El sector del automóvil pasa por un momento delicado. La falta de chips, o semiconductores, está afectando directamente a la fabricación de coches tanto en Euskadi como en Navarra. La automoción cuenta con un peso importante dentro de la economía vasca, por lo que este problema está provocando caídas importantes en las ventas de vehículos, más concretamente un 20%. Todavía se desconoce cuándo se recuperará el suministro de estos aparatos electrónicos, pero se estima que la normalidad no regrese hasta, al menos, el primer semestre de 2022, así lo ha hecho saber la consejera de Desarrollo Económico del Gobierno vasco, Arantxa Tapia.

En Euskadi y Navarra las plantas de Mercedes-Benz y Volkswagen, respectivamente, tienen dificultades para producir automóviles, tanto es así que ha habido paros en su productividad de forma intermitente. Tras la declaración de la pandemia, la recuperación del sector se ve truncada por la escasez de chips que provienen directamente de Asia (el 81% se fabrican en Taiwán y Corea), y que son fundamentales para el funcionamiento del motor, la dirección asistida, la cerradura de las puertas o el sistema de acceso al coche sin llave.

Tras la declaración de la pandemia, la recuperación del sector se ve truncada por la escasez de chips que provienen directamente de Asia

Es inusual la imagen de una multitud de coches que se acumulan en los diferentes solares de las factorías automovilística por no poder finalizar las tareas de producción. Las pérdidas se suman a las del pasado año, donde el sector perdió cerca de 16 millones de euros. Ahora el parón de las fábricas de automoción por no poder llevar a cabo los trabajos produce preocupación y desesperación entre los trabajadores llegando a recurrir a ERTES como ha ocurrido en la planta de Mercedes-Benz de Vitoria.

Sin embargo, la problemática afecta al resto del Estado e incluso de Europa. Además, la falta de chips está provocando que se encarezcan los coches y se produzcan retrasos en las entregas. Hasta la fecha, se estima que de manera global la crisis de los microchips esté afectando directamente a la producción de 500.000 vehículos, según el último informe publicado por la Asociación Europea de Proveedores Automovilísticos (Clepa).

Demanda de otros sectores

Durante la crisis sanitaria la venta de dispositivos electrónicos (tabletas, ordenadores, consolas, móviles€) ha aumentado la demanda de chips por lo que al retomar la producción de automóviles, los fabricantes de semiconductores trabajan de nuevo para suministrar todos los pedidos a las diferentes factorías de automóviles del mundo. El sector del automóvil cuenta con que las ventas serán este año un 25 % inferiores a las registradas en el 2019 mientras espera una recuperación.

La función de los microchips, indispensables en la actualidad

En 2021 por primera vez en la historia hay escasez de oferta de chips o microchips. Pero, ¿qué son? Un circuito integrado es una estructura de pequeñas dimensiones de material semiconductor. Sobre ellos, se fabrican circuitos electrónicos, algo muy importante en la historia de la humanidad. Permiten almacenar información, comunicarla, procesarla, etc. En definitiva, toda una revolución sin igual en la historia. Para que funcionen hay que programar esos circuitos sobre materiales semiconductores, explica Alex Rayón, vicerrector de RRII y Transformación Digital y director Deusto BigData.

Es la razón de que se vea tan afectado el sector del automóvil, orgullo de la industria europea y el sector industrial ligado a la automoción que tiene un peso importante en la economía vasca y navarra. Por eso se ve con preocupación que la escasez de componentes electrónicos esté afectando a la fabricación de coches tanto en ambas comunidades autónomas como en Europa.

La situación que se plantea es que la falta de semiconductores ha puesto sobre la mesa la dependencia de Europa frente a Estados Unidos y Asia, en dos elementos claves del automóvil del futuro: el software y la electrónica, por un lado, y las baterías eléctricas, por otro. Y si se suma a la fuerte debilidad de los principales mercados europeos, la situación para uno de los dos primeros motores de estas economías es muy compleja y se produce una caída en la fabricación de coches.