El Impuesto de Sociedades, un tributo que en Navarra había perdido buena parte de su capacidad recaudatoria, ha recibido en el primer cuatrimestre del año un alivio sensible. Una inyección de vitaminas en forma de ingresos extraordinarios que han elevado la recaudación de modo sensible, casi un 300%, desde los apenas 16,4 millones de euros de 2020 a los 64,7 millones de este año.

El incremento tiene que ver, en buena medida, con la aportación de una única empresa. CaixaBank, según publicó hace unos días El Confidencial, ha realizado un pago de 1.100 millones de euros en todo el Estado en concepto de las plusvalías derivadas de la absorción de Bankia, cifradas en unos 4.000 millones de euros.

Se trata así del beneficio que se genera al revisar al alza el valor de los activos comprados y forma parte del primer pago fraccionado del Impuesto de Sociedades, que en los cuatro primeros meses del año aportó apenas el 4,87% de la recaudación total de Navarra.

53 millones más en un año

“Una parte del incremento procede de la fusión”, admitían desde la propia entidad financiera, que sin embargo no precisaba la cifra exacta que ha pagado en Navarra en este cuatrimestre. Sí se conoce, en cualquier caso, que Navarra representa, por volumen de activos en torno al 1,5% del negocio total de CaixaBank, con lo que el pago total efectuado debería rondar al menos los 16 millones de euros. Sin embargo, solo entre marzo y abril de este año la recaudación de Hacienda Foral con este tributo ha crecido en 53 millones de euros, mientras que el año pasado el incremento fue de apenas cinco millones de euros.

De hecho, Hacienda, si bien no se refiere a clientes concretos, explicaba en su nota sobre la recaudación que el incremento “se debe principalmente al pago a cuenta del para entidades que operan por cifra relativa en Navarra y se hallan sometidas a normativa estatal”. Y añade que “pese a que este tributo no vio modificados los plazos de vencimiento hace un año, los importes ingresados en el año 2020 supusieron una considerable merma recaudatoria por las elevadas provisiones dotadas en aquel momento de inicio de la pandemia”.

Pendientes los créditos fiscales

Esta inyección, sin embargo, tiene carácter absolutamente extraordinario y no se repetirá en los próximos meses, en los que debería aclararse el impacto de los créditos fiscales de los que disfruta CaixaBank como consecuencia de la fusión. En anteriores procesos de concentración bancaria, esta figura -una compensación por las pérdidas- ha permitido a la entidad con sede en Valencia aliviar de forma muy significativa su factura fiscal. En la comisión parlamentaria que investigó el final de Caja Navarra, Geroa Bai llegó a cifra en unos 100 millones de euros la merma recaudatoria que supuso la adquisición de Banca Cívica.

Estos créditos fiscales y la existencia de bases imponibles negativas han hecho que los ingresos por el impuesto de sociedades se reduzcan a menos de la mitad en la última década. En los últimos años, el tipo efectivo que pagan las empresas ha crecido algo más de tres puntos en Navarra, hasta quedar algo por encima del 18%, lejos en cualquier caso de los tipos nominales fijados por la normativa. En el caso de las grandes empresas están situados en el 28%.

La propia estadística del Impuesto de Sociedades muestra el impacto que en Navarra tienen las pérdidas que todos los años declaran las empresas y que, en caso de obtener beneficios, les permiten reducir su carga fiscal. Esta cifra, que supera los 300 millones y que se conoce como bases imponibles negativas, iba bajando desde el año 2015, cuando rebasaban los 500 millones de euros, pero previsiblemente vuelva a subir a partir de este año, por efecto de las pérdidas que declaren las empresas en 2020, un año en el que la mayor parte vio reducidas su actividad y sus ventas