Los cambios no suceden de la noche a la mañana. La energía en Euskadi, como en el resto de puntos del mundo, ha ido tomando diferentes formas hasta lograr ser más sostenible y competitiva. Pero todavía queda mucho por hacer. En ello viene trabajando el Ente Vasco de la Energía que este año cumple 4 décadas de actividad en las que ha contribuido al desarrollo de una política energética planificada y sostenida en Euskadi.

Desde la reconversión industrial y energética de los años 80 hasta la actual transición hacia las energías renovables, la política energética ha sido una parte muy relevante de la política industrial vasca, tanto por ser un elemento indispensable para el funcionamiento del tejido industrial y empresarial, como por su capacidad tractora de nuevas tecnologías y sectores productivos, que aportan riqueza y empleo. Asimismo, las políticas energéticas han generado una cota de bienestar para toda la ciudadanía como nunca antes se había conocido.

El EVE se creó en 1982 por el Parlamento Vasco con el fin de marcar un rumbo hacia la mejora energética en Euskadi. Con el inicio de la utilización del carbón o el petróleo, el panorama ha ido cambiado hasta instaurar mejoras tanto en los hogares como en el resto de los usos de la vida. Con ello llegó el gas y fue la gran revolución.

El Ente Vasco de Energía siempre ha tenido entre sus prioridades la mejora energética de Euskadi y todo ello ha sido gracias al trabajo realizado con el apoyo y la concienciación del resto de la ciudadanía vasca. La reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, diversificar las fuentes energéticas y aumentar la eficiencia energética, entre otras muchas cosas, está entre sus prioridades, y en ello plantea su futuro hasta convertir a Euskadi en una comunidad verde.

En estos 40 años ha jugado un papel fundamental en la evolución del sistema energético, y lo seguirá haciendo pues su compromiso por seguir avanzando es firme. Además, en estos últimos tiempos son varios los hitos para recordar: aprobación definitiva del Plan Territorial Sectorial de la Energía Eólica, instalación de placas solares en todos los institutos de la red pública de Euskadi, puesta en marcha el servicio del parque eólico de Urkilla (Álava), inauguración de Bionor... y así una larga lista de proyectos cumplidos a los que se sumarán otros más.

El futuro energético

El futuro energético en Euskadi se augura, como está previsto, cero emisiones. Por ejemplo, la industria vasca ya ha dado un gran paso con el uso del hidrógeno, un elemento que ya resuena con fuerza. En palabras de Iñigo Ansola, director general del Ente Vasco de la Energía: "El hidrógeno es el elemento clave para la transición energética, aunque hay que seguir investigando y avanzando en otros componentes". Para impulsar la transición energética en Euskadi, el Gobierno vasco tiene previsto destinar 305 millones de euros en los próximos cuatro años a financiar iniciativas que ayuden a reducir el consumo energético y la utilización de fuentes renovables.

Datos de consumo

El consumo de energía eléctrica crece en Euskadi y el de gas natural, como también aumenta el del gas natural. A modo de referencia, según los últimos datos del EVE, el consumo de energía eléctrica registró en Euskadi una caída del 3,7% el pasado mes de noviembre, en relación al mismo mes de 2020. Esta bajada se produjo en todos los apartados salvo en la Siderurgia, que anotó un aumento del 10,2%. En el resto, las caídas alcanzaron en Industria (excluida la Siderurgia) el 2,4%, en Edificios el 3,9%, en el ámbito Doméstico el 6,4% y en Servicios el 1,9%. Por contra, el consumo de gas natural creció un 31,7% ese mes. Fue un crecimiento del 282,8%, en CCTT (centrales térmicas) en noviembre respecto al mismo mes de 2020, mientras que en el resto subió una décima.

Carburantes en el transporte

Por otro lado, los consumos de carburantes en el transporte sufrieron en Euskadi el pasado octubre un descenso del 18,9% respecto a un año antes, mientras que el acumulado del año creció un 4,4%. En concreto, el Gasoleo A registró un descenso del 20,2% en la variación interanual. Las gasolinas se redujeron un 6,6% en el interanual.