PAMPLONA. Las 33.078 mujeres navarras titulares de una pensión de jubilación reciben al año 7.818,02 euros menos que los hombres, siendo Navarra la cuarta comunidad en la que mayor es la brecha de género en este aspecto debido a su alta industrialización y a la escasa presencia de las mujeres en este sector.

Así lo han señalado en rueda de prensa la secretaria de Acción Sindical de la UGT de Navarra, Marisol Vicente, y la vicesecrtetaria general del sindicato, Cristina Antoñanzas.

Esta desigualdad, ha indicado Vicente, es la factura del trabajo desarrollado a lo largo de sus vidas, "con jornada a tiempo parcial, contrato temporal, excedencias, reducciones de jornadas para cuidar a hijos y otros familiares" a lo que se suma el trabajo no remunerado en las tareas del hogar y el cuidado de familiares.

Según muestra el informe realizado por UGT, en cada paga las mujeres navarras cobran de media 945 euros, 558 menos que los hombres (1.503 euros), lo que en términos porcentuales supone una diferencia del 37%.

A pesar de esto, la cantidad percibida por las navarras es más de 100 euros superior a la media estatal, siendo superadas solo por las residentes en Madrid (1.046 euros) y el País Vasco (1.000 euros), aunque esto no impide que estén peor pagadas que los hombres extremeños, que con 1.005 euros son los que menos reciben de todo el país.

Según ha explicado Antoñanzas, ambos parámetros se explican en la alta industrialización que presenta la Comunidad Foral, un sector con empleos de calidad y salarios más altos y con una alta representación masculina, con solo una mujer por cada cuatro hombres.

Por contra, en el sector Servicios, donde los salarios son más bajos, hay mayor temporalidad y menos estabilidad, existe una mayor presencia de mujeres (58 %).

La tasa de actividad de las mujeres navarras en relación a los hombres en el tercer trimestre de este año es 9,85 puntos inferior (54,01% frente a 63,86%) y la tasa de ocupación femenina es 10,95 puntos inferior a la masculina (48,63% frente a 59,62%).

También es relevante en esta brecha de género el hecho de que las mujeres "acaparan el empleo a tiempo parcial", siendo ellas tres de cada cuatro personas con empleos de este tipo.

Igualmente, "las medidas de conciliación recaen muy mayoritariamente sobre las mujeres, que se ven obligadas a interrumpir o abandonar sus vidas laborales", ha apuntado Vicente.

De hecho, concentran el 96,44 % de los permisos por maternidad, el 92,97 % de las excedencias por cuidado de hijos y el 82,08 % de las excedencias por cuidados de familiares.

Para Vicente las perspectivas de cara al futuro no son buenas, pues "o cambia mucho el sector Servicios o se perpetuará la brecha salarial", ha comentado.

Las únicas pensiones en las que las mujeres reciben una mayor prestación son las de viudedad, donde suponen un 96 % de los perceptores y reciben una cuantía media de 800 euros frente a los 574 de ellos.

La pensión de viudedad "está vinculada al reparto de las tareas del hogar", siendo esto precisamente la causa de que ellas reciban más dinero debido a que sus maridos son quienes han cotizado por sus trabajos.

Antoñanzas ha asegurado que estas desigualdades se pueden reducir, siendo para ello fundamental reducir la brecha salarial e impulsar las escuelas infantiles de 0 a 3 años y la Ley de Dependencia para que las mujeres no tengan que renunciar a sus trabajos para dedicarse al cuidado de la familia.

Otra posible medida sería que aumente la cuantía percibida por las mujeres aumente desde el primer hijo, algo especialmente importante en familias monoparentales ya que, ha destacado, "están formadas mayoritariamente por mujeres y son las que mayor tasa de pobreza tienen".

También ha valorado la posibilidad de que, al igual que sucede con la mili, el servicio social obligatorio que tenían que realizar las mujeres cotice a la Seguridad Social, algo que, ha indicado, es la diferencia para muchas mujeres entre poder acceder o no a una pensión de jubilación.