo.

¿Qué aporta este polo de la innovación a la economía navarra?

-Capacidad de diferenciación. Navarra no puede competir en economía de escala, con Asia por ejemplo, algo que también le pasa a Europa. Nuestro desarrollo económico debe basarse en el conocimiento, en avanzar más deprisa y antes que los demás, o por lo menos, a la misma velocidad. Este polo favorece la existencia de un ecosistema que permite la innovación y acercar a todos los actores, como la inteligencia artificial, el big data, la mecatrónica, etc. Además, un polo de innovación digital facilita la captación de fondos europeos.

¿En qué sectores se enfocará?

-Mecatrónica, automoción o la parte de salud de transformación digital...

El gasto en I+D en Navarra es del 1,73% del PIB; en la crisis ha retrocedido una década, ¿cómo se revierte este escenario?

-Durante la crisis los centros han dedicado sus esfuerzos a sobrevivir y a mantener los puestos de trabajo, que no es baladí. Ahora deben ser conscientes de que el Gobierno de Navarra apoyará cualquier tipo de innovación y que va a ayudarles a que opten a fondos europeos y estatales.

¿Por qué quiere fomentar la compra pública innovadora?

-Porque beneficia a la ciudadanía. Si la Administración detecta un servicio o necesidad que no está cubierto tecnológicamente para la sociedad, a veces, resulta bueno fomentar la innovación e invertir en un bien que todavía no está en el mercado. Por ejemplo, en vez de destinar dinero a kits de detección de cáncer de color, podríamos derivar esa partida a favorecer una solución innovadora que localice marcadores de aparición temprana de cáncer en sangre, y que con un año de trabajo se ofrezcan a los pacientes. Consiste en invertir en la parte final de un proyecto de investigación, durante su desarrollo. Esta práctica ya funciona en Galicia, CAV o Andalucía. Yo propongo destinar un 1% del presupuesto de Navarra, unos 40 millones, sin incrementar gasto.

¿Pero si se destina esa partida, habrá otras que desciendan?

-Se pueden redistribuir las partidas sin que se produzca ningún perjuicio. Este desembolso es inversión ya que la Administración comparte la titularidad de ese servicio. Así, obtendría ingresos o descuentos, y no necesitaría que una multinacional le ofreciera esa solución, con el consiguiente ahorro porque la tecnología ya la posee la Administración.

Una vez concluida la legislatura, ¿qué objetivos de la Ley de Ciencia y Tecnología le gustaría cumplir?

-Crear el consejo de la Ciencia, redactar la estrategia para los próximos cuatro años y normalizar las convocatorias de ayudas con un calendario para que los solicitantes sepan en qué época del año deben pedirlas. Además, me gustaría que todas las personas tuvieran información genética en su historial clínico para diagnosticarlo y que se pudiera administrar los medicamentos de manera eficaz.

¿La transformación digital es diferente para la Administración, las empresas y la sociedad?

-Sí, porque debe adecuarse a resolver las necesidades de cada agente. En el caso de la Administración, esta optimizará sus recursos y deberá cumplir la normativa que exige que la ciudadanía pueda elegirla en todos sus aspectos, con la consiguiente eliminación del papel. Aunque hay que seguir esforzándose, Navarra está muy bien comparada con otras administraciones.

¿Cómo abordarán la transformación digital las empresas de pequeño tamaño que tienen cinco o menos empleados y que suponen el 80% del total?

-El Gobierno debe asegurar que todos estos negocios tengan acceso a la banda ancha lo antes posible para evitar la deslocalización, favorecer la organización de procesos, acceder al mercado global y crecer.

¿Cómo impactará la transformación digital en la ciudadanía?

-Va a hacer más fácil su relación con la Administración, porque desde cualquier punto las personas accederán a sus servicios.

¿Es una utopía que la banda ancha llegue a todo la zona rural?

-No. El plan de banda ancha es muy potente, ya que somos la comunidad mejor posicionada. Tenemos la intención de que el plan de banda ancha se extienda a las casas, porque sí que ha llegado a los pueblos pero no a las viviendas. Probablemente en aquellas localidades en las que no hay banda ancha terrestre, se deberá articular una solución de aire, por cobertura con antena.

¿Fomentará la colaboración público-privada?

-Nos interesa tenerla, pero nos gustaría articular una fórmula en la que la Administración lidere el proceso.

¿Qué va a ofrecer el Servicio de Avance Digital?

-Cuenta con varias secciones como la ingeniería de datos. Disponemos de recursos en forma da datos sin explotar, que hay que analizar y transformar en herramientas de mejora. Por ejemplo, si contamos con información de cómo usan los pasajeros el transporte, igual podemos modificar la ruta y frecuencia.

¿Por qué la Administración quiere gestionar el big data?

-Porque si no lo hace, corre el riesgo de que se externalice con los consiguientes intereses privados. Este departamento debe dirigir estos datos desde un punto de vista ético, eficaz y social.