etrás de la primera línea, de la "trinchera", en la que los sanitarios han tenido que tratar a los contagiados por el covid-19, las TIC han "mantenido la economía del país" estableciendo, apoyados en las redes de comunicaciones de los teleoperadores, canales para que las empresas puedan seguir trabajando con sus plantillas en casa.

Algunas empresas llevaban años preparándose y han acelerado durante el confinamiento, otras se han visto obligadas a reaccionar para "sobrevivir" y han puesto en marcha estructuras débiles que es necesario reforzar. Todas ellas necesitan incrementar sus inversiones para afrontar con garantías un teletrabajo que ha venido para quedarse. En un contexto generalizado de asfixia financiera de las compañías, Cistec, una empresa nacida en Navarra hace siete años, estima necesario que la administración pública active un plan Renove tecnológico que garantice a las empresas el respaldo económico suficiente para hacer frente al reto.

Como no podía ser de otro modo en tiempos del coronavirus, la conversación se produce a través de una videoconferencia. No sólo por seguridad, también por que los tres socios de Cistec que explican a este periódico la respuesta de la compañía ante el escenario bélico generado por la pandemia están en tres ciudades diferentes: Pamplona, Bilbao y Zaragoza, desde donde, a tiro de AVE de Madrid y Barcelona, preparan el salto al mercado estatal.

Son Eduardo Luquin, director Territorial en Navarra; Rafa Laskurain, CEO del grupo, y José Antonio Gurucelain, director de Innovación. Los tres explican en primera persona el proceso que ha llevado a gran parte de la fuerza laboral de la CAV y Navarra a trabajar desde su casa, así como el esfuerzo que ha supuesto para la plantilla de Cistec.

La compañía siempre ha estado "muy centrada" en la transformación digital del puesto de trabajo y en el ámbito de la salud, los dos grandes ejes de la lucha contra la pandemia. De la noche a la mañana, muchas empresas han tenido que mandar a sus empleados a casa, pero han mantenido su actividad gracias al apoyo de las TIC, que sienten que han sido la red que ha sostenido de alguna forma la economía del país. Una especie de "teléfono de la esperanza" que ha atendido a clientes habituales y a compañías que "se hundían".

"Algunos han tenido que hacer el proyecto desde cero y su prioridad ha sido acceder desde fuera, dejando en segundo plano la seguridad. Se quejan de que su experiencia de usuario no es tan buena como la de algunos competidores que llevan diez años trabajando en ello. Pero es que esto no se hace en 15 minutos, es un trabajo de años de ajustes en el sistema. Con la experiencia que hemos adquirido, ahora podemos ir más rápido, pero aún así la transformación tiene una duración de dos a tres años", detalla Gurucelain.

Cistec supo anticiparse al boom actual del teletrabajo. La irrupción del wifi en 2008, la eclosión del mercado de los smartphones y el desarrollo tecnológico en general, que permite disponer un equipo informático doméstico tan o más potente que el del centro de trabajo, abrieron un mundo de posibilidades. La compañía vasca ha sabido aprovechar la oportunidad y en siete años ha pasado de facturar medio millón de euros a rozar los 11 millones en 2019.

"Todo esto era independiente del teletrabajo. El modelo de trabajo tenía que agilizarse y virtualizarse, romper las viejas ligaduras. El máximo exponente es lo que estamos viendo ahora, pero ¿vamos a ir a la nueva normalidad con el viejo puesto? ¿O volvemos para trabajar de otra manera, de forma adecuada y segura?", expone Rafa Laskurain.

Desde Pamplona, Eduardo Luquin concreta los parámetros de seguridad: "Impulsamos el teletrabajo de manera independiente y endógena desde hace muchos años. Hemos extendido el modelo a las implicaciones desde el punto de vista jurídico, desde el punto de vista de protección del dato o cumpliendo con la obligatoriedad del control de fichajes desde octubre de 2018, ahora desde casa".

La vuelta a la normalidad debe servir para reforzar la dinámica y su perímetro de seguridad. "A pesar de las limitaciones económicas, las empresas tienen que ser ambiciosas y además necesitan del respaldo de la Administración. Hay planes renove para cambiar de coche y ha habido planes renove con financiación pública para muchas cuestiones más banales. La tecnología es core de país y es necesario un Renove tecnológico. Si no hay ayudas, las empresas van a estar mal posicionadas para invertir", subraya Laskurain.

En circunstancias normales, Cistec tendría en estos momentos unas expectativas de negocio muy favorables y podría llegar a triplicar ventas. Sin embargo, todo está pendiente de la capacidad financiera de las empresas y del gasto público destinado a la transición tecnológica.

En este sentido, los responsables de Cistec destacan la sensibilidad de la administración y las empresas vascas. "Igual sacamos la bandera del patriotismo, pero en Euskadi y Navarra tenemos una visión diferente que en otras comunidades por parte del Gobierno y las compañías", destaca Gurucelain. "Euskadi lleva siete años invirtiendo en esto, hay otros empresas y otras comunidades, que han empezado a hacerlo ahora", concluye.

"Hablábamos de 1.000 trabajadores en casa por un incendio y se incendió el mundo"

Director de Innovación de Cistec

"Cómo no atender a una empresa que se hunde, hemos sido casi el Teléfono de la Esperanza"

CEO de Cistec

"Para algunos ha sido una novedad, pero es necesario normalizar el teletrabajo

Delegado en Navarra de Cistec