- La fusión de CaixaBank y Bankia tendrá consecuencias en Navarra. En el empleo y en la recaudación de Hacienda. Y ayer el Parlamento de Navarra aprobó una moción que insta al Gobierno foral a realizar ante el Ejecutivo central las gestiones necesarias para que legisle con el objetivo de reducir este impacto. Solo la derecha, representada por Navarra Suma, no apoyó la moción.

La iniciativa, presentada por Geroa Bai, recuerda que el Gobierno estatal posee el 16,11 % de la nueva Caixabank, por lo que entiende que debe intervenir para minimizar el impacto negativo que la fusión por el cierre de oficinas o por la pérdida de impuestos por exenciones en créditos fiscales.

En defensa de la moción, Mikel Asiain recordó que la recesión de 2008 llevó a la reestructuración del sector financiero para mejorar su productividad y competitividad, obligando a las cajas a transformarse en bancos y acordar fusiones que han reducido el sector a unas pocas entidades.

Para este proceso, subrayó, el erario público aportó más de 60.000 millones de euros, de los que apenas se han recuperado 4.000, y en la Comunidad Foral supuso la desaparición de Caja Navarra, absorbida finalmente por CaixaBank, con domicilio social fuera de Navarra.

Ahora se ha fusionado con Bankia con un plan que, según destacó, supone un expediente de regulación de empleo que afectará a 66 trabajadores en Navarra y que pueden ser “muchos más” en “un futuro cercano”, y que conllevará “de nuevo más costes y menos ingresos para las arcas públicas”.

Una parte de estos menores ingresos se deberá a los miles de millones de euros en créditos fiscales que acumula la entidad resultante y que, en virtud de la legislación estatal, podrá compensar sin límite de tiempo cuando genere beneficios. CaixaBank paga en Navarra en virtud de la cifra relativa de negocio.

En el turno a favor de la moción tomó la palabra la socialista Ainhoa Unzu, quien sin embargo subrayó que toda la banca ha destruido empleo, “no solo CaixaBank”, y puso en duda de que con un 16% el Gobierno central pueda tomar decisiones en la entidad, aunque haya sido “muy crítico” con los despidos”. “Ya está trabajando en el tema”, dijo Unzu.

También a favor intervino Aranzazu Izurdiaga, de EH Bildu, quien aseveró que el objetivo de la reforma del sector financiero ha sido maximizar beneficios a costa de clientes y trabajadores y hoy, con más de 4.700 millones de beneficios y mil puestos de trabajo ya destruidos en Navarra, se plantea reducir otros 66 empleos, por lo que instó a la derogación de reforma laboral. Por Podemos, Mikel Buil criticó los costes laborales de la fusión pero admitido que “con un 16% es dificilísimo contener la voracidad de accionistas, mientras que Marisa de Simón, de I-E, calificó de “totalmente pernicioso” el procedimiento para los despidos.

“Carece de viabilidad”. En contra de la iniciativa, el parlamentario Juan Luis Sánchez de Muniáin explicó que Navarra Suma no iba a participar en el debate ya que la moción “carece de viabilidad jurídica” e incurre en un “error” al decir que el Estado es titular de unas acciones.

“Los 66 despidos de ahora en Navarra pueden ser muchos más en un futuro cercano”

Geroa Bai