Más de 200 personas han cubierto esta mañana los doce kilómetros que separan la planta de MTorres de la sede del Parlamento en Pamplona, para mostrar su rechazo a los 148 despidos y por asegurar el futuro de esta empresa aeronáutica.

Mikel Azkarate Irigibel ha participado en esta iniciativa que ha partido de la mayoría del comité, cinco delegados de CCOO y otros cinco de ELA, ya que los tres representantes de CITE se han desligado de estas movilizaciones.

Mikel, con FP de Grado Superior e Ingeniería Mecánica, cumplió en febrero once años en esta empresa como técnico de aplicaciones. “Nos encargamos de la puesta en marcha de las máquinas, una actividad por la que nos toca viajar mucho por todo el mundo, China, Japón, Estados Unidos, Alemania, Inglaterra...”, ha detallado una vez concluida la manifestación en el paseo Sarasate.

“Suelo viajar entre 140 y 80 días cada año. Aunque otros compañeros llegan hasta los 200 días”, ha manifestado.

Mikel Azkarate, en el paseo Sarasate. Patxi Cascante

DOCE MESES DE ALTIBAJOS

DOCE MESES DE ALTIBAJOS

Este profesional de 39 años, pero que en 2021 cambiará de década, ha pasado doce meses con altibajos, ya que apenas ha trabajado tres meses.

“Nada más declararse el estado de alarma, enfermé. No me diagnosticaron covid porque en la primera ola no había posibilidades de test, pero estuve de baja un mes. A los pocos días MTorres aplicó un ERTE por fuerza mayor al detectarse casos de coronavirus en la planta”, ha recordado.

NUEVE MESES DE REGULACIÓN

NUEVE MESES DE REGULACIÓN

Una vez que se repuso, la dirección le aplicó el ERTE y durante este año de pandemia ha estado nueve meses regulado. “Tuve problemas de cobro de la prestación durante tres meses”, ha contado. Pero como su pareja trabaja, no tuvieron apuros económicos en el hogar.

“Hay momentos en los que decae el ánimo por tu situación laboral. Menos mal que mi hija de ocho años y mi hijo de cuatro me han dado la vida durante estos meses complicados. Te ayudan a no pensar y a disfrutar”, ha confesado.

Esta semana la dirección de la empresa planteó bajas voluntarias, con una indemnización de 25 días por año trabajado, o excedencias para un colectivo de trabajadores que apenas ha cubierto un 30% de su jornada anual. La dirección considera que estas personas puede que acepten salir de manera voluntaria.“YO SOLO QUIERO TRABAJAR”

“YO SOLO QUIERO TRABAJAR”

Mikel desconoce si forma parte de este grupo, pero tiene claro que viendo la evolución del último año puede ser uno de los afectados. “Pero hasta que no salga la lista no lo sabré”, ha aclarado, ya que defiende su empleo. “Yo quiero trabajar. En MTorres he aprendido mucho, y he viajado y vivido gratas experiencias. Aunque, la parte negativa es la cantidad de días que pasas fuera de casa, lejos de la familia”, ha aclarado.

Sin embargo Mikel encuentra una parte positiva de este año complicado: “Al estar regulado y dejar de desplazarme a otros países, he pasado mucho más tiempo con mi hija e hijo”.

El próximo jueves 11 de marzo concluye el periodo de consultas para negociar este expediente. “Me gustaría seguir trabajando, pero si me toca, buscaré otro empleo”, ha reiterado.

UNA PLANTILLA DECEPCIONADA

UNA PLANTILLA DECEPCIONADA

Carlos Ugalde, técnico de mantenimiento, también ha reivindicado durante la manifestación a la empresa una negociación que concluya con salidas dignas para la plantilla. “Decepción se convierte en la palabra que más se escucha estos días entre la plantilla”, ha destacado Carlos, de 45 años, con 16 años de trayectoria en MTorres y doce de delegado por ELA.

Carlos Ugalde, en el centro de la pancarta. Patxi Cascante

Durante los meses de pandemia, cerca de 50 trabajadores y trabajadores se han marchado de manera voluntaria de la compañía. “Eso muestra que algo está cambiando en MTorres. Esas personas han dejado de creer en este proyecto. Ahora mismo la empresa se asemeja a un barco con un motor potente pero que navega sin rumbo”, ha descrito.

Carlos trabaja en un departamento de cuatro personas, y su actividad consiste en tratar temas de legislación industrial, gestión de proveedores de reparaciones o revisión de máquinas. “Hasta septiembre, trabajé unas cuatro semanas”, ha declarado.

En octubre fue padre de una niña y eso le ha llevado a pedir una reducción de jornada. “Hay mucha incertidumbre en la plantilla, ya que no solo la empresa debe resolver este expediente, sino que se pregunta qué va a ocurrir el próximo año con la compañía”, ha manifestado.

Carlos ha resaltado que los empleados y empleadas de MTorres “siempre han confiado en que esta empresa no era una multinacional con un centro de decisión fuera de Navarra, sino que estaba arraigada al territorio”. Pero ahora todo son dudas. “No sé si merece la pena quedarse y esperar a su evolución o aceptar una salida voluntaria con unas condiciones dignas”, ha explicado. Un gran dilema para los profesionales de una de las compañías referentes en Navarra.