- No podía ser de otra manera. Un experimento económico sin precedentes, con la clausura de toda actividad económica no esencial y un muy lento regreso a la normalidad, deparó la mayor destrucción de empleo de la historia. A pesar de los ERTE, de las ayudas a autónomos y de la batería de medidas financieras de apoyo a las empresas, la Encuesta de Población Activa retrató ayer el golpe terrible que ha recibido el mercado de trabajo. Navarra destruyó 12.800 puestos de trabajo en apenas tres meses, la mayor caída nunca registrada por ese indicador. También el paro registró un sensible incremento en este trimestre, habitualmente favorable: 3.800 desempleados más.

Esta evolución supone que Navarra deja de ser la comunidad con la menor tasa de desempleo, al quedar ahora por detrás de la CAV, y confirma que han bastado apenas unas semanas para destruir todo el empleo creado en los últimos tres años. Los 271.500 ocupados con los que cuenta ahora la comunidad suponen la cifra más baja desde el año 2017, cuando se iba asentando la recuperación tras la grave crisis de 2008-2013. “Aunque esperados, estos datos son muy duros y negativos”, admitía ayer Carmen Maeztu, consejera de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra, quien añadía además que la tasa de paro será, seguramente, peor de la que registra la EPA, con un 10,08%. “Ha aumentado mucho la categoría de inactivos”, señalaba. En pleno confinamiento, muchos ni siquiera han podido buscar trabajo.

Del batacazo del segundo trimestre apenas escaparon unas cuantas actividades. La industria alimentaria fue una de ellas, pero no así el resto de las manufacturas, que se dejaron más de 5.200 puestos de trabajo. Y también pareció salvarse la construcción, que apenas se detuvo durante el periodo obligatorio y que se recuperó con cierta rapidez para continuar aquellas obras que ya estaban en marcha.

En estos tres meses, el crecimiento del paro en Navarra se concentró sobre todo en los hombres (casi 2.900 desempleados más) y, de hecho, la tasa de paro es ahora ligeramente superior entre los varones, una circunstancia inédita en la serie histórica. Y afectó en mayor medida a los eventuales (uno de cada diez se fue al paro), pero también golpeó con dureza a los trabajadores indefinidos, con 4.800 puestos de trabajo perdidos. Una caída que rompe con un periodo de creación de empleo fijo casi continuado durante los últimos cuatro años y que anuncia dificultades a lo largo de los próximos meses, una vez que se vayan agotando los ERTE. “Veremos si esta crisis es de corta duración o se alarga en función de la evolución de la epidemia ya que, de momento, se repiten algunos patrones”, explicó Maeztu. “Los colectivos más afectados siguen siendo los mismos: trabajadores y trabajadoras eventuales, las personas más jóvenes y la población de origen extranjero, con un crecimiento del desempleo muy superior a la media”, subrayó.

“Los datos son muy negativos”, valoraban ayer desde CCOO, que recordaba que en las cifras de personas desempleadas no están contabilizados “los 32.232 trabajadores y las 20.886 trabajadoras que están incluidos en los 5.817 ERTE contabilizados hasta ahora”. El sindicato, como el resto de las organizaciones de trabajadores e incluso las patronales, reclamaba ayer a las administraciones la extensión de los diferentes mecanismos de protección anunciados hasta el momento.

Estas redes de seguridad, entre las que se encuentran los ingresos mínimos vitales y rentas garantizadas, son los que permiten, por ejemplo, aliviar la situación de las personas que viven en alguno de los 12.300 hogares con todos sus miembros en desempleo. Son 3.900 más que hace solo tres meses y 2.700 más que hace un año y es uno de los datos que más preocupa.

7.533

El paro de larga duración no crece todavía. el 58% de los desempleados lleva menos de seis meses buscando trabajo. .

26%

Con los mejores datos de paro hasta hace unos meses la fuerte subida de los últimos trimestres hace que Navarra sea la segunda comunidad donde más sube el desempleo en el último ejercicio.

9%

La destrucción de empleo en el último trimestre ha sido más intensa entre los trabajadores de menor edad. De hecho, más del 35% del empleo asalariado desaparecido estaba ocupado por trabajadores menores de 34 años. En total, la caída ronda el 9% para estos grupos de edad y duplica la media.

- La voz era ayer unánime desde los sindicatos y las organizaciones empresariales: “Hay que extender los ERTE”. Lo reclamó la CEOE en un comunicado, lo dijo también Pepe Álvarez, secretario general de UGT, y coincidía con ambos Unai Sordo, secretario general de CCOO. Todos instaron a prolongar unas medidas que deben servir para proteger a sectores esenciales para el empleo como el turismo.

Lo hicieron tras conocer los datos del paro de ayer, que hablaban de más de un millón de puestos de trabajo destruidos que dejan un panorama desolado y que habría resultado mucho peor sin las medidas de protección adoptadas.

En total, a pandemia y las estrictas medidas de confinamiento llevaron a la destrucción de 1.074.000 empleos en el segundo trimestre, la peor cifra de la serie. El grueso de esta destrucción de empleo fue en el sector privado -fundamentalmente en los servicios con 816.900 ocupados menos- y en el empleo temporal, con 671.900 empleos temporales destruidos en el trimestre, tres de cada cuatro.

Una caída del empleo que sin contar los afectados por ERTE dejó el total de ocupados en 18,6 millones, la menor cifra en cuatro años desde el primer trimestre de 2017.

En cuanto al paro aumentó en 55.000 personas en el segundo trimestre hasta sumar 3,37 millones, una tasa del 15,33%, en niveles de hace dos años.

El INE recuerda que no todos los que han perdido su empleo han pasado a clasificarse como parados, al no poder buscar empleo, y que una parte considerable ha ido a la inactividad. La población activa se redujo en el trimestre en un millón de personas, lo que amortiguó el alza del paro, que podría verse de forma más acusada en los próximos trimestres.

Así, junto al paro y la destrucción de empleo, en esta EPA sin precedentes hay que mirar otras variables que ayudan a explicar lo ocurrido en este trimestre marcado por el confinamiento para frenar el avance de la enfermedad.

Una es la de los ocupados que no trabajaron, con 4,7 millones de personas, una cifra inédita en la EPA, donde se reflejan los trabajadores en ERTE: 3,4 millones de personas apuntaron estar sin trabajar por paros parciales de empresas (1,6 millones) o por regulaciones de empleo (1,8 millones).

Otra de ellas es la de los inactivos, personas que ni trabajaron ni estuvieron buscando empleo y que sumó 1 millón personas, el mayor incremento de la serie que llevó esta categoría hasta los 17,6 millones, también la más elevado de la historia. En total, con estas cifras de empleo destruido y ocupados que no trabajaron por algún motivo, la cifra de personas que efectivamente trabajaron en este trimestre fue de 13,9 millones, lo que supone solo el 35,14 % de la población en edad de hacerlo. Las horas trabajadas cayeron el 22,6%.

“Las medidas puestas en marcha en Navarra son un fuerte escudo social”

Consejera de Derechos Sociales