En los últimos años ha aumentado considerablemente la preocupación de los arquitectos y constructores por construir viviendas cada vez más sostenibles, dado que los edificios son responsables del 40% del consumo de energía. Por ello, están en una constante búsqueda de materiales mucho más eficientes con los que lograr construir edificios más duraderos, más eficientes energéticamente, con un ahorro en costes, una menor contaminación y con una mejor calidad de vida para las personas que habitan en él.

En este escenario, los materiales empleados son básicos para obtener buenos resultados y conseguir edificios sostenibles. Existen numerosas soluciones y tecnologías en el mercado como celulosa, lana de oveja, corcho, papel, madera o piedra, entre otros, procedentes de recursos naturales, reciclados, y reciclables o reutilizables que contribuyen a la economía circular o a reducir la huella de carbono.

La madera, por ejemplo, es un material que está tomando protagonismo en los últimos años. Cada vez es más utilizado como elemento estructural y no tanto como elemento decorativo. Además, los falsos mitos sobre la madera se van superando y la sociedad está entendiendo mejor que se trata de un recurso resistente y duradero con una buena conductibilidad térmica, más segura que otros materiales como el hormigón armado o las estructuras metálicas.

El Gobierno de Navarra, en su plan de vivienda, ya prima las promociones en las que se utilice la madera para la construcción. De hecho, a través de Nasuvinsa y de la Agencia del Territorio y la Sostenibilidad Lursarea, lidera el proyecto europeo Eguralt, cuya finalidad es aplicar y difundir soluciones innovadoras para la promoción de la construcción de media altura con madera.

Por otro lado, la incorporación de las energías renovables en las instalaciones del edificio juegan también un papel importante en la construcción sostenible. Además de ayudar a reducir la factura energética, contribuyen a proteger el medio ambiente. La biomasa o los paneles solares son algunas de las soluciones más eficientes que ya pueden apreciarse en las nuevas construcciones de vivienda.

Por ejemplo, la primera promoción de vivienda pública en régimen de alquiler con calefacción 100% renovable se entregaron en Ardoi el año pasado y cuentan con una caldera de biomasa, para la quema de astillas de madera autóctona, como fuente central de energía del sistema de calefacción y para la producción de agua caliente sanitaria.

Referente nacional

La construcción industrializada, también, está cobrando relevancia en los últimos años. Se trata de un modelo basado en procesos industrializados que permite estandarizar sistemas e integrarlos de forma armonizada en el edificio, de modo que se logre reducir el impacto ambiental. Es decir, permite minimizar los residuos tanto in situ como en la fábrica, reduciendo los costes de fabricación y aumentando la competitividad del fabricante. Desde el punto de vista del diseño, los sistemas industrializados, en especial la madera, permiten diseños de casi cualquier tipología.

En este contexto, Navarra quiere seguir liderando el futuro de la construcción sostenible en el Estado y, por ello, está haciendo una apuesta importante por la construcción industrializada. Desde que se convirtiera en la primera comunidad en implantar la directiva europea de Edificación de Consumo Casi Nulo y licitar vivienda pública de alquiler y edificios dotaciones públicos con el estándar de alta eficiencia energética-Passivhaus, Navarra sigue trabajando para encabezar el sector. Para ello, prevé la creación en 2022 de un centro nacional de industrialización y robótica de la construcción, una instalación de formación e investigación que no tiene precedentes en este sector y que aspira a ser un referente europeo en esta materia.

El centro tendrá una línea académica de formación profesional en arquitectura, ingenierías y digitalización; y otra de proyectos de investigación en colaboración con las empresas. Su objetivo será favorecer la transformación del modelo económico y productivo de este sector, a la vez que contribuirá a aumentar la calidad de la construcción, el ajuste de costes y la edificación sostenible.

La construcción industrializada estandariza sistemas y los integra con armonía en el edificio